El largometraje de Andrés y Luis Rodríguez obtuvo 11 premios en el certamen, que este año se realizó online a través de la plataforma del Trasnocho Cultural, que reportó 553 entradas vendidas.

Caracas. Silvia trabaja como personal de limpieza en una oficina. Todas las noches vuelve al barrio en el que vive. Busca a Sara, su hija de seis años de edad, a quien deja a cargo de una vecina que espera paciente el pago de las deudas por esa labor.

Madre e hija regresan al hogar. Cansada, trata de mantener a salvo a la niña en medio de la carestía. Además, la mujer está enferma. Un tumor en el cerebro desdibujó la palabra futuro, ya maltrecha en unas condiciones de pobreza sin ningún vestigio de mejores virajes.

Así comienza Un destello interior, la película de los hermanos Luis y Andrés Rodríguez, conocidos en el gremio como los morochos. Es protagonizada por Jericó Montilla, quien interpreta a la madre de la niña de la historia, encarnada por Sol Vázquez.

Es el tercer largometraje de ficción de ambos, y resultó ganador del Festival del Cine Venezolano 2020. Obtuvo 11 premios, entre ellos, el de Mejor Largometraje Ficción y Mejor Dirección en el festival, que este año se realizó online debido a la pandemia. En 2019 se llevó a cabo en Caracas, en las salas del Trasnocho Cultural, ahuyentado por las fallas de servicios en Mérida, su sede tradicional desde 2005. 

El año pasado asistieron al certamen 1900 espectadores, de acuerdo con las cifras del Trasnocho Cultural, cuya plataforma online sirvió esta vez para ver en streaming los 11 largometrajes de ficción, los 10 documentales y los 15 cortometrajes participantes. En esta edición hubo 553 pases para ver los filmes entre el 10 y el 24 de septiembre, días en los que se realizó el festival, según datos del Trasnocho Cultural. A cargo del palmarés principal estuvo un jurado integrado por Luis Bond, Rafael Marziano, Maite Galán, Beto Benites y Antonio Delli. 

La obra de los morochos Rodríguez ha sido premiada anteriormente en el certamen. En 2012 Brecha en el silencio ganó como Mejor Ópera Prima y otros seis galardones más. Hace dos años Hijos de la sal fue la  Mejor Película y obtuvo Mejor Dirección entre los siete reconocimientos para esa obra. 

Un destello interior
La película iniciará recorrido de festivales internacionales antes de su estreno en Venezuela

Un destello interior es una película sobre el amor incondicional. Sobre un amor sin interés, sin ganancia material. Solo entrega. Quisimos que el espectador hiciera el viaje interno que Silvia realiza. Esa incertidumbre, ese temor. Un personaje que siente que no tiene voluntad para vivir. Pero hay un contraste. La niña representa la vitalidad de vivir, la inocencia, la vida en su esencia. Hay dos polos encontrados. La madre que se apaga y la niña que ilumina”, afirma Luis Rodríguez.

Influencia cristiana. El cineasta asegura que incluso en el filme hay una influencia cristiana. “Al dedicar su vida al otro, encontrase a sí mismo porque se encontraba perdido. Hay un comportamiento en apariencia contradictorio. En una parte de la película la madre busca distanciarse de la hija porque sabe que en algún momento tiene que partir. Entonces es bueno que la hija empiece a tener una vida sin la mamá. Pero luego vemos una resurrección. Hay imágenes que describen esa influencia. Por ejemplo, cuando la niña atiende a la madre en el lecho, la composición es la de La Piedad. Hay referencia a esas composiciones artísticas cristianas de Occidente que han estado presentes en uno, independientemente de que yo sea practicante o no”, añade el realizador.

Un destello interior
Sol Vázquez y Jericó Montilla fueron laureadas en el certamen. Foto: Cortesía de Andrés Rodríguez

Por su parte, Andrés Rodríguez, resalta el tema de la esperanza subyacente en Un destello interior, no obstante la pesadumbre que puede haber en la protagonista: “Una mujer completamente sola, enferma y que no sabe qué hacer con su pequeña hija. En esos momentos en los que cae en la angustia, en lo más profundo, encuentra una fuerza interior que lleva a la esperanza, que es la que reside en la película y que muchos de nosotros encontramos en situaciones difíciles. Ella conecta con la vida cuando encuentra la importancia vital que representa su hija”.

La constante tensión en los planes de la madre, esa incertidumbre de una vida sin asidero, sin respuestas, es la principal tensión. Si bien Luis Rodríguez asevera que es una película sobre el amor entre madre e hija, su hermano, Andrés, hace una observación: “En buena parte de la película la madre parece no querer conectar con la pequeña. Vemos cómo a veces la niña hace de madre. La mamá ha cerrado la puerta a todo afecto, incluso a la cercanía hacia su hija. Esto obedece un poco, según nuestra tesis, a que hay situaciones del pasado que no ha logrado solventar. Sirven como un fardo que la llevan con un peso a lo largo de una vida hasta somatizarse en una enfermedad. Ella se ha protegido detrás de una coraza de frialdad”.

