María Teresa Parima, con 92 años de edad, es una institución dentro de la Cruz Roja Venezolana. Es directora del Departamento de Enfermería y aún es clave en el quirófano, donde se encarga de asistir al momento de anestesiar.

Caracas. A sus 92 años de edad María Teresa Parima, licenciada en enfermería, sale de su casa muy temprano. Su uniforme, blanco impecable, va perfectamente planchado. Aún se dispone a trabajar desde las 5:00 a. m. hasta la hora que sea necesario. Sabe a qué hora entra, pero nunca a qué hora saldrá. 

María Teresa le ha dedicado 71 años a su profesión, con amor y dedicación. Estudió en la Escuela Municipal de Enfermería en El Paraíso y se graduó en 1951. Comenzó su carrera en 1948 cuando decidió viajar de Onoto, estado Anzoátegui, a Caracas. Luego de llegar a la capital solo regresó a su pueblo natal de visita.

Su vocación inició ahí, entre las calles de ese pueblito, capital del municipio Juan Manuel Cajigal, específicamente en el colegio en el que estudió de pequeña. 

Enfermera
Foto: Gleybert Asencio

Cuando María Teresa era solo una niña disfrutaba ayudar a sus compañeros de la escuela. Le gustaba auxiliar a sus amigos y ver como se calmaban gracias a sus cuidados. 

Desde ese entonces me di cuenta que esto es bonito. Me llena ayudar a los demás y así empecé

Después de culminar la licenciatura en enfermería comenzó un postgrado en anestesia, una de sus mejores experiencias. A partir de ese momento pasó por una larga lista de centros hospitalarios en los que se instruyó hasta que en 1960 llegó a la Cruz Roja Venezolana

Ingresé un día sábado, 2 de febrero, del año 1960 y aquí sigo. Me recibieron con los brazos abiertos, con mucho cariño. Desde el primer momento, me sentí como si estuviera en familia y así continúa siendo.

Enfermera
Foto: Gleybert Asencio
Una vida al servicio 

Su postura recta y mirada determinada oculta los años de María Teresa, a simple vista no aparenta su edad.

Su vivacidad y agilidad la hacen parte esencial del equipo en el que labora. Es directora del Departamento de Enfermería y aún es clave en el quirófano, donde se encarga de asistir al momento de anestesiar. 

Creo que todos los seres humanos necesitan a una persona que los ayude a calmar su sufrimiento. Yo estoy para darles confort en la salud, aún me siento capacitada para continuar trabajando y lo haré hasta que Dios lo permita

Su vida personal y sus relaciones también están orientadas a su entorno de trabajo, ve a sus compañeros como su familia y ellos la ven como su guía y ejemplo a seguir. 

Es una gran profesional, ahora que trabajo con ella veo que no solo es excelente en su labor, sino que también es un buen ser humano. Es gratificante hablar con ella, confesó Yeilin Rojas, una de las enfermeras a su cargo. 

Las operaciones a su madre

María Teresa rememora las tres intervenciones quirúrgicas que le hicieron a su madre porque en todas fue ella quien le administró la anestesia. En cada ocasión le insistieron que ese no era el protocolo, sin embargo, ella asistía.

En mis manos estaba más segura que en cualquier otra. 

Foto: Gleybert Asencio

La licenciada evocó sus años de servicio y con una mirada de orgullo aseguró que siempre agotó todos los recursos con los pacientes que llegaron a sus manos. Utilizó todo el conocimiento que tenía y dice haberse aferrado a Dios para apaciguar las dolencias de quienes acudían a su encuentro. 

Una institución dentro de la institución 

María Teresa se pierde entre las paredes de la Cruz Roja con su rápido andar. Conoce el recinto como si de su casa se tratara.

Las enfermeras que laboran con ella cuentan que es una tarea complicada buscarla, porque está en constante movimiento. 

Ante cualquier dificultad, María Teresa es a quien recurren. Los enfermeros resaltan que ella busca la manera de resolver todo, sin importar que no tenga los materiales necesarios.

Es una institución dentro de esta institución.

Sus compañeros de trabajo no recuerdan un día en el que ella no haya estado guiándolos y temen el día que pueda faltarles.

Algunas veces dicen que cuando yo no estoy el procedimiento no sale igual y yo le digo que hay que seguir. Yo no soy imprescindible, cuando Dios me llame son ellos los que se quedan, reflexionó María Teresa.

Foto: Gleybert Asencio
Las nuevas generaciones 

Firmeza, vocación y fortaleza son las palabras que se escuchan por los pasillos al pedir una referencia sobre María Teresa Parima.

Ella trabaja junto a enfermeras muy jóvenes, a las que instruye con amor y compromiso. Se siente satisfecha al verlas desempeñar su trabajo con honestidad, tanto con los pacientes como con sus familiares. 

Yo siento que mi mente está conservada y que mis conocimientos están intactos. Todavía puedo enseñar. Quiero servir de ejemplo, la salud necesita personas que de verdad tengan vocación de servicio y quieran ayudar.

María Teresa lleva en su uniforme siete botones, cada uno representa una condecoración por sus años de servicio. Las porta con orgullo. El Día de la Enfermera recibió innumerables placas que guarda con estimación. 

Foto: Gleybert Asencio

El Día de la Enfermera se celebra el 12 de mayo en conmemoración al aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, considerada la pionera de la enfermería moderna.

Durante la pandemia 

La licenciada María Teresa se mantuvo activa durante la pandemia de COVID-19, asegura no haber sentido temor al contagio, pues se cuidaba muy bien. Además, sabía que se necesitaban todas las manos posibles en una contingencia tan grande. 

Su hermana, con quien vive, temía por la salud de María Teresa y en reiteradas veces le sugirió quedarse en casa, pero ella rechazó esa opción.

Me decían que era de la tercera edad y que temían por mi salud, recordó.

Un estudio realizado del 1° de enero al 29 de septiembre de 2021 por la Asociación Civil Acción Solidaria reveló que de todos los registros relacionados con poblaciones vulnerables, la más documentada durante este período de monitoreo corresponde al personal de salud.

Sandra Ríos, licenciada en enfermería y compañera de trabajo de la querida enfermera, reveló que para María Teresa no existen los días libres. Cuando pierde a algún familiar, no va a su casa a llorar, ella sigue trabajando, no se toma esos días de duelo.  

Enfermera
Foto: Gleybert Asencio

Este 21 de septiembre de 2022 María Teresa Parima cumple 92 años. Durante toda su vida al servicio de la enfermería recalca que su pasión es ayudar a quienes lo necesitan, no necesita nada más para ser feliz. 

No me casé, tampoco tuve hijos. Soy soltera, pero con un gran compromiso, estoy casada con la Cruz Roja Venezolana.

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