Robo a Instituto de Biomedicina-UDO es un atentado al centro líder en estudios de microscopia electrónica

Instituto de biomedicina

Con esta nueva arremetida del hampa contra la UDO asestan un golpe grave a la institución, le quitan a los jóvenes del oriente del país el derecho a una formación universitaria gratuita y de calidad, y se cercenan las posibilidades de investigar enfermedades y plagas que afectan a la población venezolana.

Cumaná. El ataque al Instituto de Investigación en Biomedicina y Ciencias Aplicadas (IIBCA) de la Universidad de Oriente lo perpetró un grupo de al menos 50 personas el pasado 21 de junio en la madrugada. Los vigilantes de la institución relataron que los asaltantes eran hombres y mujeres, algunos menores de edad, que procedieron a amarrarlos y arrasaron todo a su paso.

Destrozaron puertas y ventanas, robaron aires acondicionados, equipos de computación, fotocopiadoras, escáneres y violentaron todos los cajetines de electricidad de alto voltaje. Se presume que fue para dejar las instalaciones sin electricidad y poder sustraer toda la cablería “para negociar el cobre”.

El robo al IIBCA-UDO se suma al del Instituto Oceanográfico, al del Centro Sismológico, el incendio de la biblioteca, entre otros sucesos que han devastado esta casa de estudios.

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En el Instituto de Biomedicina violentaron todo. Foto: Mónica Salazar.
Al paso de la educación

“Sin duda un país avanza al paso que camina su educación; y ver cómo los maleantes han devastado las instalaciones y cada uno de los espacios académicos del núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente solo despierta en muchos la angustia de sentir que nuestra sociedad está grave, tanto o más que sentir la amenaza latente del contagio por el COVID-19”.

Esta apreciación fue parte de las reflexiones que hicieron algunos de los docentes investigadores del IIBCA de la UDO, luego de que se registrara el más reciente ataque contra este centro de estudios microestructurales, creado en 1987, líder en Microscopia Electrónica Analítica en la zona de influencia de la Universidad de Oriente y todavía hoy referencia nacional e internacional en esa área de estudios y sus técnicas asociadas.

La mayor preocupación los investigadores y la apreciación en la que todos coinciden es que, con esta arremetida del hampa contra la UDO, no solo han hurtado sus equipos y materiales, les han robado a los jóvenes de Sucre y de todo el oriente del país la posibilidad de una formación universitaria gratuita y de calidad.

En el núcleo de Sucre solo faltaba vandalizar el IIBCA y hoy le han quitado el sagrado derecho a la educación a miles de estudiantes que ven mermada sus opciones de preparación universitaria en áreas como Administración, Contaduría, Educación, Matemáticas, Física, Química, Biología, Inglés, Informática, Enfermería, Bioanálisis y Recursos Humanos”, señalaron.

Para la docente investigadora jubilada Mariela Tribiec, coordinadora de la Comisión de Bioética del Instituto de Biomedicina, este atentado contra la ciencia y la academia no tiene explicación más que “la existencia de un profundo odio y resentimiento contra la fuente de aprendizaje y formación de los profesionales que demanda el país”.

Entrar al núcleo de Sucre es como estar en un escenario de posguerra, esa ha sido la impresión de muchos de los entrevistados. “Todo está destruido, pareciera que estuviéramos frente a unas instalaciones con muchos años abandonada. En tres meses de cuarentena acabaron con los espacios académicos, pero impresiona que hayan vandalizado las instalaciones de los bomberos universitarios, cuando ni en los países en guerra como en el Medio Oriente atentan contra estas instalaciones”.

Tribiec reconoce con tristeza que a la sociedad venezolana en estos últimos años le han estimulado e incrementado los sentimientos más negativos contra quien se procura un progreso. “Han cultivado lo peor de la esencia humana: odios y resentimientos que afloran contra todo lo que denote un bienestar”.

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Entrar al núcleo de la UDO en Sucre es como estar en un escenario de posguerra. Foto: Mónica Salazar.

Ante este escenario desolador la coordinadora de Bioética del IIBCA advierte: “Los más peligroso de esos ataques es que, así como han atentado contra la Universidad de Oriente lo harán contra cualquier otra institución. Eso lo que devela es que la institucionalidad en este país está siendo profundamente agredida y eso es muy peligroso”.

En una bolsa no caben 20 años de servicio

Para la doctora Yelitza Figueroa, especialista en él área de Ciencias de los Materiales y Corrosión, con 22 años de servicio en la UDO, no es posible meter en una bolsa plástica tantos años de servicio y de investigación al servicio de la comunidad y de la formación profesional de químicos, físicos, ingenieros y biólogos.

Es muy doloroso ver cómo han acabado con nuestros laboratorios de investigación, espacios que no volverán a ser en lo inmediato los que soñamos, que creamos y donde se formaron tantos estudiantes, agregó.

Resalta que el Instituto de Biomedicina es una institución emblemática de la Universidad de Oriente de apoyo a todos sus núcleos y extensiones.

Este instituto que estrenó nueva sede el 16 de noviembre de 2008, durante la celebración del año jubilar por los 50 aniversario de la UDO, contaba con laboratorios equipados con tecnología de punta, laboratorios especializados en Biomedicina, Corrosión, Materiales, Microbiología, Parasitología y Resistencia Bacteriana.

Duele ver cómo atentan contra la posibilidad de formación de los bachilleres del estado, estudiantes y pasantes de Fe y Alegría, tesistas de pre y posgrado. Todos tenían en el instituto un espacio para desarrollar sus estudios y proyectos de investigación, dijo.

Esta arremetida del hampa contra los espacios universitarios de la UDO “demanda de todo el pueblo sucrense una protesta masiva en contra de los desmanes y violencia que quiebran o mutilan los espacios para la investigación de casos como la palometa peluda, mal de Chagas, materiales y corrosión, resistencia bacteriana, parasitología, males que aquejan a la población sucrense”, afirmó.

Atentado contra la humanidad

Muchos ignoran el esfuerzo personal que hacen los investigadores para llevar acabo sus proyectos y más cuando la universidad en los últimos años ha funcionado con presupuestos reconducidos, que han impedido inversión en estas áreas del conocimiento. Decir que este asalto es un atentado contra la humanidad no resulta exagerado.

Tal es el caso de la doctora Lorena Abadía, coordinadora del Laboratorio de Resistencia Bacteriana, que ha tenido que promover proyectos para la consecución de recursos para equipamiento de su laboratorio e investigaciones, además de invertir dinero propio para la adquisición de reactivos y materiales para ayudar a los estudiantes con sus tesis de grado.

Abadía contó que desde su laboratorio se evitó que amputaran a pacientes con afecciones de pie diabético.

“En nuestro laboratorio logramos la inhibición de formación de biopelículas de Pseudomonas aeruginosa –bacteria– aislando y tratando algunas cepas de pacientes con pie diabético con própolis, una resina producida por las abejas melíferas (Apis mellifera). Se aprovechan sus beneficios y característica biológicas, como actividad antineoplásica –sustancia que impide el desarrollo de células tumorales–, antinflamatoria, antimicrobiana, antibiopelícula y antioxidante”.

La doctora indicó que no solo le han hecho un daño como investigadora, sino que le han quitado la oportunidad de ayudar a la gente. “En este laboratorio recibía cepas del exterior, realizaba estudios que no se hacen en Venezuela y gracias a esas investigaciones logramos salvar vidas”, aseguró Abadía.


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