Desde hace tres días Reyna Estrella no duerme en su casa, en el callejón La Finca de Los Flores de Catia, porque Protección Civil le pidió que saliera de su vivienda. La quebrada Caroata, que pasa por la zona, ha aumentado su nivel por las lluvias registradas en Caracas y nueve locales se derrumbaron el pasado 26 de abril.


Caracas. La quebrada Caroata corre con calma y a un nivel normal, este viernes 29 de abril, mientras los obreros de la Alcaldía del Municipio Libertador retiran los escombros que quedaron de los locales y viviendas que se derrumbaron luego de varias horas de lluvia. No era así el jueves cuando el agua creció y se desbordó hasta llegar a la entrada de las casas que están en el callejón La Finca, del barrio La Línea, en Los Flores de Catia.

Tampoco fue así el pasado 26 de abril, cuando al menos nueve comercios, la mayoría de venta de repuestos de motos y vehículos, se derrumbaron. En seis de estos locales vivían familias, que construyeron sus hogares sobre los establecimientos. No hubo perdidas humanas pero sí de enseres y mercancia.

Foto: Gleybert Asencio

Las familias que vivían ahí decidieron irse a casa de parientes o vecinos cercanos, con anticipación, ante el riesgo de que las construcciones cedieran en cualquier momento, contaron vecinos.

Desde hace tiempo se había hablado de que las familias tenían que salir de ahí y ellos tomaron previsiones. Los que no lo hicieron fueron los dueños de los locales. Nosotros (los vecinos) estuvimos diciéndoles de que tenían que salir de ahí porque el terreno estaba cediendo. Uno de los comerciantes, incluso llegó a decirme que si se caía el local, él lo iba volver a levantar, expresó Wladimir Barrios, habitante de la zona.

Foto: Gleybert Asencio

Durante los años de gestión del chavismo, Venezuela ha acumulado un largo historial de familias enteras trasladadas a refugios debido a la pérdida de sus viviendas por desastres naturales.

Tres casas del callejón La Finca son las que más riesgo corren. La zona es una bomba de tiempo debido al peso que generan sobre el terreno muchas de las viviendas, que tienen más de tres plantas de altura, y que están a la orilla de la quebrada.

Los muebles y otros objetos en casa de Reyna Estrella están arrimados a un costado de la casa por temor a que la quebrada vuelva a crecer y que el agua entre a su hogar, de una sola planta, en la que ella vive desde 1982.

Yo no quiero ir a ningún refugio. No sé cuántos años de vida me puedan quedar a mí, pero no me quiero ir a morir a un refugio. Prefiero morir en mi casa que un refugio, comentó la mujer de 74 años, con problemas en las rodillas y en la cervical, los cuales empeoran con el estrés que le genera la incertidumbre que la invade cada vez que empieza a llover en Los Flores de Catia.

Foto: Gleybert Asencio

Desde hace tres días Reyna no duerme en su casa, ya que funcionarios de Protección Civil le pidieron que saliera. Tampoco lo hacen su nuera y su nieta, quienes viven con uno de los hijos de Reyna en otro espacio de la casa, que está dividido para ellos.

Las tres se van a dormir a una habitación que un vecino les ofrece cada noche, mientras que el hijo de Reyna se queda en la vivienda.

El muro de contención frente al callejón La Finca fue construido durante la gestión del exalcalde del Distrito Metropolitano de Caracas, Juan Barreto. La parte del muro frente a la casa de Reyna se desprendió y empezó a socavar desde el 2018.

Nosotros llevamos esa denuncia a varias instancias gubernamentales. Han venido, han tomado fotos, medidas, han venido varios ingenieros, pero hasta este momento es que están tratando de atender la situación a raíz del derrumbe, añadió Reyna.

Foto: Gleybert Asencio

Entre los vecinos de la zona hay mucha zozobra durante estos últimos tres días. El agua de la quebrada ha crecido más de lo que Diego recuerda, en los 34 años que tiene en Los Flores de Catia. Aunque su casa no es de las que presenta mayor riesgo, él todos los días revisa cada pared de la vivienda para verificar que no haya ninguna grieta. La vivienda tiene una planta baja y un piso en donde viven cinco familias, cuatro son de los hijos de Diego.

Gracias a Dios el agua no se metió pero lo que nos dejó fue mucha basura que fue trayendo, describió Diego.

Foto: Gleybert Asencio

El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) advirtió que las lluvias en el país se mantendrán con fuerza, por lo menos, hasta junio.

Los vecinos de Los Flores de Catia comentaron que obreros de la Corporación de Servicios Municipales Libertador empezaron a trabajar en la limpieza de la quebrada Caroata hace aproximadamente tres semanas.

Antes de eso no habían venido a limpiar desde la temporada de lluvias del año pasado, comentó un vecino que prefirió reservar su identidad.

Foto: Gleybert Asencio

Las lluvias que se registraron entre el lunes, 26 de abril, y martes, 27 de abril, acumularon 180 milímetros de precipitaciones, solo en Caracas, mientras que el promedio de abril es de 55 milímetros. Es decir, en 48 horas superaron tres veces el promedio del mes, explicó en una transmisión en Venezolana de Televisión, José Pereira, presidente del Inameh.

En total, las autoridades gubernamentales contabilizaron 300 familias en situación de riesgo en Los Flores de Catia, de las cuales 83 presuntamente se encuentran “bajo el control del Gobierno de Caracas”.

Sin embargo, los vecinos de la zona insistieron a Crónica.Uno que quienes perdieron sus viviendas desalojaron el lugar antes del deslizamiento y se encuentran en resguardo con familiares o allegados.

Foto: Gleybert Asencio

Hemos presentado alternativas para sacar a la gente con suficiente tiempo, por eso no tenemos pérdidas humanas. Sin embargo, se han perdido enseres. Vimos lo que pasó en el lugar de la Línea, en Catia. La afectación es para 31 familias, comentó Nahum Fernández, jefe del Gobierno del Distrito Capital, durante una entrevista en Unión Radio.

El gobierno de Nicolás Maduro dispuso de un fondo de 10 millones de bolívares para la atención de las familias afectadas por las lluvias en el país. El mandatario aseguró que dicho presupuesto tendrá la opción de renovarse cada vez que las autoridades agoten los recursos.

Foto: Gleybert Asencio

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