Un viaje en el Metrocable de Mariche pasó de 17 minutos a más de una hora en cabinas con daños estructurales

En el año 2013, cuando fue inaugurado por Nicolás Maduro en su cargo de vicepresidente ejecutivo, este dijo que un viaje solo tardaba 17 minutos. Ahora, usuarios cuentan que tardan entre 40 minutos y más de una hora. “Hay personas que se han quedado atrapadas hasta cuatro horas”, contaron los vecinos. 

Caracas. El Metrocable Palo Verde – Mariche fue construido con la promesa de “dignificar” la vida de los habitantes de La Dolorita y Filas de Mariche. Nueve años después de su inauguración formal, este servicio de transporte no cumple con las expectativas con las que fue presentado ante la comunidad en el año 2013 y, hasta el momento, solo un tramo fue construido por completo.

El recorrido de Palo Verde al kilómetro 11 de Filas de Mariche ahora dura entre 40 minutos y una hora de viaje, y no los 17 minutos que prometía en principio el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez. Este fue el segundo sistema de transporte tipo teleférico construido en Caracas. En enero de 2013 fue inaugurado formalmente por Nicolás Maduro, como vicepresidente ejecutivo, y Haiman El Troudi, como presidente del Metro de Caracas.

El proyecto incluía la creación de cinco estaciones: Palo Verde II, Guaicoco, La Dolorita, La Dolorita Bloques y Mariche, pero solo terminaron Palo Verde II y Mariche. Ambas estaciones tienen una distancia de 4,79 kilómetros.

Foto: Luis Morillo

Maikol Betancourt tenía años sin montarse en el Metrocable, no recuerda exactamente cuántos, pero sí sabe que la última vez que lo hizo todo era muy diferente dentro de las instalaciones de la estación Palo Verde II. “Esto ahora no es ni la sombra”, dijo justo al entrar. Maikol vive en Petare y anteriormente utilizaba el Metrocable para ir a visitar a varios amigos de Mariche.

En la mezzanina de la estación Palo Verde II no hay rastros de algún operador del Metro de Caracas, compañía estatal que asumió las operaciones de este servicio, incluyendo también el de San Agustín. Las casetas están solas y sin iluminación. Estos eran los espacios donde se cobraba el pasaje durante los primeros años de servicio. Maikol contó que en el momento en que el Metro dejó de cobrar boletería también lo hizo el Metrocable.

En Palo Verde II el ascensor no funciona y las escaleras, que en principio eran de concreto revestidas con losas de granito, tienen algunos escalones remendados con metal soldado. También los vidrios de las barandas están partidos. En el primer piso, donde se abordan los funiculares, solo hay presencia de dos adultas mayores, integrantes de la Milicia Bolivariana, grupo que hace varios años se encarga de trabajos logísticos y de seguridad en el Metro, Buscaracas y Metrocable.

Foto: Luis Morillo

Cada cierto tiempo una de las milicianas pasa una escoba por el piso de los funiculares, esto lo hace antes de que los usuarios aborden, pero no parece suficiente mantenimiento para un sistema de transporte masivo que costó 380 millones de dólares y que estuvo a cargo de la empresa austriaca Doppelmayr, según declaraciones de Maduro para Venezolana de Televisión, el día de la inauguración del Metrocable de Mariche, a donde llegó viajando en una de las cabinas.

Hoy en día, un viaje en uno de esos funiculares no es recomendable para personas con vértigo o claustrofobia debido a cómo funciona el servicio. En la actualidad, la mayoría de las cabinas presentan daños estructurales: las puertas están dañadas, no cierran por completo debido a que ya no tienen gomas que permitan la unión entre ambas y casi todas tienen huecos inmensos en la parte baja, tan amplios que representan un serio peligro, sobre todo para los niños. Las ventanillas de la parte baja se partieron y no fueron reparadas.

La iluminación interna y el sistema de comunicación con los que contaba cada unidad ya no existen. El plástico de las paredes dejó de ser transparente debido al sucio, los rayones y grafitis que dejan algunos usuarios.

