La malaria sube por el ascensor: hasta el 6 de agosto registrados 134.687 casos

4.602 casos de dengue

El doctor José Félix Oletta, de la red Defendamos la Epidemiología, dijo que en 2015 se contabilizaron 136.402 pacientes. La cifra actual casi iguala ese registro anual. A la crisis se suma el hecho de que se agotan reservas de los tratamientos.

Caracas. Hasta la semana epidemiológica número 31, para el 6 de agosto, la Red Defendamos la Epidemiología, contabilizó 134.687 casos de malaria. La cifra casi alcanza la registrada durante todo 2015, cuando los investigadores reportaron la ocurrencia de 136.402 casos.

El doctor José Félix Oletta, investigador también de la Sociedad Venezolana de Salud Pública (SVSP), informó que mientras el continente americano bajó las cifras de la malaria, Venezuela aumentó casi 500 % la incidencia y, quizá, va a llegar a tener más de 50 % de los casos del total contabilizado por cerca de 30 países.

Citó que para el año 2000, Venezuela cerró con 29.887 casos; mientras en el continente se reportaban 1.181.096 personas afectadas.

En 2015, la nación reportó 136.402 y en la región hubo 380.000 casos estimados, lo que representaba el 34,73  % del total de todo el continente cuando en el 2000 solo había 2, 53 %. Oletta explicó que se multiplicó por 16 la relación de casos respecto a toda la región. El resultado es alarmante: nos hemos convertido en un problema de salud pública en el continente.

“Las autoridades parecen no entenderlo. Ojalá en el informe mundial de malaria de este año, que saldrá el mes entrante, se exprese preocupación por el caso de Venezuela, que es un fenómeno único en el mundo, pues después de tener esta enfermedad controlada, en estos últimos años hemos visto un aumento incluso de la morbilidad y mortalidad por el ascenso meteórico de la malaria, el cual se ha venido presentando desde 2008”, apuntó.

El año pasado, en el informe mundial de malaria ya se manifestaba inquietud por estas cifras. De cuatro países en situación de casos exponenciales, Venezuela aparecía en la lista y en condiciones peores que algunos países del África ecuatorial.

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El especialista destacó que esas son cifras oficiales que no han sido divulgadas por el Ejecutivo. Incluso se omitió información relevante, como lo que está ocurriendo en el municipio Paz Castillo de Santa Lucía, estado Miranda, donde hasta la semana 31, se acumularon 76 casos de malaria. “Una cosa que no había visto en los últimos 20 años. Quizás en Barlovento, en Cúpira, en Ríos Chico, pero no en Los Valles del Tuy”, resaltó.

De esos 76 expedientes, 40 fueron causados por el parásito plasmodium vivax; 16 por el parásito falciparum (que es el causante del paludismo, predominante en el continente africano, y responsable de la mayoría de las muertes provocadas por la enfermedad en todo el mundo); y 20 son mixtos, lo que demuestra que hubo un mal control de la afección.

Como dato adicional, el doctor señaló que del total acumulado hasta el 6 de agosto, 12.733 son niños menores de 10 años. Eso es más de 9 % de la cantidad de casos.

“Eso es inconcebible en un país que se modernizó a partir de los años 50, que salió de la epidemia gracias a la creación de una unidad geopolítica que permitió prevenir los brotes. Cuando hay malaria se corta al desarrollo de un país, y en esas condiciones está Venezuela. Estamos como hace 60 años atrás”, completó.

Pero eso no es lo único que en estos momentos pone los pelos de punta. Resulta que Oletta y los investigadores de la red están observando el  agotamiento inmediato de las reservas en Venezuela de derivados de artemisinina (desde hace un mes) para el tratamiento de la malaria producida por el parásito falciparum.

Y según indicó, no es posible reponer los inventarios de medicamentos rápidamente: “El tiempo de espera es de unos 3 meses, si se importa a través del Fondo Rotatorio Organización Mundial de la Salud-Organización Panamericana de la Salud”.

Por tanto, declaró que es necesario solicitar urgentemente donaciones a organismos internacionales, pues se estima que el número de casos de malaria en Venezuela, alcanzará los 200.000 en 2016.

De ellos, dijo el médico, cerca de 30 % son producidos por P. falciparum. “Por lo que es necesario garantizar el tratamiento específico para 60.000 personas que padecerán esta forma de la enfermedad, por demás, potencialmente grave por sus complicaciones y riesgos de muerte”.

Los medicamentos indicados por la Pauta Nacional de Tratamiento Antimalárico del Ministerio de Salud, y que están a punto de agotarse, son: Artesunato-Mefloquina (Comprimidos 25/55 mg y de 100/220 mg); Artemether-Lumefantrina (comprimidos 20/120 mg); Artesunato (polvo liofilizado) y Artemether (ampolla 80 mgs).

Al parecer, comentó, la clorotina (un agente antipalúdico) no está fabricándose en el Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar). Su producción se detuvo en 2015 y ahora todos los medicamentos son importados.

Este agente se usa para los casos de malaria vivax. “Pero la gran preocupación que tenemos es para los contagios con falciparum, que son 30 % de los casos, y que además son resistentes a la clorotina, que es uno de los medicamentos específicos de primera línea establecido por el Gobierno”, aseveró.

De nuevo, el investigador manifestó que no se sabe cuál es la reserva actual. Pero, señaló, existen varios reportes locales y regionales que indican que ya no hay tratamientos para falciparum.

“Y si sacamos una cuenta sencilla, se puede estimar que finalizaremos con 200.000 casos y si de esos 30 % son contagios por falciparum, se van a requerir 60.000 dosis de medicamentos. Eso si la epidemia se mantiene con la escala actual, de casi 4.000 casos por semana”, sentenció.

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Exportando malaria

No solo lo interno está descontrolado. Oletta acotó que también somos una fuente de enfermos para otros países. Por ejemplo, ratificó que mientras recibimos 25 casos de Brasil, exportamos 2.000, 110 veces más. “Por ello, si a esta situación no se le pone atención vamos a ser un problema de salud pública para el continente”, concluyó.

Foto: Alejandra Zamudio


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