Desde mediados de septiembre se ha cuestionado la elección de La caja como representante de Venezuela ante el Oscar, en el proceso de selección de nominadas a Mejor Película Internacional, el director de la película, Lorenzo Vigas, conversó con Crónica.Uno acerca de esta polémica.

Caracas. El 17 de septiembre se supo que La caja de Lorenzo Vigas es la película que representará a Venezuela ante el Oscar, en ese proceso de selección de nominadas a Mejor Película Internacional. 

La noticia corrió como pólvora encendida en el gremio cinematográfico del país. Empezaron las preguntas sobre quiénes habían sido los responsables de la decisión, pues la nota de prensa divulgada por la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos, ente gremial que convoca a los integrantes del comité de selección, no precisaba quiénes integraron ese grupo, en el que deben participar personas de distintos sectores del cine venezolano.

Después se supo que estuvieron Carlos Pineda como presidente, Anabel Rodríguez Ríos, Edgar Narváez, Julio Sosa Pietri, Luis Alberto Lamata, Camilo Pineda, Alfredo Anzola, Andrea Gouvernour, Ignacio Castillo Cottin, Marialejandra Martín, José Ernesto Martínez, Jorge Jacko, Rita González, Pedro Morales Boada, Julio César Castro, Antonio García, Donald Myerston, Rafael Straga, Marco Salaverría, Livio Quiroz y María Cristina Capriles. Al final, Livio Quiroz y Alfredo Anzola no participaron porque no vieron los largometrajes que se postularon.

La caja resultó electa en una votación cerrada con Jezabel, la película de Hernán Jabes, quien ha sido uno de los más críticos con la decisión. En sus redes sociales ha cuestionado la venezolanidad de La caja. A pesar de que le parece una gran película, piensa que no representa al país. Y es que, hasta septiembre, la producción de Vigas era considerada una obra mexicana por la crítica y los medios. De hecho, en Venecia se presentó como una participante de ese país, donde el realizador vive desde hace dos décadas.

El director de Jezabel, que se estrenó en agosto, ha realizado una serie de live en Instagram con productores, cineastas y actores con los que ha debatido sobre el tema. Subraya que además sea una historia filmada en México y con actores de allá. 

También en días recientes ha circulado en redes y grupos de WhatsApp un video del productor y director de fotografía Emmanuel Sevilla, quien también ha cuestionado la elección de La caja. “Solo levantan la bandera de México”, dice para referirse a cómo ha sido el recorrido en festivales internacionales. 

El crítico Sergio Monsalve escribió en sus redes que el presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, Carlos Azpúrua, le dijo a uno de los productores de Jezabel que esa película no sería elegida para el Oscar. Esa institución es la encargada de otorgar los certificados de obras nacionales, requisito que es tomado en cuenta posteriormente por el comité convocado por la ANAC. 

“Esto cambia el juego de la conversación sobre la nominada criolla a los premios de la academia. No se trata de una opinión, sino de un mal precedente, de una política del Estado que viola el derecho a la libre expresión. De igual forma, fue víctima de conjura en el Festival del Cine Venezolano, al hacerse todo lo posible para que no se llevara los principales premios. En efecto, así sucedió, en un certamen plagado de irregularidades y presiones de censura”, señaló.

La caja

Lorenzo Vigas hasta ahora no había respondido a la polémica. Cuenta que fue jurado del Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz, que se realizó entre el 26 de septiembre y 2 de octubre. “Veía unas cuatro películas todos los días”.

Escribió un comunicado en el que afirma: “Además de ser la expresión autoral de un venezolano, La caja fue financiada por dinero mayoritariamente venezolano y cuenta con la participación de ocho productores de nuestro país, razones por las cuales, en conformidad con la Ley de Cine en su artículo 42, obtuvo de forma unánime la nacionalidad, otorgada por el Comité Ejecutivo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC”.

