La película tiene a Zendaya como protagonista. Una historia alrededor de una discusión de casi dos horas entre una pareja que pensó que tendría una noche festiva.

Caracas. Una casa en medio del bosque es el escenario para una tensa historia. Ahí habita una pareja en constante suspenso, una dinámica en la que las palabras son el detonante para reacciones iracundas, la constante tirantez hecha relación.

Malcolm (John David Washington) es cineasta. Vive su gran noche porque acaba de estrenar una película. Luego de la premiere va a casa junto con su novia Marie (Zendaya), también actriz en esta ficción. 

Una vez en el hogar, él pone música y baila. Mientras, ella se dirige a la cocina. Él empieza a hablar sobre la gente que compartió sus impresiones, las reacciones inmediatas de algunos críticos. Ella observa, escucha y reacciona con gestos que anticipan un estallido.

Malcolm & Marie es una película en blanco y negro. Su elenco está conformado únicamente por ambos actores, quienes sostienen las casi dos horas de discusión descarnada que es la trama.

Malcolm & Marie
Escenas en blanco y negro resaltan la ambivalencia emocional de los protagonistas de la obra. Los refugios de cada uno. 

Ella lanza el primer dardo. Está dolida por una omisión. Se derrumba la aparente felicidad de la noche. Surgen los reproches acumulados, se ven las heridas que todavía no sanan. 

Disponible en Netflix, fue filmada en dos semanas durante la pandemia. Es dirigida y escrita por Sam Levinson, quien es autor de la serie Euphoria, por la que Zendaya ha sumado loas a su trabajo. Y en Malcolm & Marie corresponde al buen augurio alrededor de ella que ha habido en años recientes después de dejar el estrellato juvenil. 

Es una obra con altibajos emocionales. Inconstante en las emociones mostradas, un recurso cónsono a la tirantez de los protagonistas. Por momentos buscan la peor manera de herir al otro, pero repentinamente encausan una pasión que los compenetra. Una dinámica vertiginosa por los repentinos cambios de ambos sujetos. De la tormenta a la calma, y viceversa. 

Malcolm & Marie es así un conjunto de palpitaciones impredecibles hecho violenta discusión. Parlamentos en los que se devela poco a poco el pasado de ambos protagonistas, sus aciertos, sus miserias. Solo ellos dos, en medio de la oscuridad de un bosque, con no más sonidos que el de sus voces y la música que eventualmente suena para ambientar la frágil paz que surge temporalmente.

Malcolm & Marie
A los 24 años de edad, Zendaya se perfila como una de las mejores actrices de su generación.

Su misterio es intrínseco a la deriva de ambos personajes, desolados en medio de una vorágine incierta que alimenta todo tipo de intrigas y especulaciones.

En Malcolm & Marie hay vestigios de películas como La soga de Alfred Hitchcock, un solo lugar, el hogar, campo minado en el que todo está a punto de explotar. No es necesaria otra locación, como en el filme de los años sesenta del cineasta británico, en el que un pequeño apartamento es el escenario de un misterioso asesinato con ínfulas esnobistas. 

Sam Levinson se vale de los encuadres de una casa con amplios ventanales, casi sin paredes, como una casa de cristal, endeble ante la furia de la naturaleza. Aunque las verdaderas bestias están adentro. El exterior es paz y tranquilidad. 

Malcolm & Marie
El espectador se convierte en un espía de una discusión nocturna de pareja.

Por momentos la cámara parece que espía, de lejos, con los marcos de las ventanas como elemento discursivo para subrayar los distintos momentos emocionales de cada uno. Y de pronto, vuelve a internarse para desentrañar la algidez de la explosiva pareja, desde el rencor hasta la súbita y extenuante reconciliación. 

Como ambos protagonistas están vinculados al cine, Sam Levinson aprovecha para ironizar con acertada pluma sobre la crítica. Malcolm especula y acierta sobre lo que dirán los medios con respecto a su filme, las interpretaciones a la trama, incluso se ríe de las imprecisiones sobre las herramientas o técnicas de filmación, así como de la condescendencia que tienen sobre su obra por su color de piel, así como cuestiona los juicios a sus decisiones en el set presuntamente atadas a su género. 

Sam Levinson muestra una película que podría ser también un testimonio de la creación artística.

Son tan solo añadiduras a una historia que a partir de una grave crisis personal de sus protagonistas, que salpica como lava en la piel del otro, dos monstruos muestran sus dentaduras en una noche que estaba prevista para la alegría. Un ejercicio además para desmenuzar el proceso creativo, cómo la realidad es detonante de mil formas y mil rostros en la obra. 

Malcolm & Marie se puede leer como manifiesto sobre la aparente genuinidad del arte, la visión de sus musas y su dolor, la soledad, el miedo, la egolatría, y todo lo que surge desde la creación. La casa como la mente de cualquier creador.

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