La falta de personal y transporte para el traslado de las bicicletas limita la operatividad del sistema. De las nueve biciestaciones —puntos de préstamo— solo tres están en funcionamiento. Pero la crisis de transporte también pone a pedalear a los ciudadanos en la ciudad.

Caracas. El jueves 24 de mayo llegó un usuario a la biciestación de Nuevo Circo solicitando el préstamo de una bicicleta. Debe dirigirse a la biciestación de Plaza Venezuela. No tenemos unidades disponibles”, respondió el operador. El Sistema Público de Bicicletas —servicio gratuito inaugurado en 2015 por el entonces alcalde Jorge Rodríguez— tres años después ya no pedalea por las nueve biciestaciones: Metro de Bello Monte, Sabana Grande, Plaza Venezuela, Bellas Artes, Parque Carabobo, Nuevo Circo, El Silencio, La Hoyada y plaza Pagüita.

La operadora de una de las biciestaciones, Antonieta Marcano —nombre creado para proteger a la fuente— asegura que las fallas son múltiples en el sistema que fue creado como una alternativa de movilidad en la ciudad. Desde hace aproximadamente seis meses no cuentan con el camión que realiza el traslado de las bicicletas a los diferentes puntos, por lo que los operadores y ruteros deben ir hasta el Instituto Municipal de Deporte y Recreación (Indere) a buscar las unidades y llevarlas a Plaza Venezuela.

Por esta razón, los usuarios deben solicitar el préstamo en Plaza Venezuela y terminar la ruta en la biciestación cercana que esté abierta, lugar donde devuelven el vehículo. Es una advertencia que realiza el operador antes de aprobar el préstamo.

Otro operador, quien prefiere no revelar su identidad, destaca que, cuando contaban con el transporte, sacaban hasta 10 bicicletas por punto. Y agrega: “Hay cualquier cantidad de bicicletas que no tienen repuestos, están a la espera”. En abril de 2016, Rodríguez informó que, tras una inversión de 10 millones de bolívares, habían adquirido 500 bicicletas para nutrir la flota tanto del Sistema Público como del Plan Caracas Rueda Libre.

Para entonces, también aseguró que el sistema contaba con la custodia de 90 efectivos de las brigadas ciclistas de la Policía de Caracas y Guardia Patrimonial, más 45 rescatistas de Protección Civil del Municipio Libertador. Luego del recorrido realizado por Crónica.Uno pudo constatarse la presencia de dos funcionarios policiales.

Lo que sí pudo evidenciarse fueron las fallas en el asfalto de las ciclovías y la falta de demarcación. En Plaza Venezuela, la ruta tiene partes sin pintura y es utilizada como estacionamiento de motos o personas que se sientan en la vía. En el caso del puente colgante, inaugurado en 2015 en el Parque Los Caobos, ya comienza a deteriorarse. En algunas zonas el pavimento es irregular por huecos que se han formado.

Para la doctora en transporte urbano, Rosa Virginia Ocaña, hay un proyecto por continuar: Faltan muchísimas cosas. Montar un sistema de préstamo de bicicletas en cada biciestación, bien organizado, cuyo funcionamiento sea permanente; con bicicletas adecuadas, la utilización de máquinas para el registro, mejoras en el pavimento. Todo esto acompañado de una campaña de divulgación de seguridad vial y de tránsito.

Bicicletas ante crisis de transporte

La primera opción de movilidad de Luis Suárez —de 21 años de edad y socorrista de un grupo de rescate— es el Metro. La segunda: la bicicleta. Y es así porque hay zonas donde no puede estacionarla. Para ir al trabajo toma la ruta en bicicleta desde Antímano, pasa por Carapita, La Yaguara, Capuchinos, El Silencio hasta la Torre El Chorro. Comencé a utilizarla hace cuatro meses. Primero hacía recorridos cortos. Luego me di cuenta de que podía llegar más rápido manejando bicicleta, relata. Entre las dos camionetas que debía tomar para llegar a su destino, perdía aproximadamente 50 minutos. El tema del efectivo también se me complicaba, lo que consigo ahora lo uso en otras cosas, agrega.

El Metro es un caos, el transporte superficial es inseguro y es difícil conseguir efectivo; además, yo comencé a rodar por la ciudad desde 2010 cuando me regalaron la bicicleta y me atreví a llegar así al trabajo. Siento que despierto el interés en otros en querer usar la bicicleta y patines como medio de transporte, cuenta.

Para Ocaña, en medio de la crisis de transporte público, hay indicativos de que puede retomarse el uso de la bicicleta. Recuerda que ya ha habido algunas experiencias como el Plan Caracas a Pedal de la Alcaldía Metropolitana y el ciclo canal que existió en 2004 en Chacao. Física y geográficamente se puede hacer en los tres municipios del valle principal. Todos los días veo, por lo menos, una persona andando en bicicleta y por distintos lugares de la ciudad, dice.

Sofía Paz, arquitecta, ciclista urbana y miembro del Centro de Estudios de Movilidad en Bicicleta Ruédala Simón, de la USB, comenta que en la ciudad la infraestructura para asegurar las bicicletas es nula: “Hay una necesidad muy básica de contar con biciestacionamientos, elementos para amarrarlas. En las mismas ciclovías no hay biciestacionamientos”.

Sugiere que para lograr un proyecto sostenible se requiere de un esfuerzo de coordinar y materializar este tipo de proyectos de planificación urbana. “Tener un ente que reúna las apreciaciones de instituciones de planificación urbana, hacer unas mesas de trabajo y ver cómo podemos proyectarnos. Manejar una data y hacer planes. No se pueden ver los municipios por separado sino como un Área Metropolitana, para poder tener una infraestructura que permita moverse entre todos ellos”.

En 2015, la USB presentó al Metro de Caracas un proyecto de sistema público de alquiler de bicicletas para que se hiciera en conjunto con el organismo de transporte. “La idea era que hubiesen biciestaciones asociadas al Metro. Fue un anteproyecto que buscaba que la universidad los asesora para la implantación del sistema. Eso se quedó ahí”, explica Paz.

En la actualidad, cerca de cinco organizaciones promotoras del uso de la bicicleta se reúnen en mesas de trabajo bajo el lema: “¡Hagamos Caracas pedaleable!”. Estos encuentros parten de la urgencia de generar propuestas viables y sustentables ante la problemática de movilidad.

EL PLAN FALLIDO

En febrero de 2012, el fallecido presidente Hugo Chávez aseguró que a través de la Fábrica Nacional de Bicicletas Atómicas se producían al mes 1000 unidades. Y recordó que, en 2008, esa empresa —tras un acuerdo Irán-Venezuela— produjo en su primer año 100.000 ejemplares con la finalidad de incrementar el uso de ese vehículo en el país. No tenemos información sobre que pasó con ese convenio. Hoy no hay cifras de cuántas se fabricaron y con qué componentes. No las vimos en ningún anaquel, expresa Yesenia Sumoza, miembro de Bicicultura Venezuela.

Fotos: Luis Morillo

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