Por más de tres meses, este espacio fue el lugar más usado por parte de los manifestantes para concentrarse e incluso enfrentarse a los cuerpos de seguridad del Estado. Era el campamento de “La Resistencia” durante las manifestaciones que dejaron más de 129 personas asesinadas, según el Ministerio Público.

Caracas. La plaza Francia de Altamira aún intenta mantenerse en pie para que los ciudadanos disfruten de sus espacios, pero su deterioro es notorio. El pasado 11 de agosto cumplió 72 años y durante los últimos cuatro meses volvió a ser la sede de muchas concentraciones de la Mesa de la Unidad Democrática, e incluso fue el escenario de muchas tardes de enfrentamientos entre manifestantes que pertenecen a “La Resistencia” en contra de los cuerpos de seguridad del Estado, así como detenciones, barricadas, entre otros.

Las paredes de la fuente ubicada en la base del obelisco están grafiteadas, al igual que varios banquitos desplegados en todo el lugar, casi todas las alcantarillas no tienen las tapas, el espejo de agua que está al norte de la plaza lleva meses seco, al igual que la cascada ubicada al sur. Algunas cerámicas del piso ya no existen, al igual que muchos asientos de los banquitos que fueron golpeados y destruidos hasta ser convertidos en piedras que usarían para trancar las calles aledañas o que los chamos de La Resistencia usaban para atacar los policías o militares. Lo único que aún se mantiene son sus espacios verdes. Su grama, sus árboles y sus flores. Aunque descuidados, mantienen su color.

Base del obelisco de la Plaza Francia de Altamira por que lleva meses sin agua.

Este espacio es considerado por el municipio Chacao como un patrimonio cultural de Caracas, y es sede para eventos que convocan a personas de otros municipios, como el Festival de la Lectura Chacao —que se llevaría a cabo desde el 21 al 30 de abril, pero fue pospuesto debido a las jornadas de protestas—; la Fiesta de la Tradición Venezolana —que no se realiza desde el año 2015—, Navidad Chacao y la Fiesta de fin de año que son una tradición en este lugar, a donde acuden caraqueños a recibir el año nuevo.

“Dictadura”, “Tenemos hambre”, “Maduro dictador”, son algunas de las palabras y frases que están plasmadas en las pocas paredes de la plaza. En cualquier lugar hay una palabra grabada con aerosol, pinturas o marcadores, incluso los postes de luz tienen rayones.

El espacio fue fundado con el nombre Plaza Altamira, pero años después se le cambió el nombre a Plaza Francia luego de un convenio entre las ciudades de Caracas y París para tener una Plaza Francia en Caracas y una Plaza Venezuela en París. Su Obelisco llegó a ser la construcción más alta de la ciudad en su momento.

El espejo de agua ubicado al norte de la plaza no tiene agua.

En el año 2002, este lugar fue el punto donde un grupo de militares activos y retirados se pronunciaron en un alzamiento no armado, y durante varios días fue el sitio de concentración de la oposición. En el año 2014, también fue centro de encuentro y escenario de fuertes enfrentamientos entre estudiantes y cuerpos de seguridad, dentro de las protestas que se generaron a partir del 12 de febrero de ese año.

Hoy día, las innumerables protestas opositoras que iniciaron el 1º de abril en contra del presidente Nicolás Maduro, y la inconsulta Asamblea Nacional Constituyente, han dejado su marca en la plaza.

Incluso durante las noches, muchos jóvenes que dicen pertenecer a “La Resistencia” pernoctaban en los espacios. Dormían en colchonetas o encima de los banquitos. Allí se quedaban luego de enfrentarse a los policías y al día siguiente volvían a acudir a las marchas.

Mendigos duermen en las escaleras de la plaza que conducen a la estación Altamira del Metro de Caracas.

Actualmente, la Plaza Francia solo es un punto de encuentro. La circundan varios edificios residenciales y un hotel, además de las paradas de los autobuses TransChacao que llevan a los pasajeros por la avenida Luis Roche en dirección norte; al otro lado está la avenida San Juan Bosco en dirección sur. Las líneas de Metrobus que operaban desde la parada de la plaza Altamira fueron suspendidas por tiempo indefinido debido a las manifestaciones.

El descuido y el vandalismo se apoderó de sus espacios. El acceso al Metro de Caracas por las escaleras de la plaza fue cerrado y como ya no es transitado, vagabundos y personas que viven en la calle se apropiaron del área.

Según una de las vecinas del lugar, de noche tiene muy poca iluminación. Muchos postes de luz no tienen bombillos, salvo por algunos faroles ubicados cerca de los banquitos bajo los árboles, del resto, toda la extensión de la plaza permanece a oscuras.

La Plaza Francia de Altamira es una de las más grandes de la ciudad, y su conservación va en declive. El gran obelisco que corona su centro y que en ocasiones especiales se ve iluminado por luces que evocan el tricolor nacional, ahora tiene dos palabras principales —escritas con aerosol— para mostrar al público: hambre y dictadura.

Por la cascada construida entre los años 70 y 80 para adornar el acceso al Metro, hoy en día no corre ni una gota de agua y tiene rastros de pintura.
“Tenemos hambre” se lee en uno de los graffitis pintados en una de las pocas paredes de la plaza Francia de Altamira.

Fotos: Luis Miguel Cáceres


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