Primer Museo de Derechos Humanos en Venezuela registra torturas y tratos crueles de los últimos 20 años

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Armas de tortura, rostros de la represión, cartas enviadas desde el aislamiento de La Tumba, son algunos objetos que se exhiben en este espacio. Los dolientes hablan y comparten sus testimonios con todo aquel que desee visitar la exposición.

Caracas. En una pared negra está el dibujo hecho en tiza de un joven sentado en una celda, tiene puesto un uniforme amarillo y la mirada apunta hacia una rejilla. Esta es la primera obra que recibe a quienes visitan el primer Museo de Derechos Humanos en Venezuela. Su autor es Gabriel Valles, quien estuvo detenido en las cárceles de La Tumba y El Helicoide durante cuatro años y la titula Abajo Cadenas. La celda del muchacho es el mapa de Venezuela que, según el excarcelado, representa el deseo de libertad de todos los venezolanos, no solo el de los presos políticos.

Este es el primer registro histórico de presos políticos y caídos en el país. Los visitantes sentirán en cada estación lo que sienten las familias de quienes han perdido a sus hijos y los familiares de los presos, quienes han sido torturados con tratos crueles e inhumanos, dijo la esposa del preso político Leopoldo López, Lilian Tintori. La inauguración de este espacio se realizó en el día en que se celebraron los 70 años de la Declaración de los Derechos Humanos por las Naciones Unidas.

Además de Tintori, distintas organizaciones como la Coalición por la Democracia y los Derechos Humanos, Acción por la Libertad y Justicia Encuentro y Perdón, participaron en la instalación de este lugar. La siguiente estación a la obra de Valles se denomina Cuadernos Urgentes, allí se muestran los dibujos que los excarcelados Daniel Ceballos, Alexander Tirado, Betty Grossi, Sergio Contreras y Lepoldo López realizaron tras las rejas.

Por su parte, lo siguen dos columnas dedicadas a Iván Simonovis, preso político desde hace 14 años, donde se exponen distintas caricaturas de Edo, Zapata y Weil, solicitando la libertad del antiguo jefe de seguridad de la Alcaldía Metropolitana. La segunda muestra los retratos que dibujó el coordinador nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, quien fue aprehendido en el 2014. Las imágenes corresponden a los rostros de sus hijos y aparece un gavilán, que, a veces, observaba el político desde Ramo Verde. Por otro lado, junto con los cuadros está un rosario que el dirigente elaboró con alambres y cobre.

Luego, en la estación Poemas para Venezuela sorprende el escudo que utilizó el joven de 20 años, César Pereira, quien murió a manos de cuerpos de seguridad del Estado en las protestas de 2017, el 20 de mayo, en Lecherías, Anzoátegui. Mientras los espectadores contemplan esta protección que no le salvó la vida al estudiante de Mercadeo y Tecnología, simultáneamente escuchan los poemas de Rosa Orozco, madre de Geraldine Moreno, estudiante que también fue asesinada en las manifestaciones de 2014 y, Gregory Sanabria, ex preso político. 

El homenaje a los caídos en las manifestaciones continúa en la siguiente estación Héroes de la Libertad, en la que hay distintas fotografías de los más de 200 muertos por la represión en los últimos cuatro años. David Vallenilla, Neomar Lander, Juan Pablo Pernalete son algunos de los nombres que aparecen. Seguidamente, diseñaron una especie de celda como reflejo de la cárcel 26 de Julio, ubicada en San Juan de los Morros, Guárico. Prohibido Olvidar se denomina este rincón.

Los activistas explicaron que el techo no es conciso, ya que este lugar era un galpón destinado al almacenamiento de comida y cría de animales, por lo que el techo son rejillas por donde se le daba comida a las gallinas; solo que ahora simula el espacio carcelario donde el recluso observa a otros presos caminando encima de él para que los visitantes también puedan experimentar esa sensación.

Asimismo, hay un palo que imita a uno que utilizan en esta prisión para golpear a los detenidos hasta dejar morados y celulitis en sus cuerpos, así como también, instalaron unas esposas elevadas sobre la cabeza, las cuales en el presente utilizan en distintas prisiones para guindar y torturar a los presos. Los visitantes pueden ingresar a esta celda que también busca recordar La Tumba, ubicada en una de las sedes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Plaza Venezuela y leer las cartas que el general Raúl Isaías Baduel, preso desde 2009, ha escrito desde su aislamiento.

Fotos de los funcionarios de la Policía Metropolitana, presos desde 2004; vírgenes hechas con aluminio y pintadas con cera de zapato, rosarios con cordel traspasado clandestinamente, son otras obras que se exhiben en este lugar. Finalmente, la última estación Palabras tras las Rejas rememora las frases de varios presos políticos.Somos capaces de atravesar las peores circunstancias y salir fortalecidos”, dijo alguna vez Valles. “El peor castigo para un preso político es ser olvidado”, insiste Simonovis. “Sin importar el tamaño de la celda, de su ambición, ni el número de armas que tienen, debemos seguir luchando”, expresa el diputado Juan Requesens, actualmente preso en El Helicoide desde hace cuatro meses. “Los barrotes jamás humillarán a los demócratas”, mantiene Steyci Escalona, excarcelada.

Fotos: Sebastián García Inojosa @elsebasiendophoto


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