Ricardo Sucre: “Oposición tiene que construir su derecho a la rebelión”

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El politólogo Ricardo Sucre opina que Maduro ha sobrevivido en el poder todo el año 2019 porque los esfuerzos de la oposición por quebrar a la coalición dominante (vía sanciones, amnistía, 30-A, etc.) no han ido acompañados de una narrativa y una estrategia adecuadas. El sector militar sigue viendo a la cúpula opositora como una amenaza a la integridad del Estado. El desencanto de los manifestantes este sábado es la respuesta a estas carencias, afirma.

Caracas. Desconcentración económica, desconcentración política, falta de una narrativa que seduzca a los militares y una estrategia basada en las acciones de la comunidad internacional han permitido a Nicolás Maduro aguantar en el poder todo el año 2019, pese a las condiciones adversas que lo han acompañado desde enero. Así lo afirma el politólogo Ricardo Sucre.

El analista considera que el decaimiento del entusiasmo de la ciudadanía opositora en los últimos meses, y que ayer tuvo varias muestras concretas tanto en Caracas como en el interior del país, va directamente asociada al incumplimiento de la oferta inicial de Juan Guaidó de lograr lo antes posible el cese de la usurpación, instalar un gobierno de transición y realizar unas elecciones presidenciales libres.

“La principal razón del desencanto popular es que esa oferta de sacar a Maduro, ya vamos por noviembre, no se ha cumplido. El público opositor siente que Maduro seguirá no importa cuánto marchen, y eso disminuye las ganas de ir a protestar. La gente se pregunta para qué marchar, si cada vez se repite el guion de otras marchas. Es como un círculo que no conduce a nada”, señala.

¿Qué pasaba en enero en la escena que no pasa hoy?

—En enero había expectativas, había unas condiciones que a estas alturas parecen debilitadas. Por ejemplo: la Asamblea Nacional cohesionada, el Estatuto para la Transición recién aprobado, el respaldo de los países, el reconocimiento de Guaidó como presidente encargado por más de 50 gobiernos. Tenías un apoyo en la calle importante y Maduro con un registro de opinión muy bajo. Esas condiciones se han ido agotando.

¿En enero usted también pensó que Maduro saldría del poder en cuestión de meses?

—La opinión general era que Maduro no iba a sobrevivir mucho tiempo. Yo tenía una lectura diferente, no daba por sentada su salida del poder.

Lo cierto es que Maduro sigue en el poder. ¿Por qué usted vaticinaba ese resultado? ¿Es solo por el apoyo militar?

—Desde 2016 he sostenido que la estrategia de la oposición del quiebre de la coalición dominante no era efectiva. Quiebre que la oposición busca por distintas modalidades: en 2014, la salida; en 2015-2016, con la mayoría obtenida en la AN; en 2018-2019, por la vía de declarar la usurpación de la presidencia. Mi lectura sobre la historia de Venezuela me dice que la estrategia de la ruptura no da resultado en este país, salvo en momentos puntuales, en octubre de 1945 y en enero de 1958, pero ambos eventos tuvieron como detonante un proceso electoral. La oposición tiene que construir su derecho a la rebelión. La oposición tiene que construir ante el país y ante la Fuerza Armada la idea de que es una alternativa con capacidad para gobernar y que no amenaza la unidad del Estado nacional.

¿Cómo se gana el derecho a la rebelión que usted refiere?

—En todos estos años, la oposición buscó una estrategia de quiebre de la FAN, con un discurso que no muestra cuál sería su política hacia la Fuerza Armada, no hay una narrativa en ese sentido. En consecuencia, los militares ven a la oposición como antinacional y dependiente de Estados Unidos. El quiebre, el derecho a la rebelión te lo da una elección, es el resultado de mostrar con votos, como lo hiciste en 2007 o en 2015, que eres mayoría. El gobierno y la FAN no podrán hacer nada, como no pudieron hacerlo en ese momento.

asamblea nacional cohesionada
El profesor Sucre opina que el factor militar ha sido importante en el sostenimiento de Maduro este año, pero no el único. Foto: Luis Morillo

Pero teniendo todos esos factores que Maduro tenía en contra a comienzos de año, ¿qué hizo para sortearlos, cómo sobrevivió?

