Nueva reconversión monetaria llega a un país multimoneda y con 44 meses cumplidos en hiperinflación

La reforma, ahora llamada por el Banco Central “nueva expresión monetaria”, viene, a juicio de los especialistas, sin medidas económicas adicionales que corrijan la hiperinflación, lo que allana el camino para que sea solo un placebo que alivie las transacciones. Con un cronograma electoral a final de año, el Gobierno enfrenta mayores presiones para aumentar el gasto y recurrir a financiarse a través del BCV.

Caracas. Venezuela entró en hiperinflación al finalizar 2017 y desde entonces es poco lo que los economistas consideran que se ha hecho para frenar uno de los procesos que más empobrecen a la población. En 2018 las autoridades aplicaron una reforma monetaria que quitó cinco ceros al bolívar y ahora —tres años después— aplicarán otra reforma en octubre de este año, que eliminará seis ceros, pero viene sin políticas adicionales orientadas a corregir la inflación; por el contrario, los especialistas consideran que se trata de otra medida que solo servirá para aliviar las transacciones.

La nueva reconversión, que consta de cinco billetes de Bs. 5, Bs. 10, Bs. 20, Bs. 50 y Bs. 100 y una moneda de Bs. 1, salió en Gaceta Oficial número 42185 con fecha 6 de agosto a través del decreto N.° 4553 y entrará en vigencia a partir del 1° de octubre.

El economista Aarón Olmos comenta en entrevista a Crónica.Uno que una de las diferencias entre esta reforma y la anterior es que el Banco Central de Venezuela (BCV) se refiere a esta como “nueva expresión monetaria”. A la de agosto de 2018 la institución la llamó “reconversión monetaria” y el bolívar se diferenció con la expresión “soberano” por varios meses.

La medida llega a un país con 44 meses cumplidos en hiperinflación y en una economía multimoneda provocada por la misma distorsión. Hoy la mayoría de las transacciones se hacen con dólares y en algunas regiones hasta con pesos colombianos. El bolívar quedó relegado a un segundo plano y muchos lo usan para redondear los pagos que hacen con divisas cancelando “los piquitos” con sus tarjetas de débito o con pago móvil.

La propuesta del BCV, como las dos anteriores, parece venir sin medidas económicas adicionales. De por sí una reconversión no corrige un problema estructural, lo que sí corrige son los grandes flujos, porque los sistemas administrativos se desbordan, ya hay empresas que trabajan con 20 cifras, por ejemplo, pero no corrige la hiperinflación, señala Olmos.

En 2018 el país experimentó la tasa más alta de inflación con 130.060 %, en 2019 cerró con 9585 % y en 2020 tuvo una inflación de 2960 %, según datos de la firma FocusEconomics. La gente no cree que la nueva reconversión resuelva algo y piden medidas adicionales a las autoridades. Este año, cuando se celebran elecciones regionales en noviembre, los economistas pronostican que haya impacto en los precios de bienes y servicios, debido a que el Gobierno tiene mayores presiones para gastar. El economista Hermes Pérez, por ejemplo, es uno de los que considera que en este contexto es probable que los billetes de menor denominación tengan una vida útil de seis meses.

El Gobierno desde 2019 elevó el encaje legal a la banca. Una medida que los economistas consideraron dirigida a frenar la inflación, pero el costo fue restringir el crédito bancario y dejar a las empresas y a las personas sin posibilidades para producir o mejorar el consumo, debido a que las tarjetas de crédito quedaron prácticamente inservibles, pues los montos para gastar se volvieron irrisorios. Los especialistas consideran que el Gobierno debe volver a presentar el presupuesto nacional y parar sobre todo los préstamos del BCV a Petróleos de Venezuela para financiar el déficit, pero hasta ahora no han sido escuchados y el resultado es que el país se cuenta entre las naciones con hiperinflaciones más largas de la historia.

Otra diferencia de la nueva reconversión es que el comunicado se refiere a un “bolívar digital” que convivirá con el físico. Para Aarón Olmos, experto en criptomonedas y director general de Olmos Group, no se trata de que el BCV está creando un nuevo bolívar desmaterializado, sino que lo que busca es impulsar un mayor uso de las herramientas digitales.

