La cuarentena les pasó factura a los parques nacionales. Uno de ellos fue el Parque del Este, el cual no abrió sus puertas desde el 16 de marzo hasta el martes 13 de octubre. En recorrido que realizó Crónica.Uno por las caminerías y áreas verdes del lugar, se notó que hubo escaso mantenimiento fitosanitario: ramas sin podar, falta de reposición de especies, árboles secos y troncos caídos.
Caracas. En los principales parques de Caracas, después de siete meses cerrados, se observó la falta de mantenimiento y el deterioro. La preocupación del sindicato de trabajadores Sunep-Inparques partió de la tardía declaración de la institución sobre las medidas de bioseguridad que se deben tomar para recibir a los visitantes. Se suman la falta de recursos y restricciones de transporte que mantiene la ciudad y que dificultan a los trabajadores asistir a sus puestos de labores.
La cuarentena les pasó factura a los parques nacionales. Uno de ellos fue el Parque del Este, el cual no abrió sus puertas desde el 16 de marzo hasta el martes 13 de octubre. En recorrido que realizó Crónica.Uno por las caminerías y áreas verdes del lugar se notó que hubo escaso mantenimiento fitosanitario: extensas ramas sin podar, falta de reposición de especies, árboles secos y troncos caídos.
El parque abrió, pero parecía que la decisión se tomó en una madrugada. Las áreas no están preparadas para recibir a los usuarios y en un principio no hubo protocolo de seguridad para la prevención de la COVID-19. Este jueves, 22 de octubre, dos días después de que abriera, fue cuando el Instituto Nacional de Parques (Inparques) publicó la guía de protección.
El lago donde se mantiene el famoso barco réplica del Leander (carabela de Cristóbal Colón) y pozos en los que se encuentran los animales están deteriorados, con agua verde espesa y sucia.
Usuarios destacan que en siete meses que se mantuvo cerrado el Parque del Este se pudieron haber salvado especies y áreas verdes, pero lo que sucede es que tampoco hay personal calificado para ello. Parte de los trabajadores que vienen del programa Juntos Todo Es Posible no tienen nociones de jardinería, lineamientos ni supervisión de paisajistas o botánicos. Cortan, machetean, arrancan sin objetivos.
Estaba esperando para poder venir a trotar como siempre lo hacía antes de la pandemia, pero lo cierto es que se ve descuidado, sucio y me genera tristeza que no se hiciera nada durante estos meses sin actividad”, dijo Rafael Martínez, quien se encontraba tomando fotos en el parque.
Otros parques de la capital, como Los Caobos y El Pinar, ubicado en El Paraíso, no abrieron sus puertas al público. Una integrante de Inparques en El Pinar explicó que mientras continuara la cuarentena no abriría.
En las afueras de Los Caobos se observa a trabajadores haciendo limpieza y recogiendo la maleza. “Estaba dando una vuelta por Los Caobos, pero la verdad noto que no se ha hecho nada para limpiar el parque. Además, el anuncio fue repentino, en mi caso lo vi en redes sociales”, indicó José Alberto Basconsel, que descansaba luego de una caminata por la plaza de los museos en Bellas Artes.
Sin sueldo ni seguridad
El Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques) denuncia que ganan un salario de “hambre” que no cubre gastos de transporte y el instituto no les garantiza equipos de bioseguridad que se requieren ante una pandemia que sigue propagándose. Se niegan a presentarse a laborar en estas condiciones.
Entre los 24 sectores de la economía que se incorporarían en la flexibilización de la cuarentena se mencionó a los parques de diversiones y temáticos, pero no se incluyó a los nacionales.
“Que vuelvan a abrir los parques para el turismo o la recreación es una cachetada, porque los que se encargan de cuidarlos están pasando hambre, no tienen con qué comer en sus casas y no cuentan con equipos de bioseguridad”, aseguró Marlene Sinfontes, representante de Sunep-Inparques.
Un coordinador del Parque del Este dijo a Efecto Cocuyo que un total de 1685 personas visitaron el lugar en los dos primeros días desde que abrieron: 758 el 20 de octubre y 927 personas el 21. Sin embargo, trabajadores del sindicato se preguntan: ¿en qué realmente se basaron las autoridades para abrir los parques?, ¿hay manera de tener un conteo de la cantidad de personas que pueden acceder? Si no hay una planificación establecida, no volverán a sus puestos de trabajo.
En Twitter usuarios también manifestaron que el estacionamiento norte es de libre acceso y que algunas áreas, como la pista de tierra, permanecen sin vigilancia y pueden ser usadas para asaltos, como en otras ocasiones. Indicaron precaución.
Algunas personas encontraron los parques “más limpios” y otras notaron el feroz “deterioro”. Sin embargo, el Parque del Este dejó en evidencia que se requiere más que solo cortar el césped para que las áreas verdes vuelvan a ser como antes.
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