A pesar de eso, hay una relación que se mantiene, por instantes a fuerza, hasta que la trama gira en momentos en los que Sara toma la decisión más extrema. 

Las imágenes, cada elemento de la puesta en escena, constata el estado físico y emocional de los involucrados en esta historia: “Sí, a través del lenguaje cinematográfico, de la atmósfera de la película, accedemos al espacio interno de los personajes. Eso siempre lo hemos trabajado a través del diseño de la imagen. Los actores y actrices forman parte de esa imagen. No son elementos ajenos”.

“Esa división entre ficción y documental se diluye por nuestra experiencia. Llega un momento en el que hacemos lo que se llama cine del descubrimiento. Una teoría de Joaquín Cortés. Al principio tienes un guion, pero en el rodaje hay elementos de la realidad, como los actores o la gente alrededor, que enriquecen la película. Hay que estar siempre abierto a esa posibilidad. Se da entonces una reescritura”, indica Andrés Rodríguez. 

Respuesta a críticas. Un destello interior es una producción de la Villa del Cine, institución con la que los cineastas han trabajado desde hace años. “Siempre hemos hecho obras de autor de bajo presupuesto. Habrá habido alguna cosa por encargo que no tiene nada que ver con lo que hacemos, si acaso dos. Pero nadie nos ha dicho que hagamos las cosas de alguna manera. Siempre hemos tenido libertad creativa, se nos ha respetado nuestra visión, que es bastante crítica”, afirma Luis Rodríguez, quien agrega: “Hay personas con ciertos prejuicios hacia la Villa del Cine. No voy a discutir si tienen fundamentos o no. A la hora de valorar un trabajo, te centras en la película. La ves y realizas una crítica. No se puede juzgar una obra sin conocerla”.

Un destello interior
Los morochos Rodríguez aseguran que hacen un cine crítico sobre temas como el incesto y la violencia. Foto: Cortesía de Andrés Rodríguez

Más allá de los premios hasta ahora recibidos, Luis Rodríguez celebra el reconocimiento a las dos actrices en las que recae la tensión de Un destello interior: “El trabajo de Jericó es magistral, con un riesgo psíquico y físico. Se entregó al personaje, a unos sentimientos extremos a los que algunos actores temen en este tipo de papeles. Ella se lanzó al vacío. También me alegro por el premio a Sol Vásquez, que tenía seis años de edad en ese momento. Con ella trabajamos de una forma muy lúdica, se compenetró muy bien con Jericó. Esos premios me complacen más que el de Mejor Película y Mejor Dirección”. 

Los planes de los hermanos Rodríguez son que Un destello interior participe en competencias internacionales, como el Festival Internacional de Cine de la India y el Festival Internacional de Cine de El Cairo, ambos pertenecientes a la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos, al igual que los de Cannes, Berlín y Venecia. 

Once upon a time in Venezuela
El documental de Anabel Rodríguez Ríos participó en Sundance. Foto: Cortesía de John Márquez

Otros premios. Si bien Un destello interior fue la película con más premios en el Festival del Cine Venezolano, hubo otras producciones que recibieron galardones importantes el jueves 24 en la transmisión realizada por Youtube.

En esta edición, el certamen abrió un apartado para premiar películas de no ficción. El Mejor Documental fue para Once Upon a Time in Venezuela de Anabel Rodríguez Ríos. Un filme que se centra en la tragedia de los habitantes del Congo Mirador, un pequeño poblado del estado Zulia construido sobre las aguas, en palafitos. Pero paulatinamente las sedimentaciones amenazan la existencia de quienes ahí viven. Merman los niveles de los caudales, la pesca se ve afectada; la desidia que avanza y la impotencia de quienes ven que el futuro se va sepultando. Muchos optan por irse.

La película participó este año en el Festival de Sundance y en el certamen venezolano también recibió el Premio de la Prensa Amy Courvoisier.

Ganadores en la categoría de largometrajes:

Mejor Largometraje Ficción: Un destello interior.

Mejor Dirección: Andrés y Luis Rodríguez (Un destello interior).

Mejor Guion: Julián Balam, Luis y Andrés Rodríguez (Un destello interior).

Mejor Actriz Principal: Jericó Montilla (Un destello interior).

Mejor Actriz de Reparto: Sol Vázquez (Un destello interior).

Mejor Actor Principal: José Roberto Díaz (Blindado).

Mejor Actor de Reparto: Yoni Naranjo (La fortaleza).

Mejor Casting: Nelson Lehman y Luis Castillo (Un destello interior).

Mejor Montaje: Julio Martínez (Un destello interior).

Mejor Dirección de Fotografía: Alexander Barroeta (Un destello interior).

Mejor Cámara: Andrés y Luis Rodríguez (Un destello interior).

Mejor Música: Andrés Levell (Un destello interior).

Mejor Sonido: Fahil Flores (Un destello interior).

Mejor Ópera Prima: Infección, de Flavio Pedota.

Mejor Documental: Once Upon a Time in Venezuela de Anabel Rodríguez Ríos.

Mejor Dirección de Arte: Francisco Bugallo (Infección).

Mejor Vestuario: María Fernanda Camerino (Infección).

Mejor Maquillaje: Ronald Faramalla (Infección).


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