No lo precisa el texto que envió a algunos medios, pero los productores nacionales que menciona son Jorge Hernández Aldana, Alejandro Nones, Pedro Mezquita, Joe Torres, Juan Bernardo González, Arturo Pereyra, André Maillet y el propio cineasta, que además de dirigir escribió el guion.

Vía telefónica, Lorenzo Vigas explica que La caja no se ha estrenado comercialmente en ningún lado, pero que ese proceso comenzará pronto. Detalla que en Estados Unidos estará a partir del 4 de noviembre, mientras que seis días después podrá verse en México.

Los reglamentos de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos indican que toda obra postulada en la categoría internacional debe haberse proyectado al menos siete días consecutivos en un teatro comercial antes del 30 de noviembre de este año. Ese llamado estreno técnico se registró la semana pasada en el Trasnocho Cultural, del 29 de septiembre al 5 de octubre.

Debe ser difícil de entender la presión antes de estrenar en un festival. Volé a Venecia, donde se presentó primero como mexicana porque se filmó en ese país. No tuve el tiempo ni la cabeza para hacer el proceso de nacionalización. Pero empecé a sentir que no era correcto, que debía ser también venezolana”, afirma el director, que en 2015 obtuvo el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia por Desde allá

El principal cuestionamiento es la nacionalidad de la película…

—Son los autores los que hacen la cinematografía de un país. ¿Por qué en México no hicieron una campaña de desprestigio cuando Alejandro González Iñárritu hizo Biutiful en España? Es una película con actores y temática españolas que representó a México en los Oscar. ¿Por qué no hubo una campaña en contra de El laberinto del fauno? Fue también hecha en España con actores y con una historia de España. Sabían que el solo hecho de que estén entre las posibles nominadas beneficiaría a todo el gremio cinematográfico mexicano. Nosotros estamos cayendo en algo que viene animado por los celos y el resentimiento. Claro, es importante discutirlo. Por eso me parece importante empezar a hablar.

Hace un año hablamos, cuando se encontraba en Venecia, y hasta ese momento La caja era presentada como una película mexicana y estadounidense. Además, hay entrevistas que dio durante el festival en la que la identifica como mexicana.

—Sí. Empezó a viajar como mexicana y norteamericana. No tenía la nacionalidad venezolana todavía. Ahora es una película de Venezuela, México y Estados Unidos. La mayor parte del dinero es venezolano.

¿En qué momento decide obtener el certificado de obra nacional con el CNAC?

—Posiblemente entre enero y febrero de este año. Fue en abril cuando se completó ese proceso. Si bien en Venecia la película se presentó como mexicana, es cierto que más de la mitad del financiamiento es venezolano. Personalmente puse mucho dinero, así como otras personas del país. A medida que pasaba el tiempo, esa incomodidad iba creciendo. No tenía sentido que se presentara solo como mexicana. En enero tomé la decisión. Hablé con todos los productores venezolanos.

Otro de los puntos que se ha debatido es qué es cine venezolano en estos tiempos. Hay quienes sostienen que es aquel hecho por venezolanos sobre temáticas nacionales. Otros subrayan que la diáspora ha cambiado todo.

—Completamente. Estamos viviendo una situación especial. Incluso, sin ese punto, hay que tener en cuenta cuando se tratan casos como los de Alejandro Gonzáles Iñárritu o Guillermo del Toro, que son autores importantes que representan a un país. Durante toda mi vida como cineasta he representado a Venezuela en el mundo. He conseguido muchas cosas para el país. Entonces, hablamos de un autor importante que decide filmar en el exterior una obra profundamente personal. En este caso, es importante que la obra sea considerada como venezolana. Pienso que este debate es oportuno. Somos como siete millones de venezolanos afuera. ¿Cómo no vas a escucharlos?  Es peligroso apropiarse del derecho de afirmar qué es venezolano. Tiene un tinte medio fascistoide y reaccionario. Cada caso debe ser estudiado de manera muy particular.