—Sobrevivió, creo yo, en dos etapas. Una, de enero a junio, cuando Maduro aplicó la lógica de la desconcentración. En esos meses desconcentró la estructura chavista en el ámbito nacional en milicia, UBCh, RAS CLAP. No se concentra solo en Miraflores, sino se desconcentra en las 23 entidades federales con la lógica de “me tumban, pero el país se va a prender”. A partir de junio introduce otro elemento, quizá con asesoría china o rusa: la desconcentración económica. Entonces comienza la dolarización. En los programas de TV que hace en los estados comienza a llamar a los productores locales, a asociarse con ellos. Él sabe que eso no resuelve los problemas, pero es una vía de escape. Liberas presión.

¿Cómo se resuelve la ecuación en términos políticos si Maduro no pasa de 20 % de apoyo popular y el liderazgo de Guaidó ha caído más de 30 puntos? ¿Hacia dónde va a mirar la gente entonces si nada de lo que hay en el menú cumple sus expectativas?

—La gente quiere hacer su vida, la dolarización ha funcionado; pese a ello, la gente no quiere seguir con Maduro. Lo dicen Datanálisis y Consultores 21. Pero mientras llega el cambio, la gente quiere vivir. A veces parece que algunos quieren que la gente se inmole, una lógica loca. Y, bueno, si el cambio no viene, la gente hará su vida. El desapego de la gente hacia estos dos polos ya existe, pero no hay una oferta sustitutiva. María Corina Machado ha subido, pero ella es percibida como que no termina de concretar. A Henri Falcón le han puesto la etiqueta de chavista oculto. No creo que vayamos hacia el “que se vayan todos”, pero tampoco hay una oferta visible. Yo creo que si surge un outsider que ponga en aprietos a Maduro –y ojo, Guaidó pareció eso al comienzo–, la gente se puede voltear para allá. Un perfil gerencial, desafiante, inclusivo, populista.

incumplimiento de la oferta
El la marcha del 16-N Guaidó llamó a mantenerse en la calle, protestando por el cese de la usurpación. Foto: Gleybert Asencio

En la marcha de ayer, un ciudadano de nombre Carlos Caballero se robó la atención de las redes sociales durante la tarde. Ese desencanto que expresó el mensaje “Guaidó estafador”, ¿hacia dónde puede conducir a la oposición?

—Volvemos a lo que hablábamos al principio. Caballero recogió el sentimiento de un sector de la oposición. Fue tema de conversación, fue tendencia en redes sociales. Cuando él dice con su pancarta “estafador” yo lo leo como que “oye, me prometiste en enero que Maduro estaba listo, tenías todo para el quiebre y no se produjo”. Mucha gente siente eso y por eso captó la atención.

¿La dirigencia opositora debería poner atención a Carlos Caballero, a su malestar?

—El liderazgo opositor prometió algo y no ha cumplido, pero lo preocupante es que pareciera que no han hecho una evaluación de lo que ha pasado y siguen con lo mismo. La gente se huele que al final va a ir a elecciones, aunque en el discurso siguen insistiendo en que primero es el cese de la usurpación. Yo veo dos cosas aquí: lo primero es que el grupo que dirige la oposición es demasiado prepotente, los defensores que tiene en redes sociales son intolerantes y despreciativos y sienten que tienen la verdad. Si no compartes esa verdad, eres colaboracionista. Tienen que revisar eso, la arrogancia. Lo segundo es determinar cuál es la estrategia, hacia dónde se quiere llegar. El mantra (cese, transición, elecciones) no es una estrategia, ese es el objetivo. El quiebre de la FAN tampoco es una estrategia, es parte del objetivo. Entonces, yo creo que tienen que dejar las consignas y sentarse a definir los cómo y no solo definirlos, sino comunicarlos transparentemente a la gente.


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