Magdaleno: la ciudad artesanal del estado Aragua se convirtió en una fábrica del delito

magdaleno

Para 2018, se calculaba que aún permanecían unos 370 artesanos activos en esta localidad del municipio Zamora, considerada otrora como la ciudad artesanal del estado Aragua por su basta producción y elaboración de artesanía. Fue el destino obligado de cientos de compradores de muebles de madera, que llegaban de todas partes del país. De aquella pujante actividad no queda nada. El crimen organizado controlado desde la cárcel de Tocorón, ubicada en el municipio, se apoderó de la zona donde prevalece el secuestro, el cobro de vacunas y la extorsión.

Maracay. Los fines de semana cientos de personas llegaban en carros particulares o en excursiones de viajeros procedentes de todo el país, para apreciar y adquirir la basta producción artesanal que se elaboraba en Magdaleno, una de las parroquias que conforma el municipio Zamora, a unos 22 kilómetros de distancia de Maracay, la ciudad capital del estado Aragua.

Hace un poco más de una década, Magdaleno exhibía un pujante crecimiento económico que la convirtió en la ciudad artesanal del estado Aragua. A la prolífica elaboración de muebles de madera, se sumó el hierro forjado, además de productos hechos con cuero, arcilla, cerámica de gres, tapicería, entre otras actividades.

Para entonces, se calcula que funcionaban unas 100 carpinterías y 200 talleres pequeños que generaban unos 5000 empleos directos y 12.000 indirectos. En cada casa de Magdaleno, prácticamente, funcionaba un taller y mucha de la maquinaria utilizada era fabricada por los mismos artesanos.

Magdaleno
El crimen organizado borró la pujante actividad económica de Magdaleno. Foto: Cortesía.

“Muchos de aquellos trabajadores que dieron los primeros pasos en la escuela artesanal de Magdaleno hoy son leyendas en la memoria de la comunidad. Herreros como Henry Carreño, verdadero tecnólogo popular, quien suplió más de 85 % de las necesidades de los talleres inventando cada día un instrumento necesario, y el maestro Honorio Tozzi, tornero y herrero que se incorporó a Magdaleno fabricando máquinas y terminó trabajando la madera, son solo algunos ejemplos de la pujante actividad artesanal que se consolidó en esa localidad”, reseña la página en Facebook.

La tradición artesanal de Magdaleno se remonta a la década de los 50, de acuerdo con datos aportados por el cronista popular Antonio Flores, en antiguos artículos de prensa.

“Verdaderamente, el progreso de Magdaleno se inicia gracias a don Eugenio Mendoza, cuando tuvo la iniciativa de fundar una empresa artesanal de muebles de madera y enea, utilizando esta fibra que se produce alrededor del lago. Para tal propósito trajo a Magdaleno a un señor de Puerto Rico, de nombre Pedro Gallegos, especialista en la enea. Él se encargó de enseñar a las mujeres a procesar la fibra en forma de crinejas, para la elaboración de alfombras, manteles, cuadros decorativos, cestas, etc”.

Para los años 60, ya en Magdaleno se habían establecido unas seis carpinterías y un número similar de exhibiciones, que fueron incrementándose, en la misma medida en que la talla de la madera del Samán, proveniente mayoritariamente del estado Barinas, fue incorporándose a la producción de artesanía y principalmente de muebles llamados country.

“Lo que un día de 1958 don Eugenio Mendoza inicia como una empresa de muebles artesanalmente elaborados con el fin de utilizar la fibra de enea, hoy en día se ha consolidado en pequeñas, medianas y grandes fábricas generadoras de empleos y fuente principal del movimiento económico en esta región”, refiere la Guía del Arte Popular y la Artesanía de Venezuela en su edición de 2016.

Pero de ese grueso número de artesanos quedan muy pocos. De hecho, el presidente de la Cámara de Artesanos del estado Aragua, Julio César Vásquez, señala que en ese gremio no hay ningún afiliado de Magdaleno.

Los artesanos se han ido casi todos, no solo de Magdaleno, sino también de otras regiones. Muchos talladores de madera de la zona se fueron a Europa, donde su arte y su trabajo son muy bien remunerados”, refiere.

Pero antes de la pandemia —explica Vásquez— ya la crisis económica había hecho mella en Magdaleno, así que son muy pocos los que aún resisten. Fue una debacle.

El presidente de la Cámara de Artesanos de Aragua explica que trabajar con bolívares en una economía hiperinflacionaria afectó mucho la actividad artesanal en la zona: los costos para la adquisición de materiales e insumos se dolarizaron y las ganancias que obtenían los artesanos por la venta de sus productos resultaban insuficientes para reponer los inventarios.

En 2018, la Comisión de Finanzas del Consejo Legislativo de Aragua se reunió con los artesanos activos de Magdaleno, que plantearon la grave situación que atravesaban para la adquisición de materia prima, por su alto costo para la producción de artículos de calidad.

“Hemos adquirido el compromiso de articular con Maderas del Orinoco y la empresa privada que trabaja con la pega, el clavo y demás insumos de trabajo de estos productores y poder generar ese suministro a bajo costo, lo más inmediato posible, lo cual servirá para que la población de Magdaleno pueda recuperar su capacidad de producción”, prometió el entonces diputado por el PSUV, Juan Carlos Luna.

Pero nada se concretó.

Con su arte a otra parte

A parte de la crisis económica, la migración forzada también influyó para que la actividad económica que se registró en Magdaleno esté prácticamente desaparecida. La Cámara de Artesanos de Aragua tiene apenas 60 afiliados, actualmente, y no hay ni uno proveniente de Magdaleno.

Los jóvenes que se habían incorporado a la producción y fabricación de muebles en Magdaleno y que significaban la continuidad de la actividad artesanal en la zona, se han ido del estado o del país.

