Yaraní Acosta, consejera universitaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó que después de un año, la primera propuesta del protocolo para la prevención, atención, acompañamiento, orientación y seguimiento de violencias basadas en género está discusión.
Caracas. Carla* y dos compañeras de clases apresuran el paso al notar que dos hombres las siguen. Pese a los esfuerzos por dejarlos atrás, en uno de los pasillos de la Escuela de Bioanálisis de la Universidad Central de Venezuela (UCV), consiguieron alcanzarlas.
“Por más rápido que caminamos, sin darnos cuenta se nos pusieron uno de cada lado. Comenzaron a decirnos cosas, nos preguntaban en dónde estudiábamos e insistían en acompañarnos aunque les pedíamos que nos dejaran tranquilas”, cuenta la estudiante del cuarto semestre de Bioanálisis.
Para Carla y sus tres compañeras andar juntas en todos los espacios de su universidad es fundamental. “Ni de día nos sentimos seguras”, dijeron las jóvenes.
“Esto nos pasó a las 2:00 p. m., podrías creer que todavía hay un gentío por la universidad, pero no es así. Hay espacios muy solitarios”, dice.
A juicio de la estudiante, la inseguridad en la casa de estudios se debe a la falta de personal de seguridad. Hasta noviembre de 2023, había menos de 100 vigilantes para custodiar aproximadamente 10 estacionamientos en la universidad.
Hace más de 15 años había 60 vigilantes, que se dividían en grupos. Y en los años 90, la Dirección de Seguridad de la UCV tenía más de 500 vigilantes activos.
Carla critica que no existe un control para las personas que ingresan a la universidad. Los hombres que siguieron a la estudiante y a sus compañeras no pertenecen a ese centro de estudios, jugaban en las canchas de futbolito.
“También hay un señor que molesta a los alumnos, busca tocarlos y demás, pero a pesar de las quejas, siguen permitiéndole el ingreso a la UCV. Nosotras hemos reclamado eso y nos prestan atención”, dice Carla.
Las estudiantes aseveran que asistir a clases en la mañana les parece mejor porque hay más personas y se sienten un poco seguras. Sin embargo, hay materias que solo pueden cursar en las tardes.
Sus compañeros hombres nunca pasan por este tipo de situaciones. “Cuando les preguntas te dicen que solo les da miedo que los roben”.
Población LGBTIQ+ vulnerable
Yaraní Acosta, estudiante y consejera universitaria, aseguró que la población de lesbianas, gais, trans, bisexuales, intersex y queer (LGBTIQ+) también son vulnerables ante los casos de inseguridad en la UCV.
“Estoy segura que si hacemos una encuesta de discriminación y desigualdad en la universidad, 90 % de quienes respondan van a decir que no se sienten ni seguros, ni que forman parte. Solo que están aquí porque es lo único que pueden pagar”, lamentó.
Añadió que las mujeres que forman parte de grupos políticos dentro de la universidad también son propensas a vivir algún tipo de violencia
“Tanto en el contexto de protestas como en el ciclo normal del semestre la universidad no es segura. De noche a los hombres no les pasa ni la mitad de lo que le pasa a las mujeres porque muchas veces el agresor está dentro del aula”, añadió Lya Ortiz, politóloga y exestudiante de la UCV, durante un foro, a propósito del Día Internacional de la Mujer.
El 14 de marzo de 2023, se denunció a través de redes sociales, que presuntamente una joven fue sometida, abusada sexualmente y dejada sin ropa en Tierra de Nadie.
Protocolo de violencias en la UCV
Acosta planteó que los problemas estructurales forman parte de las razones de inseguridad en la UCV. “Yo estuve tres años teniendo que caminar 200 metros para ir al baño. Salía de clases y cuando volvía ya la clase estaba por terminar. Eso no es un problema netamente de la universidad, sino del Estado”.
Agregó que al protocolo para la prevención, detención, atención, acompañamiento, orientación y seguimiento de casos de discriminación y violencias basadas en género en la UCV “le falta poco“ para que lo aprueben. La primera discusión fue el 13 de marzo.
“Después de un año de trabajo, la propuesta del protocolo ya está lista. Pienso que la universidad no es segura, pero estamos en camino a lograrlo”, puntualizó.
¿Dónde denunciar?
Acosta manifestó que actualmente se puede denunciar directamente en la dirección de escuela de cada facultad. Esta tiene la responsabilidad de elevar la denuncia en los próximos cinco días hábiles al consejo de facultad.
Luego este consejo de facultad tiene cinco días para designar un docente instructor que haga un informe sobre la denuncia, este tiene cinco días más para llevar el informe y luego el Consejo de Facultad toma una decisión en función de ese informe.
Isabel Zerpa, docente de la Escuela de Educación y directora del Centro de Estudios para la Mujer UCV, precisó que el centro da apoyo psicosocial y orientación jurídica a las alumnas, docentes y trabajadoras que lo necesiten.
“Primero se le da apoyo emocional y luego, si esta quiere denunciar se da la orientación específica para que sepa a dónde se debe dirigir”, expresó.
Recordó que las universidades no son receptoras de denuncias, y que la labor de esto lo tiene Fiscalía y otros entes gubernamentales.
El pasado 5 de febrero la Universidad de los Andes aprobó el Protocolo para la Prevención y Erradicación de la Violencia de Género, la cual nació de una propuesta de protocolo promovida en 2021 por la ONG Aula Abierta.
En Venezuela, la ULA y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) son los únicos planteles de Educación Superior con un protocolo para la prevención y atención en casos de acoso y violencia sexual.