La película, protagonizada por Michael Keaton, se basa en la historia sobre el proceso de compensación a los familiares de los fallecidos en los ataques a las Torres Gemelas.

Caracas. Se cumplen dos décadas del ataque terrorista al World Trade Center. Es lugar común escuchar o leer que todo el mundo recuerda lo que estaba haciendo cuando se enteró de lo ocurrido, pero es así.

Fue en hecho que determinó la historia reciente de la humanidad, con reminiscencias que todavía son noticia; la noción de seguridad en Occidente fue cuestionada, así como la reflexión sobre la atrocidad se profundizó en cada individuo.

Worth
Una dupla de abogados debe entender que el mundo va más allá de lo planes

El cine ha revisado los hechos en decenas de historias que han llegado a la gran pantalla. Tanto la perplejidad del atentado como los hechos políticos, económicos y sociales han sido inspiración de obras de ficción y documental. Algunos ejemplos son World Trade Center (2006), de Oliver Stone; United 93 (2006), de Paul Greengrass; Fahrenheit 9/11 (2004), de Michael Moore; The Hurt Locker (2008) y Zero Dark Thirty (2012), de Kathryn Bigelow. Tan solo algunas de tantas.

Celuloide en llamas: el cine estadounidense tras el 11-S es un libro en el que Miguel Ángel Huerta Floriano registra cómo este arte cambió por los atentados, no solo en las temáticas, sino en cómo se tomó la decisión de eliminar escenas en películas y series grabadas previamente a los ataques, con la intención de no herir sensibilidades. Un extenso análisis de los cambios que implicaron los atentados.

Desde principios de septiembre en Netflix se consigue Worth, una película de Sara Colangelo protagonizada por Michael Keaton. Se basa en un hecho de la vida real: el momento en el que el abogado y perito Kenneth Feinberg es designado en el Fondo de Compensación de Víctimas del 11 de Septiembre.

Worth
Amy Ryan interpreta a un personaje fundamental para el viraje de la trama de Worth

En la historia, el personaje es presentado como un profesional comprometido con su trabajo y con el país, con amplia experiencia en distintos casos de compensación. En la universidad, suele dar cátedra sobre cómo debe aplicarse la teoría para responder cuánto vale una vida.

A partir de esa pregunta, la directora da forma al conflicto moral que se presenta durante todo el metraje de Worth, que se ha convertido en uno de los largometrajes más populares en la plataforma en días recientes.

Kenneth Feinberg trabaja junto con Camille Biros (Amy Ryan) en la firma de abogados que debe determinar cuánto dinero debe dar el gobierno de Estados Unidos a los familiares de los fallecidos.

Fiel a su personalidad apegada a las fórmulas y teorías, el protagonista plantea un mecanismo que considera idóneo para los involucrados.

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Stanley Tucci interpreta a un líder que se convierte en la principal contrafigura del protagonista

Hay muchos intereses de por medio. Por un lado, desde el Estado y algunos conglomerados la idea es evitar futuras demandas que trastoquen la dinámica económica, además de alargar el proceso. Kenneth Feinberg sabe que una demanda colectiva no solo sería desgastante, sino que considera que podría perjudicar todavía más a las familias y demás dolientes.

El guion de Worth es de Max Borenstein, de quien hemos visto películas como Godzilla (2014), Kong: Skull Island (2017) y Godzilla vs. Kong (2021). Esta vez no son monstruos los que amenazan, sino los conflictos internos. Y no es que la película se base en una disputa entre apologistas y beligerantes, sino de cómo entender que las ideas propias, casi dogmáticas, pueden ser contraproducentes para los fines genuinos y loables.

La propuesta de Kenneth Feinberg es rechazada por los familiares, especialmente por Charles Wolf (Stanley Tucci), un abogado de Nueva York que perdió a su esposa en las Torres Gemelas.

Él se convierte en el más activo detractor de la fórmula de compensación del protagonista, calificada como injusta por los familiares que consideran que es tan solo un artificio que arroja dinero a la tumba de los caídos. Aseguran que el perito solo quiere saldar de una manera superficial, sin considerar la realidad de cada caso.

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Worth es una atinada película para revisar todas las aristas de los atentados en Nueva York

Pero Worth no se trata de un enfrentamiento encarnizado entre un bando justo y otro inhumano. No. La película presenta a estos dos personajes como sujetos por un bien común, pero con maneras intransigentes para alcanzar los objetivos.

Entonces, es en la revisión personal donde ocurren los conflictos, impulsados por la cruda realidad de cada una de las personas afectadas. De hecho, Charles Wolf será determinante en el viraje del largometraje, desde la oposición, pero también en el reconocimiento del otro y la negociación.

Kenneth Feinberg debe salir de su férreo esquema para lograr las metas, y empezar a ver que la vida cuando duele no se aferra a lo que establecen las fórmulas. Debe ir más allá de lo calculado, y entender que las tragedias, especialmente las inimaginables, son más grandes que lo previsto en el papel. También empiezan a surgir los secretos y conflictos internos de algunas familias, lejos de toda previsión, pero lejanos también a la dinámica del protagonista, a quien vemos poco en su núcleo familiar, distante; la oficina como único mundo. Camille Biros es el cable a tierra.

El largometraje también demuestra la pulcritud en las diferencias de dos personas en principio distantes 

La cineasta hace de Worth una película sobria, contundente y directa sobre un momento álgido de la historia estadounidense. No recurre a las imágenes catastróficas para aludir a los hechos que desencadenan todo. Están ya muy presentes en el colectivo.

Sara Colangelo se concentra en los dilemas éticos, morales y en los sentimientos que surgen cuando el protagonista decide salir de su cápsula de teorías para enfrentarse a una realidad que no estaba en sus cuentas. Hay quienes hacen de la teoría una secta indiscutible. Pero hay esperanzas para revertir.

De eso se trata Worth. Un amante de la ópera sensible a la épica y tragedia presentada por los grandes compositores, pero que debe aprender a labrar el camino para su más importante epopeya.

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