Tres hermanos monaguenses quedaron en el limbo tras suspensión en 2017 del Programa de Trasplantes y Procura de Órganos

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4000 pacientes quedaron en un limbo desde 2017, tras la decisión del Gobierno nacional de suspender el Programa de Trasplantes y Procura de Órganos. Cinco años después, tres hermanos mantienen la esperanza de conseguir al menos un donador que pueda mejorar su calidad de vida. Las operaciones de este tipo en clínicas privadas cuestan alrededor de 300.000 dólares.

Maturín. En una lista de espera elaborada en 2015, están plasmados los nombres de Naudis Ochoa (25), Miguel Ochoa (19) y Arianna Ochoa (17), tres hermanos residentes en Maturín que necesitan ser trasplantados de riñón para mejorar su calidad de vida. A siete años de aquel evento, aún no ven una luz al final del túnel.

Para ese momento las esperanzas se centraban en el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (SPOT), impulsado por la red de salud pública con el que se podía hacer un trasplante de órgano de un donante fallecido a un ciudadano en lista de espera.

En este registro no existía límite de tiempo y mucho menos garantías de encontrar donantes de manera rápida, sin embargo entrar en el mismo representaba un buen augurio para la familia y esperaban en cualquier momento recibir una llamada que pudiese garantizar conseguir el trasplante para alguno de los tres hermanos. 

La espera crecía cada vez más y con ella las esperanzas, sin saber que dos años después este programa sería suspendido por órdenes del Gobierno venezolano, esfumando cualquier ilusión. Fue el 1 de junio de 2017 cuando se dio a conocer esta medida impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro, la cual sería de manera “temporal” pero hasta ahora, cinco años después, no ha sido revertida.

Desde entonces Lourdes Rivera, madre de los tres jóvenes, ha tenido que demostrar su temple para no decaer ante las dificultades de un sistema de salud público colapsado y las complicaciones propias de la enfermedad de sus hijos. 

Desde 2014 hicimos todos los trámites para entrar en la lista de espera. Después de que el gobierno suspendiera el programa, mis hijos quedaron en el aire y ahora estamos viviendo el día a día. Hemos hecho de todo para que ellos puedan ser trasplantados pero cada vez son menos las opciones. Hemos considerado hasta irnos del país”, expresó Lourdes.

A los jóvenes les han realizado varios exámenes para determinar la causa de su enfermedad renal, sin embargo ningún especialista ha podido dar con un diagnóstico certero y aseguran que es posible que se trate de problemas genéticos.

Los síntomas que despertaron las alarmas en la familia están relacionados con hemoglobina baja, dolores de cabeza, delgadez y pérdida del apetito. La mayor del trío de hermanos, Naudis Ochoa de 25 años, comenzó a recibir quimioterapias desde los 17  y hasta entonces su vida ha cambiado al punto que tuvo que abandonar sus estudios por lo degenerativo de la enfermedad.

Naudis tuvo que dejar de estudiar porque cuando salía de la diálisis siempre estaba descompensada, además que recibe la hemodiálisis tres veces por semana y esto puede ocuparle alrededor de cinco horas. Ella tuvo una caída hace poco y se fracturó la cadera. Sus huesos están muy debilitados y está en silla de ruedas”, cuenta Lourdes, su madre.

Para Miguel, el hermano de en medio, la situación tampoco ha sido fácil. Con apenas 19 años, ya debe entrar a sus ciclos de hemodiálisis y además tuvo que enfrentar junto a su familia que la posibilidad de recibir un trasplante se fuera de sus manos.

“Nosotros en 2014 recibimos una llamada a altas horas de la noche para decirnos que habían conseguido un riñón para Miguel. La llamada era de Caracas y casualmente ese día veníamos llegando de viaje, tras cumplir con sus consultas. Atendió el teléfono una sobrina quien no entendió la información. Al día siguiente, cuando nos enteramos con detalles, llamamos de vuelta y nos dijeron que ya el órgano había sido asignado a otra persona”, cuenta Rivera.

Para la familia enfrentar esta situación fue doloroso, pese a ello se mantienen de pie y esperanzados, pues, consideran que esta es la única forma de poder sobrellevar este largo camino. Comentan que mensualmente gastan alrededor de 200 dólares en medicamentos que van desde antihipertensivos, hierro endovenoso hasta Complejo B.

En el caso de Arianna Ochoa, la menor de los tres hermanos, hasta ahora no ha sido dializada, pero los médicos aseguran que para evitar que esto suceda debe ser trasplantada prontamente.

Mis hijos necesitan obligatoriamente un trasplante y solamente hay que esperar que el gobierno pueda reactivar el programa de trasplantes. No sabría decir que numero tenemos en la lista de espera, pero pedimos al gobierno venezolano que tome en cuenta esta situación. Hay muchos que necesitan de esas operaciones para continuar sus vidas”, agregó Rivera.

