Este año se han concentrado frente a la Vicepresidencia de la República cuatro veces. Solo exigen ser atendidos por Aristóbulo Istúriz, pero siempre les envían una comisión y nadie les informa cuándo se firmará la Ley de Pensionados y Jubilados.

Caracas. Llegaron con sus bastones, muletas y con sus bolsitas cargadas de algunos remedios, todos dispuestos a mantenerse en la calle para exigir que se ejecute la Ley de Pensionados y Jubilados promulgada el pasado 30 de abril por la Asamblea Nacional (AN).

Más de 60 abuelitos caminaron hacia la Vicepresidencia de la República, en la avenida Urdaneta. Tenían además pancartas alusivas a la deuda que mantiene el Ejecutivo con ellos.

De inmediato fueron rodeados por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Tal como ocurrió en la protesta de mayo pasado, en una cuadra al lado del Banco Central de Venezuela (BCV).

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Comenzaron la concentración a eso de las 10:30 a.m. de este martes 11 de octubre. Muchos no habían siquiera desayunado: “Mija salí de la casa sin comer. Fui al comedor que está en San Juan y me dijeron que no hay nada. No es justo que luego de 40 años de servicios a la Administración Pública esté en situación de indigencia”, repetía incansablemente María en medio de la bulla que se armaba frente el pelotón de efectivos que los mantenía a raya.

Cuando la AN promulgó la ley, según Edgar Silva, coordinador nacional del Comité de Derechos Humanos para la defensa de los pensionados, jubilados, adultos mayores y personas con discapacidad; adeudaban a los abuelitos cerca de 300 millones de bolívares, 11.400 para cada uno.

A la fecha, luego de los aumentos decretados por el Ejecutivo, la deuda pasa los 500 millones de bolívares, “y no vemos voluntad para sincerar la situación con la Tercera Edad”.

Los manifestantes fueron atendidos por Fidel Vásquez, un enlace que envió el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz. Pero aún al mediodía no había respuesta satisfactoria.

“Entre tanto, los abuelitos nos morimos de hambre. No podemos ni comprar las medicinas. Encima de eso pareciera que nos tienen miedo pues nos mandan al Ejército. Maduro paga el bono a 3 millones de pensionados y adultos mayores. Eso lo necesitamos para alargar dignamente nuestras vidas. Nosotros tenemos un pie en el hospital y otro en el cementerio”, clamaban.

Los jubilados se quejaron además de que no pueden comprar comida puesto que en las colas los atropellan y humillan. También dijeron que los roban en las puertas de los bancos cuando salen de cobrar la pensión y denunciaron que las 73 casas de abrigo y de alimentación dependientes del Seguro Social están en la quiebra, resultando afectadas más de cinco mil personas.

Mientras los adultos mayores protestaban por derechos que rezan en la Constitución Bolivariana —como lo son la recreación, salud, alimentación y a una vida digna—, en toda la puerta de la Vicepresidencia había un punto rojo con música a todo volumen. Un hombre al karaoke cantaba con fuerza tratando de opacar los gritos de los viejitos que pedían alimentos y fármacos.

No obstante, eso no les restó fuerza y con sus bastones y frentes en alto prometieron no dejar las calles hasta lograr que “Maduro apruebe la ley y nos pague el bono que nos merecemos”, sostuvieron.

Al final de la tarde, en asamblea nacional realizada por el Ejecutivo en donde se discutió el Presupuesto de la Nación 2017, Aristóbulo Istúriz realzó los beneficios sociales dados a la población venezolana y aclaró que de 100 personas 85 gozan de la pensión.

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Los viejitos fueron cercados por los cuerpos de seguridad.

Fotos y video: Mabel Sarmiento Garmendia


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