La directiva de la U.E.N. Roberto Martínez Centeno envió cartas a diferentes organismos alertando que se necesitaba restaurar el muro de contención en la entrada al plantel. Dos semanas antes, el plantel fue seleccionado en un programa gubernamental de rehabilitación de la infraestructura. Sin embargo, el muro cayó primero.
Caracas. Los estudiantes de la Unidad Educativa Nacional (U.E.N.) Roberto Martínez Centeno, en la UD-3 de Caricuao, Caracas, pasan frente a los escombros cuando caminan desde del comedor al edificio central de la institución.
Sus clases no se suspendieron luego de que se desmoronara la pared de la entrada por falta de mantenimiento. Al contrario, el hecho de que el derrumbe no ocasionó daños ni heridos es un alivio para la comunidad.
El jueves, 9 junio, aproximadamente a las 8:00 p. m., se desplomó el muro de contención de la escuela. El estruendo alarmó a Teresa Guzmán, quien a esa hora aún tenía abierto su negocio, adyacente al plantel. Tras corroborar lo que pasó, contactó a la directora.
“La pared ya estaba sentida desde hace casi un año, porque hubo filtraciones. Y más que todo que cuando construían echaban los escombros ahí. Y colapsó”, detalló la vecina.
En seguida, inició la cadena de información: A las 8:16 p. m. una maestra envió este mensaje al grupo de representantes de sexto B: “Hola, esta noche se acaba de caer el muro del colegio”.
Marta Pérez, obrera jubilada de la unidad educativa, recibió el mismo mensaje porque sus nietos son alumnos de la institución, ubicada en la urbanización Rafael García Caraballo. Sin embargo, lo leyó al día siguiente por fallas en conexión a internet.
“El viernes había varios consejos comunales”, describió sobre la situación que encontró al día siguiente del desplome del muro. Los colaboradores bloquearon el paso de los estudiantes hacia el desastre con una cinta amarilla. El lunes, 20 de junio, la brigada escolar adscrita a la Alcaldía de Caracas recogió los escombros.
Un desastre previsible
Pérez, quien trabajó para la U.E.N. Roberto Martínez Centeno por 18 años, agregó que la escuela había solicitado mantenimiento de este muro y del resto de la edificación desde hace 12 años.
“El deterioro del plantel viene del año 2010, antes de eso vino la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) pero no hizo más que pasar un pañito”, declaró.
Además de la petición a esta fundación gubernamental, la directiva escribió cartas a la zona educativa del Ministerio de Educación y a la Alcaldía Mayor, como se le llamó hasta 2017 al gobierno municipal. Incluso elevaron la denuncia a la emisora comunitaria, Radio Perola, pero no dio resultado.
“Cada vez que hay elecciones y viene alguien para acá se les da la carta y se les pide ayuda. Ellos dicen ‘Ah, sí, sí, nos vamos a abocar’, pero no dan respuestas inmediatas”, agregó la extrabajadora y miembro del consejo comunal.
La dirección de la institución no quiso ofrecer declaraciones a Crónica.Uno. No obstante, un alto cargo mencionó que la escuela fue elegida dos semanas antes para la primera fase de un programa de rehabilitación del Ministerio de Educación.
Confesó que antes utilizó la influencia de uno de los exalumnos, quien escribió al comisario Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Según adelantó, presuntamente 150 escuelas serán rehabilitadas en Caracas, 18 de las cuales están en Caricuao.
Uno de los obreros de la alcaldía, que limpiaba el área el pasado lunes, confirmó que una sola brigada de limpieza conformada por 17 obreros realizará el trabajo de los 18 institutos de la UD-3.
Una pausa al club de abuelos
Aunque los estudiantes no han suspendido su asistencia al plantel porque “ya están terminando” el período escolar, de acuerdo con los vecinos, no podrán alojar al “Club de abuelos: El nuevo amanecer del Onoto”.
Esta agrupación, que ofrece actividades recreativas para las personas de la tercera edad de la comunidad, realizarán sus actividades restantes “en el espacio del señor José Restrepo”, un vecino de la urbanización.
Elsy Jackson, presidenta del club, dijo que la decisión se debe a que el polvillo de los escombros es un peligro para la salud de las personas mayores. Al trabajo de limpieza le seguirá la reconstrucción del muro.
Sobre el colapso del muro de contención, Jackson confirmó que “era una preocupación de hace tiempo”. Después del período de lluvias en mayo, la pared se había inclinado cuando se secaba “veíamos piedritas que caían”.
“Le damos gracias a Dios, que él todo lo puede, que fue de noche”, dijo.
Además del trabajo de restauración, vecinos afirmaron que la escuela no cuenta con iluminación ni internet debido al vandalismo, debido a que durante la pandemia de COVID-19 migraron los vigilantes del plantel. Por otro lado, los baños están inhabilitados porque está dañada la bomba del agua.
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