En 15 años la producción ha caído 36 %, y la merma se ha agudizado a medida que se mantiene la recesión económica. Productores señalan que se importa café de mala calidad a precios más bajos (entre $40 y $50 por quintal) que impactan en la calidad y los precios del café nacional.

Caracas. La caficultura no está exenta de los problemas que atraviesa la producción agrícola nacional, asfixiada por los altos costos de insumos, la falta de créditos bancarios y una economía con siete años consecutivos en recesión.

En 2020 la producción de café en el campo venezolano fue de aproximadamente 350.000 quintales, según dijo a Crónica.Uno la directora de café, cacao y tabaco de la Confederación de de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Dioleigdy Páez.

El último registro oficial de producción agrícola publicado por el Ministerio de Agricultura y Tierras da cuenta de que en 2017 tal indicador fue de 466.500 quintales, cifra que para entonces ya presentaba su punto más crítico al caer 37 % respecto a 2006, año con el último pico más alto que hubo.

Los niveles de producción por hectárea están sumamente bajos. El rendimiento promedio actual es de cuatro a ocho quintales por hectárea, cuando lo ideal es que ese indicador esté entre 25 y 30 quintales por hectárea”, dijo Páez.

Y según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el consumo de café procesado en Venezuela es de 1.617.391 quintales al año, a razón de 2,4 kilos por persona en promedio. En 2018 la producción en el país solo alcanzaba para 25 % de la población y en 2020 la cifra bajó a aproximadamente 21 %.

Ingresos insuficientes

La representante de Fedeagro señaló que los ingresos de los caficultores no les da para cubrir los costos de producción de las vastas extensiones de terreno aptas para la siembra en el país, que otrora llegó a ser exportador del rubro.

5000 dólares por hectárea es lo que calcula que debe invertir un productor de café, lo que a un precio estimado de entre 100 y 120 dólares por quintal “no da para satisfacer los costos de producción”, pues un saco de 50 kg de fertilizantes, por ejemplo, cuesta alrededor de 40 dólares.

Hay fallas de fertilización por esos altos costos y los de otros insumos; a eso súmale los problemas de la economía venezolana, que nada te alcanza. El cambio climático también nos afectó bastante porque fue un verano demasiado largo y las altas temperaturas prolongadas afectan las plantaciones”, indicó la dirigente gremial de Fedeagro.

Importaciones impactan en calidad y precios

José Pereira, productor agroindustrial del sector cafetalero, advirtió que uno de los efectos negativos de la importación desmedida y sin control que alienta el gobierno de Nicolás Maduro es la poca calidad de los productos que ingresan y que impacta directamente en la calidad y precios del café nacional.

Esos productos hacen que bajen los precios de los nuestros, llegan con valor de entre 40 y 50 dólares por quintal, pero con muy mala calidad. Las importaciones que se están haciendo a través de empresas privadas, sin pasar por chequeo sanitario, le están haciendo mucho daño a la producción nacional”, afirmó Dioleigdy Páez.

Pereira, por su parte, destacó que para competir con esos precios algunos productores venezolanos les están bajando la calidad a sus cultivos, ante la necesidad de no tener pérdidas. En su caso, aseguró que trabaja con base en calidad, antes que cantidad, por lo que mantiene la tasa similar a la del mercado.

Según cálculos propios de Crónica.Uno, entre enero de 2020 y enero de 2021 el precio promedio del kilo de café molido en el mercado municipal de Quinta Crespo varió 5194 %, casi el doble que el índice de inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas reportado por el Banco Central de Venezuela en el año (2906,8 %).

Piden más flexibilidad para los productores

La vocera de Fedeagro aseguró que sin financiamiento no hay oxígeno suficiente para sostener la producción de café en el país, principalmente en estados como Lara, Portuguesa y la región andina, que albergan a la mayor parte de los caficultores nacionales.

Mientras que José Pereira, quien produce y procesa tanto en Miranda como en Trujillo, pidió que sea más fácil acceder a los insumos necesarios, pues contó que un saco de abono puede llegar a costar hasta 80 dólares, dependiendo de la zona del país donde se adquiera.

Páez destacó que en sectores como la zona alta de Portuguesa la asociación de productores ha logrado canalizar con las autoridades el tema del combustible, aunque en otras zonas “se distribuye cada cierto tiempo, pero no hay el combustible suficiente que necesitamos”.

Foto: Ariadna García.


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