El primer cotejo de la Serie del Caribe Gran Caracas 2023 en La Rinconada tuvo muchos puestos vacíos, en un estadio con detalles y áreas sin terminar.

Caracas. Poco público, pero mucho entusiasmo y curiosidad por conocer el Monumental Simón Bolívar de Caracas fue lo que se vivió en el primer cotejo oficial del nuevo estadio capitalino, en La Rinconada.

El duelo que favoreció 5-4 a los Cañeros de Los Mochis de México sobre los Tigres del Licey de República Dominicana marcó el inicio de la Serie del Caribe Gran Caracas 2023 con una asistencia bastante baja, aunque, a juzgar por las largas colas en la taquilla del Poliedro, la presencia de público para la apertura oficial del clásico con el duelo entre Venezuela y Panamá va a copar la mayoría de las 38.000 plazas aproximadas del nuevo recinto.

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De hecho, los boletos con precios entre 2 y 40 dólares para el choque entre Leones del Caracas y Federales de Chiriqui están agotados desde hace al menos una semana en la plataforma encargada de la boletería online.

Estacionamiento y acceso al parque

El primer día de pelota en el estadio Monumental contó con estacionamiento gratuito y con bastante seguridad en el área del Poliedro de Caracas. En un costado del parqueadero se hace el acceso al nuevo estadio, previa revisión.

La entrada al recinto fue fluida por la escasa asistencia y las taquillas del Poliedro ya tenían gente en cola por los tickets de la noche. El recorrido hacia el nuevo estadio es algo largo e incluye una rampa en subida y dos ascensos de interminables escaleras, por lo que más de uno llegó jadeando al punto donde se muestran los boletos.

La seguridad del estadio no permite subir botellas de agua, aunque en el recorrido hay al menos tres carpas con cavas donde regalan agua en pequeñas bolsitas de plástico.

Áreas de comida y precios

El estadio tiene detalles y áreas sin terminar, aunque lo que está listo como las tribunas, la pizarra, el campo y palcos, entre otros sectores, son bastante vistosos y agradables.

En los pasillos del primer piso están los puestos de comida, algunos de ellos todavía instalándose para cuando se dio la voz de play ball entre mexicanos y quisqueyanos.

Hay muchísima variedad desde food trucks hasta restaurantes y conocidas franquicias que operan en otros puntos de la ciudad. Los precios se asemejan a los del ya viejo estadio Universitario.

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Los perros calientes pequeños cuestan $2, los grandes $7 y hay una “promoción” de dos por $8.5. Hay arepas en $3 y dos por $5. Otras más gourmet están en $6. También hay pepitos a 15 y shawarmas a 10.

¿Bebidas? Hay bares que ofrecen mojitos en dos por $5 y la cerveza, igual que en la UCV, está en $1 y si se compran dos el cliente se lleva una jarra. Los refrescos valen $2 y el agua y la malta igual que la espumosa.

En un costado del primer nivel, una encargada de uno de los puestos se disculpaba con los clientes porque no había luz y no podía vender. La energía eléctrica llegó después al punto, pero los bajones se mantenían.

La joven esperaba obtener ganancias durante la Serie del Caribe para rentabilizar la inversión de $800 de alquiler por el puesto. Hay establecimientos más grandes que pagaron hasta $2000 para estar en el evento.

Visitantes de México y Dominicana

Como en todas las Series del Caribe, los aficionados mexicanos no se perdieron la edición 65 en Caracas. A los coloridos manitos se les vio en el lado de tercera base con sus habituales matracas, mientras que cerca de la primera base estaba un grupo de dominicanos para alentar al Licey.

Adolfo Valenzuela vino desde Sinaloa. Se “sorprendió” por el estado de la ciudad y se quejó por el tema cambiario.

Esperábamos algo peor, pero está bien. Tenemos el problema de la moneda. No hay bolívares. De pronto pagas con dólares y no tienen cambio.

Valenzuela también criticó el acceso al parque por las interminables escaleras. “El estadio está bien, pero esto es incómodo. Vienen muchos grupos con gente mayor y ¿Cómo van a subir esto?”.

Roberto Rosales viajó al país desde Bonao, un municipio de República Dominicana y se mostró más conforme con lo que vio. “La atención en la puerta es excelente y hay muy buena seguridad”.

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Entre los aficionados nacionales había curiosidad, entusiasmo y emoción. Giancarlos Ramírez se trasladó desde Los Caobos hasta La Rinconada en transporte público y dijo que la ruta desde Zona Rental “fue fluida”.

El estadio me gusta porque es nuevo. Se nota que le faltan algunas cosas, pero lo van a terminar pronto.

Jorge García hizo un recorrido más largo desde Petare junto con su esposa. Se tardó 10 minutos en la ruta especial habilitada desde Plaza Venezuela. Vinimos a ver el estadio con nuestros propios ojos, le han hecho bastante promoción.

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