Participar o abstenerse en las parlamentarias 2020 tendrá un costo político para la oposición

condiciones electorales

El politólogo Óscar Vallés señala que independientemente de si el sector que comanda Juan Guaidó decide participar o no en las elecciones parlamentarias de 2020, estas tendrán un costo político significativo para la oposición venezolana.

Caracas. En el próximo año, por mandato constitucional se llevarán a cabo las elecciones parlamentarias 2020 para escoger a los diputados a la Asamblea Nacional (AN), único órgano del Estado que se mantiene en control de la oposición venezolana. Este escenario le plantea la necesidad de acudir a los comicios para mantener la mayoría opositora en el Poder Legislativo. Sin embargo, sin las garantías electorales dadas, queda abierta la posibilidad de la abstención.

El no participar en los comicios es una decisión que va de la mano con una exigencia que se ha hecho desde el año 2017, cuando argumentaron una ausencia de “garantías electorales”, la oposición venezolana optó por abstenerse de los procesos electorales que se hicieron en adelante.

Ahora bien, la importancia de las parlamentarias del año 2020 se centra principalmente en la idea de preservar la AN y el liderazgo institucional de Juan Guaidó como presidente del Parlamento y encargado de la República. Esto pudiera llevar a la oposición venezolana a participar en la elección del próximo año, una decisión que tendría un costo político, explicó el politólogo Óscar Vallés.

El costo político de participar

El escenario ideal en una democracia plena es de elecciones que incluyan a todos los sectores políticos dentro de la sociedad, pero es justamente el escenario que no se ha planteado en los últimos años. Los principales partidos de la oposición han optado por no participar alegando que no existen condiciones electorales para hacerlo.

Vallés explica si la oposición que hoy lidera Juan Guaidó decide participar, esta sería una decisión que tendría un “costo político” significativo, en especial por la existencia en el país de una “opción abstencionista” que él señala como una tercera fuerza política en el país.

Creo que va a ser muy difícil para la oposición tomar una decisión sobre las elecciones 2020 sin algún tipo de costo en el transcurso de esa decisión. Hay sectores demasiado comprometidos con la alternativa no electoral en Venezuela, como María Corina Machado y Vente Venezuela, así como Antonio Ledezma y Alianza Bravo Pueblo, quienes comulgan con la idea de no participar, explicó.

“El participacionismo (sic) militante de Guaidó tendrá que convencer al abstencionismo de participar y viceversa. Eso tendrá un costo dentro de la oposición”, añadió.

Más que participar para buscar un simple triunfo que le permita mantener el control de la AN, Vallés indicó que es importante para la oposición con mayoría en el Parlamento definir el motivo por el cual se está compitiendo.

“No se trata solo de decidir si se participa o no, sino de definir para qué se participaría y eso debe hacerlo la oposición desde un punto de vista político. Si se organiza y se participa con el objetivo de dejar en evidencia un fraude, entonces es algo que tiene sentido”, comentó.

El académico también destacó que quizás uno de los principales motivos para concurrir la oposición sean los altos niveles de rechazo que tiene Nicolás Maduro dentro de la sociedad, algo que, sin embargo, no asegura una victoria opositora, agregó Vallés.

“De acuerdo con las encuestas, la revolución no cuenta con el apoyo popular, pero esto no es necesariamente transferible a la oposición. Una cosa es que Maduro tenga que remontar hasta 60 puntos en rechazo, pero eso no significa que la oposición tenga el apoyo popular”.

De igual forma mantiene que, de optar por participar, la oposición venezolana tendría que enfrentarse a todos los recursos que tiene a su disposición el gobierno de Nicolás Maduro.

“No podemos olvidar que la revolución tiene todo el aparato del Estado y de su partido político. En cada ministerio, en las gobernaciones de los estados y las oficinas de las alcaldías que controlan, hay cuadros políticos al servicio del partido”, comentó.

Si la oposición se abstiene

El otro escenario que Vallés analizó fue la posibilidad de que la oposición que comanda Juan Guaidó, y que tiene mayoría parlamentaria dentro de la AN, no concurra a las parlamentarias de 2020.

Este es un escenario que se puede considerar factible por una serie de indicadores que alejan la posibilidad de un acuerdo entre esa oposición y el gobierno de Nicolás Maduro en torno a las condiciones electorales que han exigido.

El politólogo no niega que existe un claro interés en procurar la participación de toda la oposición para las parlamentarias 2020, aun si esto llegará a costarle (de nuevo) la mayoría de las curules en el Parlamento, y señala que probablemente el único objetivo real sea evitar otra mayoría calificada opositora en el hemiciclo de sesiones.

El liderazgo de Guaidó es estructuralmente funcional para la revolución porque logra monopolizar el descontento popular y canalizarlo institucionalmente, pacíficamente, buscando diálogo y formas civilizadas de resolver el conflicto y eso es beneficioso para la revolución, porque la alternativa sería tener un liderazgo radicalizado o peor, que no exista el liderazgo que canalice el malestar, señaló.

Agrega que en caso de que el sector que hoy representa Guaidó opte por no participar en las elecciones, eso no significa que el chavismo iría solo a las parlamentarias, pues existe un sector de la oposición, autodenominado como “oposición moderada”, que seguramente irá a los comicios, pues desde que se instaló una nueva mesa de negociación en septiembre, han colocado el tema electoral como punto central de los encuentros.

“A la revolución le interesa con la ‘mesita’ dar muestras claras a sectores parlamentarios en Europa de la capacidad para establecer mesas de diálogos con sectores opositores y cumplir compromisos. No es gratuito que líderes de los que están en la ‘mesita’ están en Europa pidiendo a líderes europeos que los escuchen. Es la estrategia del Gobierno, juega en varios tableros: arma milicias, cierra fronteras, discute un nuevo CNE, allana inmunidad de diputados”.

De igual forma, Vallés recuerda el escenario del año 2005, cuando la oposición optó por no competir en las elecciones parlamentarias, y dijo que aquel fue un intento por deslegitimar ese proceso electoral, un intento que a su juicio “no resultó”.

“Si la oposición decide no participar electoralmente eso podría tener un costo importante, sí, podría dejar a Maduro peor que en 2018 (en referencia a las elecciones presidenciales de mayo que más de 50 gobiernos del mundo no reconocieron), pero también podría significar el derrumbe de los partidos que, si no se dinamizan, van a seguir extinguiéndose”, explicó.

Independientemente de cuál sea la decisión que se adopte desde la mayoría opositora venezolana, Óscar Vallés ve muy poco probable que el resultado de la elección –sea una AN con mayoría opositora o una con mayoría chavista– contribuya a encontrar una solución a la crisis política venezolana. Esto, a su juicio, porque desde el chavismo, planean su accionar a largo plazo.

“No creo que se llegue a una solución, la revolución tiene una mirada puesta a 20 o 30 años, ellos pueden tener un revés a corto plazo si los ayuda para el largo plazo (…) La revolución puede seguir más tiempo así e ir asfixiando a la oposición que en cambio solo tiene el reducto de la AN”, manifestó.


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