Fotografía: Tairy Gamboa

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Niños y niñas caraqueños madrugan cada 1° de diciembre para ver al Santa de la Cota Mil

By Lucía Fernanda Ramírez @luciferamirezg

December 01, 2023

Como ha hecho desde 2017, Gilberto Sánchez busca renovar la ilusión de la temporada navideña entre los más jóvenes. Usuarios de la Cota Mil consideran que con su labor, Sánchez ya se ha convertido en un emblema del inicio de la Navidad en Caracas.

Caracas.Mami, por favor, no importa que no tenga clases, igual debemos ir a ver a Santa, le dijo Diego a su mamá, quien desde hace cinco años lo lleva a ver al Santa de la avenida Boyacá, mejor conocida como Cota Mil, en Caracas.

Desde que el niño de 10 años lo vio por primera vez al pasar un día por casualidad, todos los 1° de diciembre le pide a sus padres asistir.

Nosotros vivimos en Mariche. Creímos que nos quedaríamos esta vez porque como el colegio está cerrado por lo de las elecciones, el niño tenía la opción de quedarse durmiendo, pero qué va, desde las 5:00 a. m. ya estaba despierto, dijo su madre mientras señalaba la carta con un dibujo que Diego había hecho desde hace dos días.

Fotografía: Tairy Gamboa

Al igual que Diego, para Arantza también es una tradición asistir con su madre a la Cota Mil el primer día de la Navidad.

Para la niña de nueve años, no hay nada más emocionante que pedirle a Santa que la felicite justo el día de su cumpleaños. Por eso, todos los 1° de diciembre desde que tiene un año de edad, acude al lugar para darle un abrazo al que califica como su personaje favorito.
Fotografía: Tairy Gamboa
Fotografía: Tairy Gamboa

Tradiciones que no se rompen

Para Mary Carmen Cárdenas, ver al Santa de la Cota Mil el primer día de diciembre es más que una tradición.

Esta es la temporada más linda, en la que a pesar de todos los problemas del país, se puede ver la solidaridad y te contagias de la alegría de los demás, dice tras señalar el vestido estampado de renos que compró para la ocasión.

Fotografía: Tairy Gamboa

Para Jorge, continuar con la tradición es algo que ni la distancia puede romper. El caraqueño, quien llevaba a su hija todos los años para que se tomara una fotografía con Santa, este 2023 decidió asistir, pero esta vez sin ella debido a que su hija se fue del país.

Santa, regálame una foto para mi hija. Esta vez no pudo venir, dijo entre lágrimas.

Para Ana Flores y Lorena Arteaga, ver al Santa no es solo para niños. Desde que están en preescolar, las jóvenes de 18 años le piden a la madre de Lorena que las lleve.

Dijimos que cuando tengamos a nuestros hijos también vendremos juntas, cuentan.

El buzón de Santa

Como todos los 1° de diciembre desde hace seis años, Gilberto Sánchez, mejor conocido como el Santa de la Cota Mil y su hija Sineidy Sánchez, quien lo acompaña en su papel de duende, se levantan a las 3:00 a. m. para hacer los preparativos y estar desde las 5:30 a. m. en el rayado de la avenida Boyacá, a la altura de Boleíta.

Con un buzón verde que desde el día anterior llenan de caramelos y que está destinado a depositar todas las cartas de los niños y niñas que pasan por el lugar, se disponen a recibir con una gran sonrisa a todos los que pasan pidiendo fotografías y saludos.
Fotografía: Tairy Gamboa

Gilberto asegura que conserva todas las cartas que le entregan. Tengo aproximadamente 9500. Para mí no hay nada más emocionante que leer los deseos, ver los dibujos que me hacen. Es gratificante”, expresa.

Fotografía: Tairy Gamboa

Las peticiones hechas por niñas, niños y en ocasiones adultos, no son solo materiales. Sineidy, hija de Gilberto y quien lo acompaña como duende, afirma que hay personas que le piden a Santa por su salud, o la de sus familiares, por lo que el ritual de lectura de cartas es una “montaña rusa“ de emociones.

Además de la emoción de llenar su buzón de cartas y llevar felicidad a los caraqueños, Gilberto Sánchez heredó el papel de Santa por uncompromiso adquirido con su amigo Ramón Canela, quien falleció hace seis años en España, su país natal.

La duende de Santa

Sineidy Sánchez, quien acompaña a su padre vestida como duende desde hace seis años, inició como señora Claus. Sin embargo, el papel no iba acorde con sus 32 años.

Queríamos el disfraz de duende tradicional. Para eso le pedí ayuda a mi  mejor amiga Gibell Coelho, que es diseñadora de modas. Ella me hizo mi primer disfraz y este que tengo puesto, que lo uso desde hace tres años, cuenta.

Manifiesta que la labor que hace junto a su padre es una oportunidad para compartir con él.

Los primeros 10 meses del año son muy ocupados, así que me tomo los últimos dos para compartir con mi papá, que fue el primer Santa que tuve. Eso me inspiró a acompañarlo, expresa.

Fotografía: Tairy Gamboa

El traje de Santa acompaña a Gilberto desde hace más de 20 años. Con el tiempo ha sido reconstruido por su esposa, quien ha ayudado que mantenga su apariencia original.

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