Es distinto cuando un venezolano hace una película por encargo en otro país, donde le dan guion y debe trabajar en función de eso. Hablamos de  una contratación. Ahora bien, si es un proyecto personal, con un director que hizo la película con su guion, y además levantó los fondos, estamos hablando de otra cosa. Las películas que hagan los venezolanos en el exterior no pueden ser medidas con la misma vara. Cada proyecto tendrá sus singularidades. Cuando el CNAC considera mi película como venezolana, es porque sabe que soy un autor venezolano, que es un proyecto personal. No fui contratado por nadie.

La caja
La película mexicana es protagonizada por Hatzín Navarrete, quien debuta en el cine

¿Qué toma de las distintas reacciones que ha generado la selección de La caja como candidata de Venezuela?

—Hace poco fue que me puse a revisar todo. Pero los directores, productores y la gente del medio a la que respeto entienden que es el autor lo que otorga la nacionalidad de una película.

Hay otro tema importante: la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas de México también consideró postular La caja al Oscar.

—Las películas que se filman en México y que tienen fecha de estreno dentro de los parámetros del Oscar entran en la lista de obras de ese país. La caja estuvo, pero cuando ganó en Venezuela, inmediatamente llamé a la directora de la academia mexicana (Mónica Lozano Serrano) para que la retirara. Me pareció lo más ético. Hubiera podido dejarla, y se quedaba en México. Hay gente que dice que tomé la decisión porque sabía que González Iñárritu estaba en la competencia. ¿Quién quita si igual le hubiera ganado a él? Nunca se sabrá. Además, cuando revisas las reseñas de Variety y Hollywood Reporter verás que todas dicen que La caja es de un director venezolano. Era mucho más lógico y coherente ir a los Oscar como venezolano.

Sí, eso se ha dicho, que como estaba Alejandro González Iñárritu, tomó la decisión…

—Sí, quizás hubiese podido ganar. Ahorita acaba de salir que La caja está entre las favoritas para las nominadas. Y cuando hablan de la película, mencionan a Lorenzo Vigas como un cineasta venezolano. Por eso era más congruente que la película fuera por mi país.

¿Qué reflexión hace sobre todo lo que ha sucedido con el tema de La caja?

—Cuando pienso en los jóvenes cineastas, todos aquellos que están comenzado, reflexiono en cómo debe ganarse la notoriedad un cineasta. Lo único que habla por uno es la obra. Eso es lo que debe ganar el reconocimiento. Todo lo que esté alrededor, tanto las polémicas y todo lo demás, es nada. Hay muchos oportunistas que tratan de obtener notoriedad. ¿Qué hace que tu obra lo logre? La crítica cinematográfica especializada de alto nivel, los premios importantes y la taquilla. Son tres factores a tomar en cuenta. Ahora, si la obra no lo consigue, hay que hacer otra película. Quizá con la siguiente se consigue lo que la anterior no logró. Me parece triste cómo una cantidad de elementos quieren ganar notoriedad de una manera bastante oportunista.

También se ha señalado que hay razones políticas, especialmente en contra de películas como Jezabel, de Hernán Jabes, y One Way, de Carlos Daniel Malavé, que son obras muy contundentes en lo que respecta a la tragedia venezolana, alusiones directas al chavismo. Si bien la ANAC convocó al comité de selección, hay quienes insinúan que pudo haber algún condicionamiento por parte del CNAC.

—Cuando leo la lista de la gente que estuvo en el comité que seleccionó a La caja, pienso que es muy duro decir algo así. Hablamos de personas muy respetadas en el medio cinematográfico. Cuando se afirma que hay corrupción, se asegura que el comité fue corrupto. Es una declaración superfuerte y delicada. También me parece triste porque demerita a las películas que ganaron. Entonces, si es así, La caja no ganó porque es la película hecha por un venezolano, con premios ganados en todo el mundo o con mejores críticas, sino por un proceso de corrupción que implica a todas esas personas. Considero triste que también afirmen que eso ocurrió en el Festival del Cine Venezolano de Mérida. De ser así, entonces Yo y la bestia no triunfó por sus méritos, sino por una campaña de desprestigio hacia otras obras. Yo la vi. Es una gran película venezolana. Todo es parte de lo mismo. Tratan de ganar notoriedad con algo que no es la obra en sí. Al final, lo que debe hablar de un creador es la obra. Uno no debería ni dar entrevistas, pero se tiene que hacer porque es parte del juego.

