Algunas frutas, quesos y hortalizas aumentaron más de 10 % en el último mes, a pesar del incremento leve del tipo de cambio. Los consumidores aseguran que esa estabilidad no la notan en el bolsillo porque cada semana gastan más, pero compran menos productos.
Caracas. La tormenta de incrementos de precios tuvo una leve pausa en septiembre, pero su efecto se mantuvo. “Todo está caro, lo que aumentó en agosto no volvió a bajar”, exclama Aimara Malavé mientras compra frutas en el mercado municipal de Quinta Crespo, donde asegura que gastó “cinco dólares más que hace dos meses, llevando lo mismo”.
Si bien en los últimos 30 días algunos productos de la canasta alimentaria tuvieron precios estables, muy pocos se redujeron. La inflación golpeó con más fuerza en agosto, pero en septiembre, a pesar de que la variación del dólar fue mínima, ciertos alimentos siguieron subiendo.
Ejemplo de eso fueron las frutas. De acuerdo con el registro propio que lleva Crónica.Uno, el precio de la patilla se disparó 43 % en bolívares entre el 1° de septiembre y el 5 de octubre y tanto la guayaba como el melón aumentaron hasta 33 % en Quinta Crespo. En dólares, ahora cuestan entre 15 % y 38 % más. Los comerciantes consultados aseguran que “como todo en el país” sus costos también se incrementan mes a mes.
En septiembre, el dólar aumentó 3,6 % su precio en el mercado oficial; luego de un agosto de turbulencias, el bolívar perdió más de 26 % de su valor frente a la divisa estadounidense. Aun así, los consumidores cada día sienten con más fuerza el impacto de los precios en sus bolsillos.
Si no aumenta la carne (de res), aumentan las verduras y si no, aumenta la harina (de maíz) o el café. A eso hay que sumarle los servicios que no paran de subir, los gastos de salud, los útiles, la mensualidad del colegio…”, lamentaba Gregorio Abrán, quien revisaba los precios del área de carnicerías.
De acuerdo con los cálculos del Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda), la canasta alimentaria para una familia de cinco personas costó 365 dólares en agosto: 5 % más que el mes anterior en divisas y hasta 19 % en bolívares, el aumento más alto de lo que va de año. La inflación de agosto también fue la más alta de 2022 (los servicios de comunicación aumentaron 82 % y los de educación 12,5 %).
Lo que aumentó
Uno de los rubros de alimentos que más se incrementó en el último mes fue el de quesos. El guayanés pasó de 25 a 29 bolívares y la cuajada de 31 a 35 bolívares, pero el duro (llanero o merideño) se mantuvo entre 33 y 35 bolívares por kilo, monto similar al de principios de septiembre.
Entre los víveres, el producto que más varió de precios fue el café molido. En las cadenas de supermercados Plaza’s y Unicasa de Caracas ya se consigue con precios por encima de los $6,50 en presentaciones de 500 gramos, luego de estar durante al menos tres meses alrededor de los seis dólares. El incremento mensual del café fue de 16 % en bolívares y 11,5 % en dólares.
El tomate y la papa fueron las únicas hortalizas dentro de la medición de Crónica.Uno que aumentaron de precios en el último mes, con 14 % y 7 %, respectivamente. Comerciantes consultados afirman que los problemas para transportar la mercancía y las lluvias en las regiones impactan en sus costos. “Ya no es tanto problema de alcabalas, pero sigue lo del gasoil”, señala Erick*, vendedor de Quinta Crespo.
Los huevos de consumo, por su parte, se mantuvieron con el precio de Bs. 46 por cartón de 30 unidades, y las caraotas y lentejas, si bien aumentaron en bolívares, siguen en $2,60 y $3,40 por kilo, respectivamente.
Ello representa una opción de compra para quienes aún no tienen ingresos suficientes para comprar proteína de origen animal. Aunque mantuvo precios por debajo de los $8, la carne de res sigue siendo inaccesible para parte de la población.
Una encuesta hecha por la organización Hum Venezuela revela que hasta marzo la inseguridad alimentaria seguía presente en al menos 4 de cada 10 hogares venezolanos; más de la mitad de los hogares sigue reduciendo porciones de comida para que les rinda y no consumen nunca –o casi nunca– frutas, pescado, pollo, carne de res, tubérculos y vegetales, por sus precios.
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