Foto: Luis Morillo

Dervi Núñez, habitante de Las Tapias, contó que estuvo atrapado por más de 25 minutos en una de las cabinas debido a que el sistema suele paralizarse por tiempo indefinido. No hay explicación de porqué sucede esto pero los vecinos presumen que se debe a fallas eléctricas que afectan el desempeño de las guayas que sostienen las cabinas.

Yo solo he estado como 25 minutos, pero hay personas que se han quedado hasta cuatro horas atrapadas. Uno lo usa para intentar llegar temprano a su trabajo porque se hace mucha cola esperando que pase una camioneta, pero así como puedes llegar rápido, puedes perder la mañana, literalmente, guindando en el Metrocable, contó Dervi, quien usa el servicio todos los días.

Un pasaje en camionetica desde Petare hasta Las Tapias, donde vive Dervi y donde está la estación Mariche, cuesta un millón de bolívares, mientras que en el Metrocable aún no reactivan el cobro de pasaje, como ocurrió recientemente en el Metro de Caracas y el Buscaracas.

Foto: Luis Morillo

Dervi y Maikol abordaron la misma cabina en la estación Palo Verde. Ambos quedaron atrapados por un par de minutos cuando iban camino a Mariche porque el servicio se detuvo. Luego, en el viaje de regreso, volvió a paralizarse tres veces, de igual forma por pocos minutos. En cada cabina solo pueden montarse un máximo de seis personas, en principio, la capacidad permitida era de ocho pasajeros, con el objetivo de transportar un total de 1200 personas por hora.

Otra problemática que mencionó Dervi es la inseguridad dentro del Metroclable. Aquí hay muchos robos. Hay que estar pendiente de quien se monta contigo porque hay muchas personas que han robado. A mí hasta ahora no porque yo siempre estoy pendiente de quien se monta, pero hay personas que han llegado hasta desnudas a la estación. También hay historias que dicen que han lanzado personas al vacío, relató Deivi. En un recorrido realizado por Crónica.Uno este jueves 5 de agosto no se observó presencia policial en ambas estaciones. 

El Metrocable comenzó a prestar servicio con 100 cabinas, un grupo de ellas ahora está arrumado a un costado de la estación Mariche. En esta parada hay mayor presencia de operadores del Metro de Caracas y de funcionarios de la Milicia. Sin embargo, las santamarías de la estación están cerradas y los usuarios solo pueden entrar por una puerta pequeña.

En las mañanas se hace mucha cola y tardamos más en entrar, contó Dervi.

Foto: Luis Morillo

Varias veces el Metrocable de Mariche ha dejado de prestar servicio comercial debido a fallas en las operaciones. Hipólito Abreu, en 2019, aseguró que una de estas problemáticas se debía a “un acto de sabotaje”. Darvi expresó que el servicio actualmente funciona de lunes a sábado desde las 5:00 a. m. hasta las 10:00 p. m.

Hay días en los que puede que no esté funcionando, pero es impredecible saber cuándo se va a paralizar, contó Dervi, quien a pesar de las condiciones en las que opera el Metrocable, prefiere usar este servicio antes que ir a su trabajo en camionetica. “Hay pocas unidades, uno pierde mucho tiempo en la parada y de paso en la alcabala que está llegando a Petare también se pierde mucho tiempo por culpa de los policías”, añadió.

Desde marzo, el gobierno de Maduro incluyó al Metro de Caracas y al Buscaracas en los trabajos de “embellecimiento” de la ciudad con motivo de la celebración del bicentenario de la Batalla de Carabobo. Estos trabajos estuvieron mayormente enfocados en mejoras de las estaciones, aunque no todas en el caso del Metro de Caracas. Pero hasta ahora el llamado plan Caracas Patriota, Bella y Segura no ha llegado al Metrocable Palo Verde – Mariche.

Foto: Luis Morillo

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