La caja
La caja fue rodada en el estado mexicano de Chihuahua

¿Habrá una respuesta con base jurídica a lo que está ocurriendo?

—No, en lo absoluto. La caja pasó por un proceso legal. Son acusaciones que no tienen que ver con la película, sino en contra de gente respetada que formó parte del comité que hizo la elección. Nosotros no tenemos nada que hacer. Estoy hablando sobre esta polémica, pero celebro que hayan elegido La caja. Estamos trabajando en una campaña para que llegue lo más lejos posible. Lo bueno es que como trae buenos pergaminos, se están abriendo puertas con los publicistas más importantes, personas que quieren apadrinar el largometraje. El 4 de noviembre se estrena en Estados Unidos. Eso le da más chance.

¿Y cuándo se estrena comercialmente en Venezuela?

—Estamos decidiendo con Cines Unidos, que la distribuye. Vemos si será durante el primer trimestre del año que viene.

¿Qué puede adelantar de los publicistas o posibles padrinos que impulsen esta candidatura?

—Todavía no puedo decir nombres, pero estoy muy contento. Es triste que esta campaña de desprestigio afecte la película. Por eso recordaba los casos de Biutiful y El laberinto del fauno, obras con las que no hubo campañas en contra. Saben que cualquier cosa que pudiera pasar serían beneficiosas para la industria mexicana. No son muchos, pero están escupiendo hacia arriba.

¿Cómo considera que esto puede empañar una eventual nominación al Oscar?

—Llegará un momento en el que habrá una discusión sobre La caja. Si hay una matriz de opinión que dice que hubo un acto de corrupción, puede perjudicar. Lo que debería ser una noticia para celebrar, se convierte en otra cosa por esta mezquindad de vernos el ombligo sin pensar en lo que es mejor para la cinematografía del país.

¿Tuvo la oportunidad de ver algunas de las otras películas que estuvieron en competición?

—Sé que este año en América Latina hay películas muy fuertes. Está Argentina, 1985, de Santiago Mitre, así como Bardo, de Alejandro González Iñárritu, que ha tenido críticas muy malas. Creo que es su película con peores reseñas. Se fue de Venecia con muy malos comentarios. Eso no le había pasado. Igualmente, su nombre tiene peso. También está sonando Utama. Creo que es boliviana.

¿Pero pudo ver algunas de las venezolanas que formaron parte del proceso de selección?

—Vi la película de Hernán Jabes. Hice una campaña para tratar de ayudarlo comercialmente en Venezuela. Hago eso con todas las personas que me lo piden. Por naturaleza me gusta ayudar. Me sorprendió Yo y las bestias. Buenísima. Pensé que tal vez elegirían esa. Realmente es un nuevo cine venezolano.

¿Qué tipo de campaña hizo por Jezabel?

—Hernán me pidió que grabara algo para que la gente fuera al cine. Yo estaba presentando La caja en Polonia. Me pidió que hiciera un video para que el público viera la película.

¿Hubo un hecho o alguien en particular que lo impulsó finalmente a presentar la película como venezolana?

—No. Fue algo muy personal. Como decía, no estaba completamente cómodo. Al principio, uno no se da cuenta de nada porque es un proceso estresante. Cuando empecé a viajar con la película, todo el mundo te ve como venezolano, entonces te percatas de que la película es presentada como mexicana. Fue muy raro. Decidí entonces sacarle la nacionalidad venezolana. Como ya dije, La caja contaba con financiamiento mayoritario venezolano. De lo contrario, hubiera dicho que es imposible.

Comunicado de Lorenzo Vigas

Lorenzo Vigas

Lorenzo Vigas

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