En un intento por sobrevivir, aquellos fabricantes que se quedaron no pudieron reinventarse. Los costos de producción no eran rentables.

No ganábamos ni 30 %. Así que debimos reducir el personal en una empresa familiar que, en su mejor época, contaba con hasta 15 trabajadores”, narra un artesano de Magdaleno que cerró su negocio.

“¿Quién compra muebles, camas?”, se pregunta Vásquez. Y él mismo responde: “Las familias que se están formando, es decir, los jóvenes que deciden casarse. Esta gente es la que se nos va”.

Pero otros encontraron en el delito una manera de sobrevivir.

La fábrica más productiva que hay en Magdaleno es la cárcel”, refiere una fuente policial del municipio que pidió la reserva de su identidad.

Fábrica del delito

Para el 2019, el Observatorio Venezolano de Violencia determinó que, además de Girardot y Mariño, en el municipio Zamora se concentró el mayor porcentaje de hechos violentos registrados en el estado Aragua.

Magdaleno es una de las cinco parroquias que conforman el municipio Zamora, el cuarto de los 10 con las tasas de muertes violentas más altas del estado Aragua, según el informe anual de 2020 del OVV.

En Zamora, se encuentra la principal cárcel del estado: el centro penitenciario de Aragua, mejor conocido como cárcel de Tocorón, nombre de la localidad en donde fue construida.

Apenas seis kilómetros separan a Tocorón de Magdaleno, un poblado que, en la última década, pasó de ser la ciudad artesanal de Aragua, a uno de los principales bastiones del delito organizado en el sur de la entidad.

Ahora, Magdaleno ya no es reconocida por su industria artesanal. Su relevancia se redujo a grandes titulares de prensa que dan cuenta del elevado índice de criminalidad que impera en la zona.

Uno de los hechos delictivos más recientes que se originó en Magdaleno, en septiembre pasado, fue el ataque con armas de fuego a las instalaciones de la Policía Nacional Bolivariana. En mayo, se produjo un fuerte enfrentamiento entre un grupo de antisociales y los cuerpos de seguridad, luego de que los delincuentes intentaran apoderarse del ambulatorio de Magdaleno.

La violencia en el municipio se ha incrementado en el último quinquenio. Las víctimas han sido muchas. Como el general de brigada de la Aviación, Jackson Alexis Silva Zapata, director de la Escuela de Formación de Tropas profesional de la Aviación Militar, adscrita a la Base Aérea El Libertador ubicada en Palo Negro, estado Aragua, asesinado la madrugada del 4 de mayo de 2019.

El oficial había acudido junto con unos 25 efectivos militares y 5 funcionarios de la Policía de Aragua, al llamado de apoyo que habían realizado los militares que resguardan la Hacienda Arenales, en Magdaleno, municipio Zamora.

Glenda Cristina Márquez Ortos fue asesinada dentro de un vehículo marca Chery, en el que se trasladó hasta el sector Banco Obrero de Magdaleno junto con Luis Ángel Rojas Aguilar, Irman Duque, Martín Duque, Alejandra Odremán, que habían sido citados a través de Facebook para concretar la supuesta compraventa de un carro.

Habían llegado al sector el sábado 22 de mayo para concretar la negociación ofertada a través de la plataforma de Marketplace. Pero los compradores fueron emboscados por un grupo delictivo que les disparó en varias oportunidades y los mantuvo como rehenes.

Las víctimas solo fueron liberadas cuando entregaron los 3000 dólares que tenían para finiquitar la compra.

Magdaleno es una zona controlada por los pranes de Tocorón. Es la extorsión el delito que más prevalece en la zona y los comerciantes deben pagar vacuna”, explica un funcionario policial destacado en el municipio que por razones de seguridad omite su nombre.

El menguado comercio de la zona cierra sus samaritanas a las 4 de la tarde y los turistas y compradores venidos de todas partes del país han huido despavoridos de la otrora pujante ciudad artesanal de Aragua.

Es de destacar que, en 4 de los 11 sucesos de violencia atribuidos a bandas de delincuencia organizada, el móvil fue la venta fraudulenta de vehículos por Internet, según el monitoreo realizado por el OVV entre enero y junio de 2021.

“Es público y notorio que el delito en la zona es controlado y manejado desde la cárcel por el Niño Guerrero”, explica la fuente policial.

Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, es el líder de la megabanda Tren de Aragua, que según reportes de InSight Crime, cuenta con más de 2700 miembros. Y que ha expandido sus operaciones hasta Colombia, de acuerdo con lo informado por autoridades del país vecino.

Entre los delitos más lucrativos que imperan en la zona está la extorsión. Los pocos comerciantes que aún quedan en Magdaleno deben pagar una vacuna.

Es un secreto a voces —comenta otra fuente policial— que son los pranes de Tocorón quienes impusieron una especie de gobierno paralelo del delito en esa y otras zonas del municipio. Están mejor armados que la policía.

Aquellas calles estrechas convertidas en vitrinas con muebles de hierro forjado y madera y una amplia gama de diseños artesanales, hoy lucen desoladas.

Por 12 años tuve mi negocio de fábrica de muebles y venta de artesanía con arcilla. Pero la madera era incomprable, cerraron los saques de arcilla y me agarró la delincuencia”, narra otro artesano de Magdaleno que recuerda con añoranza cómo el pueblo se congestionaba, particularmente los fines de semana, cuando tours venidos de otros estados abarrotaban la zona.

En diciembre y enero —cuenta— no nos quedaba nada.

El crimen organizado se apoderó de la zona y muchos de sus pobladores abandonaron el lugar. De la artesanía en Magdaleno tampoco queda nada.


Participa en la conversación