En gaceta se lee que a partir del 1° de octubre “los precios, salarios y demás prestaciones de carácter social, así como los tributos y otras sumas en moneda nacional contenidas en estados financieros u otros documentos contable, o en títulos de crédito y en general, cualquier operación o referencia expresada en moneda nacional, deberán expresarse conforme al bolívar en su nueva escala”. 

La nueva escala fijada por las autoridades señala que las cifras deberán dividirse entre un millón (1.000.000), para de esta manera eliminar los seis ceros. Además, un documento del BCV refiere sobre los redondeos que “el redondeo o método de aproximación se aplicará en los sistemas una sola vez, con el objeto de que el precio o valor individual de los bienes y servicios, así como de otros importes monetarios en la nueva expresión monetaria se lleven a dos (2) decimales, mediante la aplicación de la regla de redondeo correspondiente”.

El decreto N.° 4553 también establece un principio de gratuidad. “La nueva expresión del bolívar, así como la realización de las operaciones previstas en este decreto o de cualesquiera otras que fueren necesarias para su aplicación, será gratuita para los consumidores y usuarios, sin que pueda suponer el cobro de gastos, comisiones, honorarios, precios o conceptos análogos. Se considerará nulo de pleno derecho cualquier cláusula, pacto o convenio que contravenga lo dispuesto en este literal”.

“Los bancos y demás instituciones financieras deberán ajustar sus sistemas y gestionar lo conducente para que el 1° de octubre de 2021 estén convertidos en su totalidad los saldos de las cuentas de sus clientes bien sea por operaciones activas, pasivas y otras, de conformidad con lo establecido en el presente Decreto, e informar dicha nueva expresión oportunamente a través de los medios que se consideren pertinentes; sin perjuicio de la normativa que dicten los organismos de supervisión y fiscalización a tal efecto”.

El decreto también señala que a partir del 1° de octubre de 2021 los billetes y monedas metálicas emitidos por el BCV representativos de la unidad monetaria vigente antes de la medida, “circularán simultáneamente con las nuevas especies monetarias emitidas con posterioridad a dicha fecha y conservarán su poder liberatorio, hasta tanto el Banco Central de Venezuela así lo determine”.

El economista Olmos dice que las piezas del anterior cono —que cocircularán con el nuevo— tendrían que ser de obligatoria aceptación hasta que el BCV lo decida y asuma una desmonetización, en otras palabras, cuando informe que ya no son válidas. Sobre el redondeo apunta que “lo más normal es que veamos un ajuste de precio hacia arriba, que el pasaje lo lleven a un millón (Bs. 1 a partir de octubre)”, por ejemplo.   

En un foro organizado por Punto de Corte el 12 de agosto sobre la nueva reconversión, el economista Hermes Pérez expresó que “la hiperinflación provoca hambre, pobreza y miseria”, debido a que reduce el poder adquisitivo de la gente. En ese sentido, señaló que el país entró en el cuarto año y no se anuncian medidas de fondo para atacar este problema. La economía se contrajo un 80 % en siete años, hoy produce menos bienes y servicios, pero emite más dinero. 

“El BCV emite dinero para prestarle a Pdvsa. Eso empezó en 2010; le prestaba alrededor de 20 % de la base monetaria. Este año le está dando 73 veces el valor de la base monetaria”, advirtió Pérez, quien apuntó que esa relación se fue exacerbando con el tiempo.

El economista prevé que al finalizar el año el Gobierno tenga más presión de pedir financiamiento al BCV por el cronograma electoral y con ingresos contraídos por la menor producción petrolera. “En ese contexto podemos decir que los billetes de más baja denominación van a tener una vida útil de seis meses. Si se corta el financiamiento a Pdvsa se frena la hiperinflación”, dice. 

Olmos coincide en que el Gobierno tiene más incentivos para ejecutar mayores gastos. Incluso en agosto-septiembre estima que pueda acelerarse la tasa de inflación. “Este es un mes particular, de vacaciones, es un tema de dinámica económica compleja, donde el Ejecutivo lanza más dinero a la calle, lo más probable es que en elecciones con más gasto: más bonos. Son meses de bastante gasto en Venezuela a nivel cíclico y lo más probable es que se cierre con hiperinflación”, advierte.

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