Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una celebración impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental con el apoyo de la OMS.

Caracas. Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la COVID-19 como una pandemia, las rutinas académicas y laborales cambiaron por completo. Esto se vio reflejado en la necesidad de las personas de buscar ayuda profesional para cuidar su salud mental.

La Sociedad Venezolana de Psiquiatría, a través de su revista médica —publicada a principios de este año— enfatizó que la práctica de la medicina no puede disociarse de los aspectos psicológicos, ya que son necesarios para ejercer cualquiera de las especialidades para atender a los pacientes.

La aparición de la COVID-19 ha hecho que los especialistas de la salud mental sean relevantes, y por eso muchos hospitales alrededor del mundo se han visto obligados a desarrollar protocolos de atención psicológica para los pacientes, familiares y para los profesionales de la salud.

El psiquiatra y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Jan Costa, le dijo a Crónica.Uno que ha aumentado la necesidad de las personas de asistir a terapia, pero no ha sido por un despertar de la conciencia, sino porque se han visto sometidas a una enfermedad mental y recordó que la COVID-19 es un virus que de por sí causa ansiedad y depresión.

Si eres una persona sin ningún trastorno depresivo o de ansiedad, te lo puede causar. Pero, en cambio, si ya los padecías, te los empeora”, manifestó.

Agregó que, con la aparición del virus, en algunos casos se le pueden asociar otras patologías mentales como el trastorno obsesivo compulsivo.

El profesor universitario señaló que durante las consultas que ha atendido de manera presencial y virtual identificó que los síntomas que padecen los pacientes están relacionadas con la disfunción familiar. La pandemia aglutinó a las familias debido a que antes cada miembro tenía su estilo de vida y sus espacios personales y debido a las medidas de bioseguridad, les ha tocado quedarse en casa.

Eso originó muchos roces dentro de los miembros de la familia y repercute directamente en la salud mental de cada uno de sus integrantes. De esa manera, se ve afectado el estado de ánimo de todos. Los motivos de consulta han sido asociados a la ansiedad, ataques de pánico y consigo, el trasfondo de una crisis familiar, reveló Costa.

Aprende a poner límites

Cuando una persona tiene problemas, generalmente acude a sus amigos, quienes en ocasiones hacen el rol de “psiquiatra” o “psicólogo”. El médico dijo que es un error asumir ese papel si no estás capacitado profesionalmente.

En el momento que empiezas a sentir rabia sobre lo que te están contando o que te genere fastidio escucharlo y notar que ha no cambiado esa persona, incluso llegar al punto de sentir aversión hacia tu amigo, es un indicador que tu salud mental se está deteriorando, advirtió.

Costa explicó que cuando ocurre ese escenario hay que dejar de dar consejos, desistir en querer cambiar a la otra persona, porque “las problemáticas concernientes a la salud mental, no las cambian los amigos. Más bien, la persona que trata de ayudar, se termina quemando emocionalmente, ocasionando que en última instancia se termine la amistad”.

Asimismo, el psiquiatra recomendó que se debe desarrollar la empatía, para poder escuchar al otro, que el mejor consejo que se puede dar es sugerirle a su ser querido que acuda a la terapia, recordarle que le importa y  de esa manera, esa persona podrá solucionar lo que le está ocurriendo mediante la ayuda de un terapeuta.

El desgaste emocional

El distanciamiento social que ha ocasionado la pandemia ha hecho que las personas se encuentren más irritables y tengan dificultades para socializar. La psicóloga Tachy Osorio explicó que esos síntomas derivan del hastío social y tienen que ver con el cansancio emocional sobre cómo se han visto afectadas las rutinas y hábitos por las medidas que se han implementado para prevenir nuevos casos de COVID-19 desde casi dos años.

La forma de interactuar cambió. Pasamos de tener mucho contacto social a muy poco. La especialista indicó que los síntomas se manifiestan en diversas áreas, como comunicacional, cognitiva, conductual y emocional.

El desgaste emocional afecta la manera en cómo nos comunicamos, que haya irritabilidad, estrés y amargura. La tendencia será llevar cualquier conversación a una discusión. Por supuesto, esto se extenderá en nuestra familia, pareja, amigos y por último hacia las redes social, lugar donde exteriorizamos todo lo que sentimos, detalló Osorio.

La psicóloga también coincide con Costa sobre la importancia de desarrollar la empatía para así garantizar el pensamiento crítico como una manera de escuchar desde el respeto y sin prejuicios.

Nos ayudará a entender las circunstancias personales y las de los demás. Se podrá ser más tolerante y se valorará la red de apoyo, que está conformado por amigos y familia. Es un beneficio directo a nuestra salud mental, porque somos seres sociales, nos gusta ser escuchados y tener contacto visual, expresó.

A pesar de que exista contacto virtual, ya sea a través de clases o teletrabajo, hay que procurar el retorno de las interacciones sociales de manera presencial y mientras siga la pandemia, mantener las medidas de bioseguridad.

La psicóloga le aclaró a Crónica.Uno que el hastío es una reacción emocional y cognitiva, mientras que el síndrome de la cabaña es conductual, que tiene efectos emocionales y físicos.

El síndrome de la cabaña se define por la aparición de un miedo intenso al salir de casa hacia el exterior. Esto ocurre cuando una persona ha permanecido por mucho tiempo en confinamiento y, cuando sale, surgen pensamientos catastróficos sobre lo que le puede pasar al dejar su zona segura. En cambio, el hastío social afecta todo lo que está relacionado con sus rutinas, metas diarias y la capacidad de adaptación.

El valor de la terapia

Los especialistas que fueron consultados utilizan las redes sociales para promover la salud mental y la importancia de acudir a la terapia. La psicóloga Tachy Osorio dijo que “el uso de la tecnología ayuda a promover talleres, conversatorios para generar reflexión. A través de la terapia, el psicólogo (o psiquiatra) te brindará las herramientas que necesitas para conocerte y comunicarte de forma asertiva con los demás”.

Mientras que el psiquiatra Jan Costa comentó que: Cada vez que una persona empieza a asistir a consulta, su manera de ver el mundo y a sí mismo cambiará. Tendrá la capacidad de identificar comportamientos personales que no son buenos, como el de los demás.

La comunicadora social, Victoria Cova, le contó a Crónica.Uno cómo la terapia cambió su vida: Comencé a ir porque tenía muchos problemas de estrés y de ansiedad, fue muy loco como en la primera sesión mi psicóloga me hizo ver las cosas desde otra perspectiva y le dio un giro de 180 grados a mi forma de pensar. Resulta que tenía muchas cosas en el fondo que yo no había podido identificar.

Comentó que durante ese proceso ha llorado, que se ha molestado consigo misma, incluso con su terapeuta porque escuchar y enfrentarse a la verdad ha sido difícil para ella. He transformado mi relación conmigo misma y, por consiguiente, mis vínculos con los demás. Es sumamente duro el proceso, porque al menos en mi caso, me di cuenta de que el problema no eran los demás, el problema era mi forma de hacer las cosas, dijo.

Cova invitó a las personas a que contemplen la posibilidad de ir a terapia, ya que de esa manera podrán estar bien consigo mismos y con los otros. Los problemas no dejarán de existir, lo que podemos hacer es cambiar la forma en cómo nos cuidamos mentalmente.

*Si te sentiste identificado con este trabajo y quieres contactar al psiquiatra Jan Costa o la psicóloga Tachy Osorio puedes encontrarlos a través de Instagram: @drjanc y @tachyosorio


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