Un afluente en los túneles de la Planicie sustituye el agua por tuberías para los vecinos de Los Eucaliptos

Los habitantes de las partes más altas de Los Eucaliptos (municipio Libertador) son quienes más acuden a este riachuelo, que está a un costado de uno de los túneles de La Planicie, debido a que estas comunidades son las más afectadas por los cortes de agua. Allí lavan, se bañan y cargan agua para almacenar.

Caracas. El padre de Yohandry y Albert falleció hace pocos meses. En casa de ambos son en total cinco hermanos y una madre soltera. Todos viven en La Acequia, un sector de la parte alta de Los Eucaliptos, un barrio en el oeste de Caracas. Ahora más que nunca el dinero es limitado en el hogar de estos hermanos, así que es casi imposible costear la reparación de la lavadora, la cual les dejó de funcionar hace un año.

Pero la falta de este artefacto no es lo único que les impide lavar en casa. También lo hace la irregularidad en el abastecimiento de agua por tuberías que hay en las zonas más altas de Los Eucaliptos, donde han estado hasta un mes sin agua, según el testimonio de los vecinos.

Por estas razones Yohandry y Albert, dos jóvenes de 19 y 14 años, respectivamente, optan por ir a lavar, y también a bañarse, a una especie de riachuelo que cae justo al lado de la entrada de uno de los túneles de La Planicie, una infraestructura vial que está en la autopista norte-sur de la ciudad.

Este martes 21 de septiembre, para los hermanos fue día de ir al riachuelo. Cada uno llevó un tobo, en uno de ellos llevaron la ropa para lavar, y en una bolsa de harina de maíz llevaron algunos gramos de jabón en polvo. Eran las 10:00 a. m. y Yohandry y Albert no fueron los únicos que acudieron al riachuelo a lavar.

En el transcurso de la mañana el lugar nunca estuvo solo. En todo momento, personas de las partes bajas y altas de Los Eucaliptos se acercaron a cargar agua; también lo hicieron empleados de locales cercanos a la avenida San Martín, la cual está a pocas cuadras del riachuelo. Los vecinos aseguran que allí llegan personas de las parroquias 23 de Enero, Sucre, Altagracia y también del estado La Guaira.

En la actualidad, y además de la irregularidad en el servicio de agua potable en toda Caracas, seis parroquias de la ciudad están sin agua debido a una tubería matriz rota en el sistema Tuy III el pasado 19 de septiembre. Durante la noche de este lunes, Rodolfo Marco Torres, ministro de Atención de Aguas, aseguró que el servicio empezaría a ser restituido de manera “progresiva”. Pero hasta la tarde de este martes el agua no había llegado a todas las parroquias afectadas.

Según un monitoreo realizado de enero a junio por la organización no gubernamental Monitor Ciudad, la parroquia San Juan tuvo en promedio entre 36 y 48 horas de agua a la semana. Y, en general, calculan que los caraqueños estuvieron 65,1 % del tiempo sin el servicio durante el primer semestre del año.

Niños y adultos acudieron a bañarse con jabón en barra, champú y un paño para secarse, tal cual como lo harían si tuvieran agua por tuberías en casa. Y así como Yohandry y Albert, el señor Mario Raposo, quien también es de La Acequia, llegó con algo de ropa para lavar. Más temprano, entre sus “rebusques”, como él define su oficio, consiguió un dólar, o lo que es equivalente a 3.946.160 bolívares. Ese dinero le sirvió para comprar cuatro bolsitas de jabón en polvo, que juntas no completaban ni 500 gramos.

Mario es una persona adulta mayor con discapacidad en ambas piernas por un accidente que sufrió en 2009. Ese hecho lo condenó a usar muletas. No tiene trabajo y vive solo en una casa que sus hermanos le disputan. Su único ingreso “fijo” son los bonos económicos que cada cierto tiempo deposita el gobierno de Nicolás Maduro. “Eso no alcanza ni para comprar medio cartón de yemas”, señaló Mario.

