Fotos: Francisco Bruzco - Cronica.Uno

Debate Democrático

Organizaciones sociales proponen agenda para rescatar el derecho a vivir en democracia

By Maru Morales P. @morapin

November 30, 2020

Provea, Espacio Público, Transparencia Venezuela y la UCAB articulan esfuerzos, herramientas y conocimientos para despertar la conciencia de que la democracia es un derecho. Sostienen que el eje de la defensa de ese derecho es la gente. Este lunes presentaron el Decálogo para la Acción en Democracia.

Caracas. Rescatar el derecho a vivir en democracia es el propósito que se plantearon tres ONG y una universidad venezolanas como meta común. Con ese objetivo, las ONG Provea, Espacio Público, Transparencia Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello presentaron este lunes el Decálogo para la Acción en Democracia.

El documento de unas 40 páginas se puede firmar por todo aquel que comparta la conciencia de que el deterioro de la calidad de vida en Venezuela (servicios públicos, salud, salarios, educación, esparcimiento, alimentación, libertad de expresión y bienestar en general) tiene como raíz el deterioro de la democracia.

El Decálogo para la Acción en Democracia consta de los siguientes enunciados:

  1. El pueblo es dueño de su destino político y los gobernantes están a su servicio.
  2. Hay garantías para la participación ciudadana.
  3. Hay oportunidades para la libre formación de la opinión pública.
  4. Podemos intervenir en las decisiones y contribuir a resolver los problemas sociales.
  5. Podemos decidir el rumbo del desarrollo económico y velar por la inclusión de todos.
  6. Se celebran elecciones libres y limpias, con organismos electorales confiables.
  7. Se promueve la convivencia y el respeto entre mayorías y minorías.
  8. Existen límites y controles efectivos sobre los gobernantes.
  9. Se exige responsabilidad, transparencia y rendición de cuentas.
  10. Las Fuerzas Armadas están subordinadas al poder civil.

Con base constitucional

Durante la presentación de la iniciativa, el rector de la UCAB, el politólogo y sacerdote jesuita padre José Virtuoso enfatizó que la crisis venezolana actual solo puede ser superada alcanzando un proceso de transición política que lleve al país a la recuperación de la democracia, pero esa certeza tiene que germinar en la población para que sea desde sus bases que surja el reclamo.

“Los protagonistas de este proceso son los ciudadanos porque la democracia es un proceso de lucha, no es solo un punto de llegada sino una cultura que se fragua como sociedad. Los dolientes de la democracia son los ciudadanos que la luchan y la construyen. Proponemos rescatar la democracia como nuestro derecho”, indicó.

Por su parte, el profesor Jesús María Casal, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, explicó que el decálogo en sí mismo se nutre de los derechos plasmados no solo en instrumentos jurídicos universales, como la Declaración de los Derechos Humanos o la Carta Democrática Interamericana, sino principalmente en la Constitución de 1999.

“Los derechos humanos son el cimiento de la democracia. La Carta Democrática Interamericana reconoce la democracia como un derecho individual y colectivo. Cada principio del Decálogo tiene un enunciado, tiene un basamento constitucional, un diagnostico y una propuesta de acción. Hay un conjunto de iniciativas ciudadanas para luchar contra la violación de derechos humanos, prevenir la corrupción, defender la libertad de expresión, etcétera; este decálogo quiere contribuir a aglutinar esos compromisos”, señaló Casal.

Valores democráticos vivos

Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público; Marysabel Rodríguez, investigadora del Centro de Derechos Humanos de la UCAB; Rafael Uzcátegui, de Provea y Mercedes De Freitas, de Transparencia Venezuela, expusieron desde su ámbito de acción la importancia de lograr que el rescate de la democracia sea el factor unificador del discurso del liderazgo pero sobre todo de la acción ciudadana por venir.

Correa resaltó que pese al deterioro sostenido de los mecanismos democráticos (como el voto) que ha soportado la sociedad venezolana en los últimos 20 años, la ciudadanía sigue identificándose con los valores democráticos. Afirmó que hay un correlato entre desarrollo social y democracia, entre libertad de expresión y desarrollo: “Todos los países que han perseguido a sus ciudadanos por lo que expresan, tienen en paralelo indicadores negativos o retroceso en su línea de desarrollo social”.

Rodríguez puso como ejemplo de la insistencia de la sociedad venezolana en practicar la democracia en sus espacios cotidianos la creación de iniciativas de colaboración en comunidades populares. Espacios como los comedores solidarios, indicó la investigadora, requieren diagnóstico del problema, presentación de propuestas, escogencia de las más viables, ejecución de la idea, seguimiento y auditoría de los resultados y recursos.

Lucha contra la corrupción es transversal

De Freitas resaltó que las practicas de transparencia para prevenir la corrupción son transversales a todo el Decálogo y no se restringen únicamente al punto número 9.

Explicó que en Venezuela, la Gran Corrupción ha crecido de manera inversamente proporcional a la reducción de los espacios y prácticas democráticas. “La falta de democracia facilita la corrupción y con ello la vulneración de los derechos humanos”, dijo. Asimismo, contó que Transparencia Venezuela y una red nacional e internacional de investigación sobre la corrupción en Venezuela detectaron que desde el año 2003 se han desviado por lo menos 52.000 millones de dólares del erario público.

De acuerdo con las cifras de Transparencia Venezuela, con 52.000 millones de dólares se habrían podido construir 593 hospitales especializados tipo IV (presupuesto 2015 del Ministerio para la Salud); se levantarían 194.000 escuelas de educación básica (según cálculos del Ministerio para la Educación, 2015) y se hubiesen edificado 21 represas hidroeléctricas como la de Caruachi en Ciudad Guayana (2006) que aporta 12 % de la energía eléctrica del país.

Por su parte, Rafael Uzcátegui, de Provea, vaticinó que dada la crisis de la dirigencia política, la persecución judicial contra los partidos de oposición y la inminente escogencia de una nueva Asamblea Nacional cooptada por Miraflores, en 2021 tocará a la sociedad civil levantarse desde sus cimientos para reconducir el rescate de la democracia.

“2021 será el año de la sociedad civil. El desafío será hablarle a quienes están desconectados de las reflexiones sobre el cambio político. El derecho a vivir en democracia es la oportunidad para construir una narrativa que le llegue a la gente”, indicó.

Foto archivo Crónica.Uno