Pobladores de la península de Araya llevan más de seis meses sin gas y 60 días sin agua

Península de Araya

Vecinos de la península de Araya señalaron que están cansados de exigir la mejora de los servicios públicos, razón por la cual advierten que en cualquier momento la rabia de los pobladores puede estallar, “porque la situación es insostenible”.

Cumaná. “Vivir en Araya es desesperante”. Así lo asegura el residente de la península de Araya Arquímedes Fuentes, a la vez que exige la atención de las autoridades gubernamentales, porque hoy son un pueblo “desasistido”.

En el relato se siente la angustia del señor Arquímedes, que también funge como luchador social de la zona, por no poder ayudar a las personas y a su propia familia que viven en las diferentes comunidades de la península de Araya, municipio Cruz Salmerón Acosta del estado Sucre.

Aquí la gente está pasando muchas penurias, pero al mismo tiempo es muy apática y permanecen sumisas ante las retaliaciones de algunos personeros del gobierno local que amenazan con retirar algunos beneficios sociales que igual no les resuelven las necesidades que hoy están padeciendo”, dice tajante Fuentes.

En la calle Bermúdez de la población, específicamente en los sectores La Otra Banda y 4 de Diciembre, más de 240 familias tienen más de seis meses sin gas doméstico. “Y cuando llega es totalmente desesperante porque hay que cancelar la bombona en efectivo y nadie tiene la disponibilidad de bolívares y menos dólares”, cuenta Arquímedes.

Por la bombona rojita les cobran 800.000 bolívares, cuenta Fuentes, y hay que pagarlo en  efectivo, de lo contrario exigen cancelar una parte en efectivo y otra por transferencia bancaria. “Pero aquí a nadie le alcanzan los reales ni para comprar el gas, y a ese precio menos”, agrega.

Por esta razón las familias que conviven en el barrio 4 de Diciembre desde agosto de 2020 están cocinando a leña; y en las mismas condiciones se encuentran los vecinos del sector Cardonal, La Carretera, Las Velitas, Punta de Araya y El Rincón.

Fuentes advierte que los pobladores deben caminar casi cinco kilómetros para conseguir leña.

En Araya no queda mata seca, la gente ha acabado con todo lo que se atraviese que pueda servir para prender los fogones”, dice.

Precios estratosféricos

Asegura que por un haz de leña están pagando hasta 200.000 bolívares para así poder cocinar los alimentos de los niños, que hoy se están alimentando con una sola comida al día.

La vuelta a los fogones está perjudicando la salud de niños y adultos de la comunidad por el humo que estos generan y que se mete hasta el último rincón de las humildes viviendas lo que causa serias afecciones respiratorias y oculares que no pueden ser atendidas en el centro hospitalario de la zona, porque carece de insumos y personal médico,  añade Fuentes.

Sedientos y sin luz

Los pobladores de la península de Araya padecen serios problemas con el suministro y abastecimiento de agua potable; esta situación ha sido denunciada en reiteradas oportunidades por los vecinos, pero ellos aseguran que las autoridades se hacen “la vista gorda” ante sus reclamos.

Insisten en que son un pueblo desasistido porque las autoridades “brillan por su ausencia”, dicen que el alcalde Jonni Acosta “no se preocupa por nada”.

Península de Araya
Conseguir agua es una odisea para los habitantes de la península. Foto: Cortesía

Denuncian los dirigentes sociales del lugar que los habitantes de Punta de Araya y El Rincón tienen más de 60 días sin recibir agua por tubería. Hay sectores que tienen más tiempo a la espera de agua potable.

El agua no es el único de sus problemas, también tienen que lidiar con los continuos apagones que se extienden por varias horas al día.

La intermitencia del servicio eléctrico quema nuestros aparatos y nadie responde. La poca comida se daña y quedamos sin poder hacer alguna compra, porque nos quedamos sin conexión para los puntos de venta en los comercios y sin señal de telefonía para pago móvil y transferencias”, sostienen.

Los vecinos de los sectores afectados expresan que está cansados de exigir las mejoras de los servicios públicos, razón por la cual advierten: “Aquí esto puede estallar en cualquier momento, porque la situación es insostenible; nadie puede vivir en condiciones que no se garanticen servicios elementales como agua, luz y gas”.

Gasolina y lancha ambulancia

La distribución y el abastecimiento de gasolina continúa siendo un dolor de cabeza para los conductores y pescadores. 

“Aquí los usuarios pagan hasta dos dólares y medio por un litro de gasolina bachaqueada para poder trabajar o salir a la mar”, denuncian.

El desabastecimiento de gasolina en la península de Araya ha comprometido el servicio de transporte público y hasta el servicio marítimo.

Aseguran que después de que el gobierno regional inauguró el servicio de tres lanchas para el traslado de pasajeros en la ruta Cumaná-Araya, hoy solo opera una unidad que no responde a la demanda de las comunidades y convierte la prestación del servicio en un verdadero caos.

Jesús Marcano, líder comunitario de la zona, insiste en la necesidad de poner al servicio de la península de Araya su lancha ambulancia.

Recuerda que durante el fin de semana ocurrió en Araya un incidente en el que fue herido de bala un comerciante del lugar y, ante la urgencia de trasladarlo al hospital de Cumaná porque en el hospital de Araya no hubo cómo atenderlo, su traslado solo fue posible gracias a la caridad y buena voluntad de unos pescadores que dispusieron de su gasolina para ayudar a su vecino.

Situaciones de este tipo son recurrentes y se pone en riesgo la vida de los pobladores de la península, porque esos traslados de emergencia se hacen en precarias embarcaciones que no tienen las condiciones para brindar primeros auxilios durante el trayecto hasta Cumaná”, dice Marcano.

Marcano y otros dirigentes del lugar hacen un llamado a la conciencia de las autoridades gubernamentales para que la puesta en funcionamiento de una lancha ambulancia para la península sea una realidad, considerando que es una demanda que urge atender: “Sin ella está en riesgo la vida de los habitantes de Araya”.


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