El gobernante volvió a calificar de show la movilización de distintos sectores de la sociedad civil y la comunidad internacional para obtener y distribuir ayuda humanitaria urgente a más de 250.000 personas en riesgo de muerte por falta de alimentos y medicinas. Reiteró que está dispuesto a dialogar con la oposición pero bajo el auspicio de sus aliados de México, Uruguay y el Caribe.
Caracas. Desde la plaza Bolívar de Ciudad Bolívar, en el marco de los 200 años del Discurso de Angostura pronunciado por el Libertador Simón Bolívar el 15 de febrero de 1819, Nicolás Maduro pronunció su propio discurso. Un extraño discurso en el que negó y al mismo tiempo admitió la crisis humanitaria.
Dijo que la oposición y la comunidad internacional han montado “un show cazabobos con una comida podrida y contaminada” y sostuvo que mientras Estados Unidos “roba” a Venezuela 30.000 millones de dólares —que han quedado congelados como producto de las sanciones económicas por la violación sistematica de los Derechos Humanos y la democracia—, “le ofrece a la derecha 20 millones en comida podrida”.
Inmediatamente después de sostener que Venezuela no necesita “las sobras” de otros países —en referencia a la ayuda humanitaria— se refirió al desmbarco de 933 toneladas de medicinas provenientes de Rusia y China este jueves: “Las pagamos con nuestro dinero, porque no somos mendigos de nadie”.
Y fue más allá: confirmó haber sostenido conversaciones con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para recibir más insumos: “Nosotros tenemos asistencia técnica humanitaria permanente con Naciones Unidas y les he pedido de manera especial que nos ayuden a comprar las medicinas que nos bloquea el imperio y ellos han dicho que sí, que nos van a ayudar a comprar toda la comida y las medicinas que necesitamos“.
Un diálogo conveniente
Maduro ratificó su llamado al diálogo “como la fórmula mágica para el encuentro entre los venezolanos”. Y se refirió concretamente al planteamiento surgido el pasado 6 de febrero del denominado Mecanismo de Montevideo promovido por los gobiernos de México y Uruguay con el apoyo de la mayoría de los países del Caribe.
Este mecanismo es familiar para Maduro por varias razones. Primero, al igual que otras propuestas de diálogo emanadas del Gobierno en 2016, 2017 y 2018, carece de lapsos para su desarrollo. Segundo, porque plantea cuatro fases por las que ya han pasado antes otros mecanismos de diálogo entre el chavismo-madurismo y la oposición; estas fases son: diálogo inmediato entre las partes, negociación y búsqueda de puntos en común, suscripción de compromisos e implementación de los acuerdos. Y tercero, emanó de dos gobiernos afines a su gestión, que no le reclaman la realización de elecciones transparentes ni le condenan por la crisis humanitaria.
“Estoy a la orden de la convocatoria a un diálogo nacional soberano. Estoy a la orden del mecanismo de Montevideo que se aprobó en la reunión de México, Uruguay y los países del Caribe. Quiero diálogo y paz. El golpe fracasó y no podrán con Venezuela. El único camino es el entendimiento”, dijo este viernes desde Ciudad Bolívar.