Además del pez león y el coral Unomia el parque nacional Mochima ahora recibe la mano del hombre

Parque Nacional Mochima

En la pasada Feria Turística Anzoátegui 2022, tres proyectos, dos en maqueta y uno en funcionamiento, despertaron el interés y la preocupación de grupos ambientalistas puesto que están enclavados en espacios con un ecosistema frágil como el parque nacional Mochima. Seven Resort es uno de esos proyectos, el cual tiene previsto iniciar su construcción en 2023. Promotores del mismo aseguran que la obra cumple todos los parámetros de respeto al ambiente.

Barcelona. Durante la Feria de Turismo Anzoátegui 2022, celebrada en junio pasado, tres proyectos hoteleros, dos en maqueta y uno en funcionamiento, llamaron la atención de quienes se acercaron al Centro Comercial Plaza Mayor. Los proyectos son: Isleta Lodge, planificado para construirse en Píritu, Posada Isla Piscina, en funcionamiento en un islote del parque nacional Mochima y Seven Resort, previsto a edificarse en la zona conocida como Isla La Borracha, también perteneciente al parque nacional Mochima.

Desde su llegada a la gobernación hace casi un año, el actual gerente regional Luis José Marcano ha tenido como punta de lanza “vender” las potencialidades turísticas de la entidad a través de la marca estado Anzoátegui Te Enamora, y de concretarse la puesta en marcha al unísono de estos tres complejos turísticos, convertirían a Anzoátegui en una especie de “Bora Bora” latinoamericana.

Por tratarse de un parque nacional con un ecosistema frágil, Isla Piscina y Seven Resort han levantado la preocupación de grupos ambientalistas en la entidad, los cuales aseguran que además de tener al pez león y el coral Unomia, las aguas de Mochima ahora enfrentarán a otro invasor y es la mano del hombre.

Integrantes de estos grupos sostienen que para las autoridades son más importantes los ingresos que estos proyectos pudiesen generar, que la preservación de los ecosistemas naturales.

Rodolfo Gil es miembro de la fundación Agua Para todos, asegura que se enteraron del proyecto durante la expo feria turística pasada y según su fundación, a la par de otras que hacen vida en la zona norte de Anzoátegui, desconocen de qué va el mismo.

A su juicio, afirma que la futura edificación y puesta en servicio de estos hoteles iría en contra hasta del Plan de la Patria, el cual en uno de sus puntos reza que se deben preservar los espacios naturales, y para Gil, al contrario de lo que está escrito en el plan, Venezuela parece ir hacia atrás en materia ambiental, puesto que espacios hermosos del país se están destruyendo y dejando ruinas a las generaciones futuras.

Hospedajes como Isla Piscina, ubicado en un islote del parque Mochima, no traen beneficios a la población de Anzoátegui y Sucre, ojala que en el futuro no se vean daños ecológicos que presumimos habrá con estas obras, en un ambiente tan delicado como son los arrecifes de Mochima.

Con una extensión de 94.935 hectáreas, el área de Mochima fue decretada en 1973 como parque nacional bajo decreto N.° 1.534, con el fin de preservar sus bellezas naturales y sus arrecifes, coralinos, praderas de thalassia, valles estrechos, islotes y manglares.

Para Gil, la Ley de Parques Nacionales fue creada precisamente para eso, proteger los parques, Mochima es uno de los más grandes, importantes y frágiles del país, por lo que no ven con buen agrado, la construcción que se iniciaría en la Isla La Borracha en enero de 2023, ni otras que se adelantarán en lugares emblemáticos del país como Los Roques y La Tortuga.

El impacto ambiental en estos espacios será considerable para especies como las tortugas. Queramos o no, se tengan las previsiones a la hora de construir, el impacto será grande, cosas simples como las luces de esos hoteles distorsionan el camino de las tortugas hacia sus nidos para poner sus huevos. La Ley de Espacios Acuáticos, Penal del Ambiente y de Aguas se ven violadas cuando se impulsan actividades ajenas a los parques, si el hotel no ofrece garantías de cuidar el parque, las consecuencias serán nefastas.

Parque Nacional Mochima
Ambientalistas aseguran que el frágil ecosistema del parque pudiera estar en peligro. Foto: José Camacho

El ambientalista asegura que a la única reunión que han acudido para tratar el tema fue convocada por los vecinos de la isla La Borracha, afirma que de participar en encuentros con la empresa constructora y los entes gubernamentales podrían recomendar que la estructura no sea invasiva, que sea removible y que se apliquen nuevas tecnologías como se hace en el Pacifico Sur, donde se ha logrado una relación simbiótica con los organismos y el ecosistema.

Ambiente primero

Con la aprobación para arrancar en enero de 2023 la construcción del proyecto Seven Resort, la empresa constructora sostiene que la preservación del ambiente es una premisa. Manuel Hernández es el ingeniero responsable de levantar la obra y lo primero que deja en claro y para despreocupación de los ambientalistas es que en primer lugar la misma no será un edificio, sino que serán especies de 10 cabañas elaboradas con madera.

La construcción será en su totalidad de madera para no impactar mucho el ambiente del parque, hasta los pilotes serán de madera. Han dicho que hay desove de tortugas y comprobamos que no. A nosotros no han llegado para decirnos ‘mira como organizaciones queremos que hagan esto’, estamos abiertos a quien tenga información ambiental, a sentarnos para hablar, vamos a promover la investigación y desarrollo en el parque”, dice Hernández.

