Segundo naufragio en menos de un mes evidencia deterioro de la flota pesquera de Margarita 

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Todavía se desconoce la suerte corrida por Ligia Elena Marcano y su hijo de cinco años desaparecidos desde el 5 de marzo, y ocurre una nueva tragedia con el bote Río Catatumbo, el cual naufragó el pasado martes 21 con seis ocupantes. Hasta ahora hay dos sobrevivientes, dos fallecidos y dos desaparecidos.

Porlamar. A escasos 17 días del naufragio del buque peñero “Irialne Belmar”, ocurrido el domingo 5 de marzo en el que falleció Luis Enrique Indriago (29) mientras se desconoce la suerte corrida por Ligia Elena Marcano (38) y su hijo de 5 años, vuelve a suceder un hecho similar. 

Este martes 21 de marzo, el peñero Río Catatumbo, que zarpó desde playa El Tirano municipio Antolín del Campo de la isla de Margarita, naufragó antes de llegar al archipiélago de Los Frailes, con sus seis ocupantes. 

El 5 de marzo, también había zarpado el peñero “Tarzán” en faena de pesca y decidió retornar a las 9:00 a. m. por daños en el motor que los dejó a la deriva por falta de mantenimiento. Afortunadamente la mañana del lunes 6, la búsqueda emprendida por los pescadores de Juan Griego culminó con la localización de los marinos Carlos Manuel Rojas Gómez y José Ángel Rivas Lárez.

La causa de este nuevo naufragio es la misma: por falta de mantenimiento se desprendió una tabla del fondo de la nave. Víctor Hernández y José Antonio Vargas son hasta ahora los únicos sobrevivientes del “Río Catatumbo”. Ellos también fueron rescatados en la búsqueda particular por los pescadores de la zona. 

En el peñero “El Gringo” regresaron a puerto seguro y llevados hasta el hospital de Salamanca, donde los atendieron dado su alto grado de deshidratación. 

Allí narraron parte de la tragedia que les tocó vivir, comenzando por confirmar que la embarcación zozobró tras romperse una de las tablas.

Aunque se amarraron a la embarcación, la cuerda se rompió y vimos hundirse a tres de ellos. Uno se ahogó y los otros dos se aferraron a la puerta de la nevera”, narró Hernández a los familiares.

Posteriormente, la misma tarde, en la embarcación “El Gran Fili”, trasladaron hasta playa El Tirano, el cuerpo sin vida de José Hernández, patrón del bote zozobrado. 

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Familiares de los pescadores extraviados permanecen a orillas de playa El Tirano, a la espera de cualquier información. Foto Dexcy Guédez

En medio de la desesperación, los sobrevivientes del naufragio solamente recuerdan que Hecnel Tineo, hasta ahora el único identificado de los tres que siguen sin aparecer, se aferró a la tapa de la nevera que llevaban para recolectar el producto de la faena de pesca que nunca se cumplió. 

Auxilio oficial

En el muelle de playa El Tirano, todo es confusión, tristeza e impotencia, ya que aseguran los familiares, la búsqueda ha estado signada por la falta de apoyo gubernamental.

María Joaquina Tineo, hermana de Hecnel, de 17 años y el más joven de los tres desaparecidos, clamó por la implementación de las labores de búsqueda por vía aérea, tomando en cuenta que dos de ellos estarían aferrados a una puerta.

Necesitamos ayuda del puerto de La Guaira, de los puertos que están más al norte porque los expertos aseguran que la corriente apunta más a ese lado, pero lo más importante que necesitamos es la ayuda con helicópteros de la Fuerza Armada Nacional para poder encontrarlos. Todos estamos aquí esperando por ellos”, expresó.

Mantenimiento imposible 

Los pescadores que colaboran en la búsqueda de los extraviados en altamar coinciden en que la falta de mantenimiento seguirá siendo la principal amenaza que corran a la hora de zarpar en busca del sustento.

“Tenemos que ahorrar al menos un año para poder sustituir tablas y pintar los botes. Ahí se van fácilmente 1500 dólares”, aseguró Rodolfo Morao, pescador de playa El Tirano.

Además estimó que la reparación de un motor fuera de borda de un peñero, ronda los 2000 dólares mientras que adquirir uno nuevo puede costar hasta 4500, dependiendo de la marca y los caballos de fuerza.


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