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Usuarios afirman que dotaciones de insumos al periférico de Pariata “son de mentira”

By Rafael Lastra Veracierto @rala1970

September 14, 2022

Según familiares de los pacientes ingresados en el hospital Periférico de Pariata, en Maiquetía, la atención de salud es incompleta, pues deben buscar dinero para adquirir los medicamentos e incluso, algunos otros insumos, fuera de las instalaciones del nosocomio.

La Guaira. Juana Ugueto leyó en redes sociales que la gobernación de La Guaira dotó de medicinas y otros insumos quirúrgicos al hospital Periférico de Pariata, en Maiquetía. Sin embargo, 24 horas después, cuando llevó a su hijo de tres años con fiebre alta y dolor abdominal al reciento, le dijeron que no disponían de acetaminofén para aliviar el aumento en la temperatura corporal de su pequeño.

Ugueto no tuvo más remedio que esperar a que amaneciera, para pedir una colaboración monetaria a otras personas, y así alcanzar los 18 bolívares que le permitieran adquirir en una farmacia cercana el medicamento referido, en jarabe, mientras su mamá cuidaba del niño.

Los médicos del área de emergencia no me trataron mal, me pasaron a una sala de espera, que está arreglada, pero me insistieron en que no tenían el medicamento para la fiebre”, relató Ugueto, una joven de 19 años de edad que está desempleada.
“No sé si mienten, pero dicen que dotaron de medicinas al Periférico de Pariata y cuando uno llega, no hay para bajarle la fiebre a un niño. Es muy grave lo que está ocurriendo”, puntualizó.

Su angustia no culminó allí. Debía realizarle también unos exámenes de laboratorio al bebé para descartar un virus o proceso infeccioso. Pero, hace más de dos meses que no se cuenta con reactivos para las pruebas de laboratorio.

Hay pocos bioanalistas y auxiliares en el laboratorio e igual, están atados de manos para darle respuesta a quien lo necesita y no tiene la plata”, agregó.

Frente a esa otra vicisitud, Ugueto se trasladó a su casa, ubicada en la comunidad Aquí Está, a 10 minutos del hospital en autobús, y tras dos horas de gestiones con otros parientes obtuvo el equivalente a 15 dólares americanos, que era el costo de los exámenes bacteriológicos en un laboratorio privado.

Buscar donde no hay

La experiencia de Juana se repite diariamente con otros familiares de enfermos de este centro de salud, que tiene 80 camas. El otro hospital con gran capacidad en el Litoral Central es el José María Vargas de La Guaira (adscrito al IVSS), que alcanza los 120 dormitorios.

He tenido que sacar de donde no tengo para traer el glucofage (medicamento para el control de la diabetes), las gasas, la lencería, los gorros y las batas para que dejen hospitalizado a mi papá, que sufrió una crisis de tensión alta y diabetes”, comentó Aleida Machado, que aprovechó una cola de un vecino desde Macuto.

De acuerdo con otros afectados, la atención médica en el Periférico de Pariata desmejora durante los fines de semana, cuando se reciben aproximadamente entre 200 y 250 personas.

Dejan a la gente esperando horas en la sala de la entrada y además, hay que calarse la inhumanidad de algunas enfermeras y médicos. Uno no tiene culpa de que no les paguen lo justo”, expresó María Elena Castillo, quien dijo haber sufrido maltratos del personal en varias ocasiones entre los meses de julio y agosto.
“Los insumos y medicamentos no están llegando a los pacientes y los familiares siguen haciendo el mayor esfuerzo para salvar su vida, tras pernoctar hasta tres meses por una cirugía”, aseguró Franklin Rodríguez, médico del hospital y miembro del Observatorio de Salud del Frente Amplio.

Un recorrido por este centro asistencial, evidenció los arreglos estructurales y de pintura en pasillos, techos, puertas, ventanas y columnas. No obstante, todavía existen filtraciones en las paredes y varios aires acondicionados están sin funcionar en algunas zonas.

Esos cambios en la infraestructura no pueden evitar la inconformidad de los médicos que están en el área de emergencias, quienes no devengan siquiera los 30 dólares mensuales (Bs 240).

Así mismo, enfermeras y técnicos radiólogos no alcanzan los 25 dólares mensuales, al tiempo que no se olvidan de reclamar la dotación de uniformes y material de bioseguridad “porque el Covid-19 no se ha acabado”.

En los últimos meses, la directiva del hospital ha suplido las renuncias de galenos, enfermeras, anestesiólogos y camilleros con la incorporación de un indeterminado número de médicos integrales comunitarios, así como de estudiantes de la carrera de medicina, provenientes de Haití y otras naciones de África.

“La mentira tiene patas cortas, ya no confío en que puedan ayudarme en el Periférico de Pariata”, afirmó Ugueto, quien prosigue el tratamiento de su pequeño desde su casa.