Cuando se habla del Seven Resort, lo primero que se preguntan ambientalistas y hasta el ciudadano común de la zona norte anzoatiguense es ¿cómo se edificará la obra si el lugar en el que se planea su construcción es un islote a poco más de 15 minutos en lancha desde Lechería? Hernández refiere que el proyecto, desde su concepción inicial, ha sufrido modificaciones debido a las recomendaciones hechas por el Instituto Nacional de Parques (Inparques).

Cuando se concibió la idea, se había planeado una especie de Bora Bora, con cabañas en el agua, pero Inparques de plano dijo que no, ‘en el agua nada’, nada más que un muelle y unas caminerías, del resto, toda la construcción será en tierra”, dijo.

La preocupación principal de ambientalistas como Gil y también de Antonio Oteyza, de la fundación Neverí, es la disposición de desechos sólidos y el manejo de aguas residuales. Hernández sostuvo que para ello está previsto la instalación de una planta desalinizadora, una potabilizadora y mecanismos para disponer de los desechos.

“Estamos claros de que el tema servicios públicos, es la mayor preocupación para los ambientalistas. A ellos les preocupa más la disposición final de desechos y aguas residuales. El agua residual se puede utilizar como abono, el problema es el desecho sólido que se suma a la basura. Lo planteado es tener una barcaza de almacenamiento para trasegar el desecho y finalmente disponerlo, esto no se hace en otras islas del parque, la ventaja es que aquí hay varios muelles de servicios que nos permiten hacerlo y a bajo costo, no vamos a dejar el desecho en la isla”, afirmó.

La energía que necesita el complejo para su funcionamiento es otro punto de discusión para ambientalistas e inclusive para los mismos promotores. Ante la dificultad de hacer un tendido eléctrico, en primera instancia por lo complicado del lugar y segundo porque Inparques no lo permite, los proyectistas han contemplado usar energía solar, eólica e inclusive hasta undimotriz generada por las olas.

Según el proyecto, descartamos la energía undimotriz por que el oleaje es mínimo acá, lo ideal es la energía eólica, por la magnitud del proyecto estamos hablando de instalar entre dos a cuatro turbinas de energía”, dice.

Hernández también se adelanta a la idea de la privatización: es tajante al indicar que, pese a todo, la playa de la Isla La Borracha no se va a privatizar porque pertenece a un parque nacional, además hay una comunidad asentada en la misma.

Parque Nacional Mochima
Pescadores esperan que puedan realizar sus faenas en la zona una vez levantado el hotel. Foto: José Camacho

Estamos consientes de que hay unas personas que tenemos que incluir porque toda la isla es un área de incidencia, nosotros vamos a cumplir las necesidades de las personas, siempre y cuando Inparques lo permita y estas sean viables, el problema es que la ley es muy restrictiva para hacer cosas en el parque”, sostuvo.

El ingeniero refirió que “el proyecto no llegó como un invasor a la isla”, asegura que fueron a la comunidad, explicaron de qué se trataba y les indicaron que en esa oportunidad estaban en discusiones para la permisología.

“Ellos plantearon necesidades, lo más crítico es que ellos son pescadores, y alrededor de la isla hay unas áreas de pesca. El área del resort no es un lance de pesca, en algunas épocas del año, el trayecto de navegación de la isla es más largo por unos cardúmenes que se concentran en la zona, ese tema tenemos que aclararlo con las autoridades, nosotros no llegamos para desalojarlos como ellos pensaron en un principio”, dijo.

El proyecto va

El pasado 29 de octubre se realizó el acto de puesta de la primera piedra del complejo, en ese evento estuvo presente el gobernador de Anzoátegui, Luis José Marcano, y de inmediato, varios habitantes de la comunidad llegaron para exponer sus inquietudes sobre la construcción del resort y cual será su destino.

Olga Escobar habita en La Borracha, dice que están preocupados porque Inparques no da respuesta a los planteamientos realizados por ellos, además quieren saber si una vez levantado el resort, podrán acceder a los lances de pesca que están, según indicaron, en dicha área.

Escobar afirma que en las reuniones sostenidas con los representantes del resort no obtuvieron respuestas a sus planteamientos, como servicios públicos para la comunidad y cual será su papel como pescadores en el complejo.

Representantes de la empresa indicaron en esa oportunidad que han sostenido reuniones en las que han conversado con la comunidad para hacerlos parte del proyecto, ya sea en el área operativa o como proveedores.

Richard Bermúdez, miembro del consejo comunal de la Isla, indicó que al momento de conocerse la noticia de construir el hotel, les cayó pesado porque sintieron que se excluyó a la comunidad.

Alla había un pueblo, cuando la comunidad vio cómo era el proyecto, lo primero que pensó fue que los iban a sacar. La idea no es sacarnos. Cuando entendimos todos, dijimos que sí se puede construir el hotel, mientras tengamos participación”, dijo.

Y en medio de una discusión acalorada entre miembros de la comunidad, apareció la voz del gobernador con la siguiente frase. “Ustedes están claros que el proyecto va”.

Residentes de Isla La Borracha pidieron al gobernador Luis Marcano soluciones a sus planteamientos. Foto: José Camacho.

Con las cosas claras, a nadie se le va a violar el derecho a la vivienda. El proyecto va, una vez se concrete todo se determinará que beneficios tendrá la comunidad. Si yo viviese aquí, a mí me alegraría que llegaran inversiones acá, lo otro es dejar todo como está. Lo mejor es la actitud con que se piden las cosas, tengamos una actitud positiva, no hostil, seamos predispuestos a que esto avance”, dijo Marcano.

Los pobladores de la Borracha, calculados en 300 familias, aún no tienen claro cuál será el futuro, lo primordial que piden es poder seguir pescando en la zona, la cual consideran es el principal sustento de sus familias.


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