Gobierno omite el tema

Son contadas los mensajes en los que Nicolás Maduro hace referencia al Programa de Procura de Órganos. Fue en noviembre de 2021 cuando mencionó el tema en una cadena presidencial mientras recorría un hospital

Sus palabras develaban una posible reactivación del programa para atender a quienes aún se mantenían en lista de espera, sin embargo esto no ha sido concretado.

Vamos a avanzar en un plan de aceleración de trasplantes. A quienes están esperando su operación se la garantizaremos”, dijo Maduro en aquella oportunidad.

El tema también fue discutido en las mesas de negociación en México que posteriormente abandonaría el gobierno de Nicolás Maduro.

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Sumado al problema de los trasplantados, los pacientes de hemodiálisis deben enfrentarse a las carencias que presenta la Unidad de Nefrología del hospital Universitario Manuel Núñez Tovar de Maturín (Humnt). Foto: Cortesía

La paralización de este programa ha limitado a la población receptora a solo recibir trasplantes de donantes vivos y estas intervenciones se realizan en clínicas privadas y su costo sobrepasa los 300.000 dólares.

27 pacientes activos en Monagas

Carlos Márquez, jefe de la Unidad de Diálisis del hospital Central de Maturín, indicó que actualmente hay 27 pacientes activos dentro del programa de trasplantes en Monagas. El especialista detalló que en lista de espera se encuentra una joven de 18 años, la cual califica para trasplante de riñón.

Tenemos 27 pacientes activos en Monagas y durante este año salieron del programa siete pacientes que perdieron la función renal, algunos por fallas de medicamentos, otro por una enfermedad que se llama enfermedad crónica de trasplante. No han fallecido pacientes por rechazo de órgano”, agregó.

Márquez destacó que en el programa de hemodiálisis han fallecido dos pacientes por causas asociadas a COVID-19 e infecciones respiratorias.

En marzo de 2020, quedaban en el estado 18 pacientes de los 32 registrados para ese entonces, la mayoría había emigrado en busca de mejores condiciones de salud para salvar sus vidas, y otros habían fallecido.

La falta de tratamiento fue uno de los motivos que apresuró la ida del país de los 11 pacientes que tomaron la decisión de migrar. Para ese momento la situación fue denunciada por Mayerling Naranjo, coordinadora del programa en Monagas, quien además reportó la falta de medicamentos por parte del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Entre 2019 y 2020 fallecieron cinco pacientes trasplantados en Monagas, los cuales por la falta de inmunosupresores rechazaron  el órgano, pues, duraron aproximadamente seis meses sin cumplir tratamiento.

En marzo de 2020, 1300 pacientes de todo el país estaban en riesgo de perder un órgano y de los 3500 trasplantados en Venezuela 500 migraron y 400 habían fallecido. De ese total, 2600 se mantenían en un limbo.

De acuerdo con datos de la Organización Nacional de trasplantados, en Venezuela hay actualmente 8000 personas en diálisis y de ellas 40% califica para un trasplante y 10% está listo para recibirlo. En 2021 fallecieron 14 niños que estaban esperando un riñón en la Unidad de Nefrología del hospital infantil J.M de los Ríos.

El equipo de Crónica.Uno intentó establecer comunicación con la coordinadora del programa en Monagas, pero esto no fue posible.

Unidad de nefrología reporta carencias

Sumado al problema de los trasplantados, los pacientes de hemodiálisis deben enfrentarse a las carencias que presenta la Unidad de Nefrología del hospital Universitario Manuel Núñez Tovar de Maturín (Humnt). La falta de aire acondicionado, máquinas y enfermeras son algunos de los inconvenientes reportados.

De 12 máquinas con las que cuenta la unidad, cuatro están dañadas así como los aires acondicionados, los cuales han sufrido daños debido a la falta de mantenimiento y los constantes apagones.

Los equipos ya fueron revisados, pero estamos a la espera de las autoridades de salud para que bajen los recursos y poder pagarle a los técnicos. Este es el único programa que atiende al oriente del país por lo tanto es de suma importancia que esta unidad esté operativa”, detalló Carlos Márquez, jefe de la unidad

En este servicio del Humnt también han reportado el déficit de enfermeras, el cual se ubica en 50%. Márquez precisó que la mayoría se han ido del país, están de reposo o renunciaron por los bajos salarios. De ocho enfermeras por turno, solamente hay dos.

“Deberían haber ocho enfermeras por cada turno, sin embargo ahora no las están formando y las que teníamos han emigrado o están de reposo”, comentó el especialista.


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