Llegar al riachuelo no es fácil para Mario, vive a más de tres cuadras y la dificultad para caminar lo pone en peligro cada vez que cruza la autopista, y , además, debe bajar y subir por el pequeño camino de tierra y piedras que está al lado de la torrentera. Otro riesgo son las capas de moho que se han formado sobre las rocas que están bajo la pequeña cascada.

La doctora Patricia Valenzuela, infectóloga y vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Infectología, explicó que es poco probable que el contacto de la piel con el moho produzca enfermedades invasivas. Sin embargo, aclaró que sí pueden generarse dermatitis de contacto, alergias o lesiones que van derivando en la pérdida de vitalidad de la piel.

La infectóloga añadió que heridas producto de una caída en este tipo de lugares pueden generar infecciones bacterianas si no se atienden correctamente: “Todo depende del ambiente y de cada persona. Quienes tienen más riesgo son las personas con sistemas inmunológicos comprometidos”.

“Allí se han resbalado personas y se han caído”, comentó Mario, quien calcula que los problemas con el abastecimiento de agua en el barrio comenzaron hace aproximadamente seis años.

Elizabeth Blanco, habitante y dirigente vecinal de la comunidad, explicó que los más perjudicados han sido los habitantes de la parte alta de Los Eucaliptos, cuyo suministro, según Elizabeth, depende de una llave de paso la cual desde hace algunos años estaría custodiada por presuntos miembros de los grupos de choque, llamados “colectivos”.

Esta llave de paso está ubicada en el sector El Observatorio, un área de la parroquia 23 de Enero, la cual es colindante con Los Eucaliptos. Elizabeth denunció que estas personas, identificadas con el gobierno de Maduro, han amenazado a los vecinos por acercarse a preguntar por qué la llave no puede estar abierta continuamente, por lo que prefirieron no volver a la zona.

“Nosotros hemos denunciado esto ante Hidrocapital y ellos nos han dicho que no tienen control sobre esa llave, pero ¿cómo es posible eso si ellos son los encargados del suministro en toda la ciudad? Nosotros solicitamos información de dónde se abastece la comunidad y nos dijeron que esa información era secreto de Estado”, expresó Elizabeth.

El agua del riachuelo

Ningún vecino sabe de dónde viene esa agua. Solo saben lo que ven, y es que el agua sale por debajo de una de las vías de la autopista que está en la parte alta, y va cayendo hacía la parte baja, donde está la entrada del segundo túnel. Este riachuelo está dentro de un embaulamiento hecho en concreto que recoge el agua, cuya apariencia es cristalina y sin ningún tipo de olor.

Esa agua es más limpia que la que sale del chorro, por eso la gente prefiere venir para acá”, comentó Yohandry, quien junto con su hermano tuvo que cruzar la autopista para llegar al riachuelo.

El ingeniero civil, José Luis López, experto en prevención y mitigación de riesgos y profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó que las aguas de los canales revestidos o embaulados son aguas que vienen del subsuelo que, a su vez, pueden estar siendo infiltradas por aguas de lluvia, las cuales pueden incorporar contaminantes como aceites, detergentes o heces fecales.

“Siempre hay que hacer un tratamiento primario mediante exploración, es decir, es necesario realizar análisis físico-químicos y bacteriológicos para determinar el grado de pureza del agua, pero de esto se deben encargar personas expertas en el área”, explicó el ingeniero.

Mientras algunos cargaban agua y otros se bañaban, Yohandry y Albert lavaron su ropa a un costado del riachuelo. La acera sirvió de lavandero y un pequeño cepillo los ayudó a sacar el sucio, luego cada pieza de ropa pasaba a ser enjuagada dentro de un tobo. Al terminar, Yohandry exprimía cada una y se la daba a Albert para que la pusiera sobre los brocales de la autopista a secar. Cuando terminaron, el riachuelo había quedado solo para ellos. Era hora de bañarse.

Mañana mi mamá vendrá a terminar de lavar”, comentó Yohandry.