El documental, disponible en Netflix, relata la historia de una mujer que contó cómo sobrevivió al Holocausto nazi, ayudada por lobos.

Carcas. En el año 2007 en Francia se estrenó la película Survivre avec les loups, que en español sería Sobrevivir con los lobos, dirigida por Véra Belmont.

Uno de esos largometrajes que aseguran estar basados en la vida real. Y sí, así era. El filme francés estuvo inspirado en el libro Misha: A Mémoire of the Holocaust Years, un best seller de 1997.

La publicación relata cómo una niña belga llamada Misha Defonseca logra escapar del Holocausto nazi. Sin saber dónde habían terminado sus padres, se adentra en el bosque para huir de cualquier vestigio de humanidad. No confía en nadie en medio de tanto pavor, cuando todo se hacía más cruel.

En el bosque, cruza Bélgica, Alemania y Polonia. En esa incertidumbre y peligro, la niña es adoptada por una manada de lobos, que la acepta como un miembro de bajo rango, pero, a fin de cuentas, como parte de ese grupo, se sintió protegida.

Misha and the Wolves
Como si se tratara de una historia policial, el documental desenmaraña una mentira 

La historia era demasiado fascinante, un hecho increíble, inimaginable, que ocurrió en una de las épocas más atroces de la humanidad.

Pero todo es mentira. En 2008 la protagonista de la supuesta hazaña tuvo que admitir que eso no ocurrió. Ahora, el documental Misha and the Wolves desmonta una de las tramas más inauditas del mundo editorial, así como el irrespeto a la memoria de las verdaderas víctimas y supervivientes del nazismo.

Dirigida por Sam Hobkinson, la película cuenta cómo surgió esta figura hasta hacerse famosa. Misha Defonseca era una común habitante de Millis, Massachusetts, donde su cotidianidad era la de tantos. El dinero empezó a no ser suficiente, y un día contó su historia en público, testimonio más que suficiente para atraer la atención de amigos, vecinos y demás miembros de la comunidad judía de la zona.

Misha and the Wolves
La película, disponible en Netflix, recrea momentos de la vida que contó la protagonista

Misha and the Wolves muestra cómo la editora Jane Daniel vio el potencial de esos recuerdos convertidos en libro. Y llevó a cabo su idea: una publicación que inmediatamente se convirtió en altamente demandada. Fue traducido a distintos idiomas, y fue de interés en altos niveles, como Disney y Oprah Winfrey.

Todo parecía haber resultado mejor de lo esperado. Tanto editora como protagonista vivían una atención que rebasó toda lista de deseos. Sin embargo, comenzaron las desavenencias. Misha Defonseca consideró que el trato no era justo, que Jane Daniel  se lucraba más de lo que merecía. La llevó a la corte, y la historia de la niña que sobrevivió a la aplastante maquinaria nazi tuvo todas las de ganar ante un jurado notablemente conmovido. A la otrora impulsora y responsable del éxito de la protagonista le fue ordenado pagar 22 millones de dólares a la demandante. 

Misha and the Wolves muestra entonces cómo ese proceso deja un sinsabor en la editora, quien, en la derrota, empieza a percatarse de elementos que debió haber tomado en cuenta al principio. Hay datos en la historia de la protagonista que no cuadran. Ella empieza a mover sus fichas. Claro, ya no existe el ímpetu de ser una editora que cause revuelo, sino que se actúa desde la frustración del derrotado. 

Misha and the Wolves
Jane Daniel es la editora que masificó la historia de una persona que defraudó a miles

Con Internet como primer recurso, Jane Daniel escribe en un blog sus primeros hallazgos. Lo que parecía una botella lanzada al mar trae a la orilla respuestas de otras personas que tienen dudas de lo que se dice en el libro.

El Holocausto nazi es un asunto serio, con dolientes muy recientes y gente dispuesta a desenmascarar a cualquiera que banalice lo que ocurrió hace menos de un siglo. Además, existen las instituciones para documentarse lo suficiente y desmontar cualquier bulo. En medio de la catástrofe, hubo distintas maneras de dejar registro de cada vil paso, algunas muy insospechadas.

Misha and the Wolves toma el camino de las tramas detectivescas. A Jane Daniel se une un grupo de mujeres que se ponen como meta desenmascarar a la presunta amiga de los lobos. Están la genetista Sharon Sergeant y la superviviente del Holocausto Evelyne Haendel, entre otras figuras que siguen la línea argumental de este documental disponible en Netflix.

El director devela a medida que transcurre la historia personajes claves en la investigación, como para que el público sienta que va avanzando niveles hasta llegar al momento en cómo se llegó a la verdad. Misha Defonseca se negó a ofrecer testimonios sobre la fraudulenta etapa de su vida. Por eso, es interpretada en la obra por la actriz Laura Liberatore, un recurso para dramatizar la versión de la mujer puesta en duda, sin embargo, un recurso poco elegante y confuso, punto en contra de Misha and the Wolves.

“A veces una historia es tan asombrosa que parece increíble”, dice una de las entrevistadas. Sí, tan increíble que se vuelve verdad cuando es legitimida por las vías que debieron primero corroborar lo que ella decía.

La película plantea a la audiencia una discusión sobre la confianza en los interlocutores. Por ejemplo, el temor a cuestionar afirmaciones hechas por personas que aseguran provenir de un pasado desgarrador, en este caso, una sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial.

Ahora bien, si pareciera que todo apunta a un juicio despiadado hacia la protagonista, el director otorga justo espacio a un testimonio con la piadosa y necesaria reflexión sobre las razones que pudo tener Misha, un pensamiento basado en lo que realmente ocurrió en su niñez, y cómo ese mundo que recreó pudo ser tan solo el sótano en el que se refugió de las consecuencias del terrible conflicto bélico. 

“El peligro de creer todo pone en riesgo la historia de los sobrevivientes genuinos”, afirma una de las entrevistadas en Misha and the Wolves.


Participa en la conversación