Pensionados y jubilados piden ayuda a las ONG para la creación de un programa de alimentos que beneficie a los adultos mayores en situación de vulnerabilidad. Además, continúan exigiendo que sus pensiones y jubilaciones estén acordes con el costo de la canasta básica familiar.

Caracas. Lirima Altuve siempre trata de asistir a las protestas que organizan los jubilados y pensionados, a pesar de que los 400.000 bolívares que permiten retirar de los bancos solo le alcanzan para cubrir el pasaje del día. “Vengo para ver qué hacen con nosotros”, dijo la mujer de 66 años, quien es jubilada del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) desde hace más de 10 años.

Igual que otras veces, este miércoles 3 de marzo a los jubilados y pensionados no se les permitió concentrarse en la plaza Juan Pedro López del Banco Central de Venezuela (BCV) para protestar por las precarias condiciones en las que sobreviven con el pago que reciben. Funcionarios de la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana a duras penas les permitieron reunirse en la plaza al lado de la iglesia Las Mercedes. Allí se encuentran dos miércoles al mes. Antes lo hacían todos los miércoles. La pandemia por COVID-19 les cambió las cosas.

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Foto: Gleybert Asencio

Lirima llegó con la inquietud de preguntar a sus compañeros si hay información nueva sobre el beneficio de bolsas de alimentos que llevan años solicitando. Cuenta que, supuestamente, la respuesta a dicha petición por parte de la presidenta del IVSS, Magaly Gutiérrez, fue que son muchos como para darles bolsas a todos.

Hace tres años a Lirima le diagnosticaron desnutrición en grado dos en el Hospital Militar. “Yo pesaba 75 kilos, ahora peso 53 y sigo rebajando”, relató mientras tocaba la flacidez en sus brazos como prueba visible de su pérdida de masa muscular.  Añadió que constantemente presenta síntomas de deshidratación: “En mi piel reseca se nota”.

Después del diagnóstico, la doctora que la atiende en el Militar le recetó una dieta rica en proteínas, de cuatro a cinco comidas diarias y, como recomendación, debe consumir cinco claras de huevo por la mañana, cuatro vasos de leche de vaca al día y complementar tomando suplementos alimenticios como Ensure y Enterex. En enero 2021 la Canasta Básica de Alimentos, Bienes y Servicios del Cenda para el grupo familiar se ubicó en  Bs. 629.228.835,18. 

Foto: Gleybert Asencio

En la actualidad, un cartón de 15 huevos cuesta alrededor de 2.200.000 bolívares y un litro de leche más de 3 millones de bolívares. En el caso de los suplementos, un envase de Ensure (400 gramos) cuesta más de 50 millones de bolívares y de Enterex (400 gramos) más de 40 millones. Los ingresos de Lirima son: 1.200.000 bolívares de pensión y 2.600.000 bolívares de jubilación. En el Ministerio de Alimentación la ayudaban con una bebida a base de arroz llamada “Fresca Chicha”. Desde hace dos años que no se la dan. El motivo: no creen que presente desnutrición. “Ellos me decían ‘tú no tienes nada’, a pesar de que pasé una carta y presenté todos mis informes. Ellos no creen lo que dicen los médicos. Y la que me dijo eso fue una secretaria”, comentó.

Hace unos años, Lirima fue arrollada por un vehículo. En el accidente se fracturó los dos maxilares. La operación resultó en una mala praxis. Para tratar de revertir el daño la operaron de nuevo. Tras la intervención, perdió medio paladar y varios piezas dentales. A raíz de la mala praxis, Lirima presenta problemas de vista y audición y solo puede comer alimentos blandos.

Con ayuda de un amigo retinólogo, recientemente logró operarse de la catarata en el Hospital Clínico Universitario. Ahora debe seguir un tratamiento que cada vez es más difícil cumplir debido a los costos de los medicamentos. Timolol, gotas oftálmicas que debe aplicarse cada 12 horas de por vida, cuesta más de 6 millones de bolívares en su presentación de 6 mililitros, y lágrimas artificiales, de 15 mililitros, más de 4 millones de bolívares. Sobre su problema de audición, Lirima contó que lleva dos años en espera de que lleguen prótesis auditivas al hospital Vargas. No escucha bien y eso afecta su vida diaria. Sobre todo al cruzar, pues no escucha venir los carros y motos.

En busca de ingresos extra, Lirima trabaja por su cuenta cuidando pacientes. Tiene una tarifa de cinco a ocho dólares, aunque depende del horario y de lo lejos que le quede de casa. Actualmente vive con dos de sus hijos en el bloque 40 del 23 de Enero. En casa son siete personas en total. “Mis hijos me ayudan con lo que pueden. Sobre todo lo hacen con comida, me dicen: ‘Mamá, aquí hay un poquito de arroz, un poquito de pasta. Aquí hay pan’. No pueden darme mucho porque cada quien tiene sus muchachos. Una tiene dos, la otra tiene tres y el otro tiene cuatro”.

Datos de la La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), revelan que 64.8 % de los hogares venezolanos viven en estado de pobreza.

Programa de alimentos y no a las comisiones bancarias

Durante la concentración de este miércoles se recolectaron firmas con el fin de solicitar a las organizaciones no gubernamentales su apoyo para la creación de un programa de alimentos que beneficie a los pensionados, jubilados y sobrevivientes con más grave situación de vulnerabilidad.

Otro de los puntos fue la entrega de un documento dirigido al presidente del BCV, Calixto Ortega, para denunciar el cobro de comisiones bancarias de los sueldos de los trabajadores, pensionados, jubilados y sobrevivientes. Alegan que esto viola el artículo 102 de la Ley Orgánica del Trabajo, la cual establece la prohibición de esta práctica.

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Foto: Gleybert Asencio

Pero la principal exigencia del gremio a la administración de Nicolás Maduro sigue siendo la misma: que los sueldos de los trabajadores activos, pensionados, jubilados y sobrevivientes esté acorde con el costo de la canasta básica familiar.

La historia se repite una y otra vez

La protesta del miércoles comenzó a las 9:00 de la mañana. Pocos minutos después llegaron comisiones de la GN y la PNB. “¡Epa, Carlos Julio!, ¿cómo estás?, tiempo sin verte”, dijo uno de los funcionarios policiales al llegar a la plaza y encontrarse con Carlos Julio Rivera, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados del IVSS. Ambos cuerpos de seguridad estuvieron en el lugar hasta que el grupo de adultos mayores se retiró.

Los funcionarios fueron los encargados de trasladar hasta la plaza a un representante del BCV para la entrega del documento. Según Rivera, esto se debe a que desde 2020 llegaron a un supuesto acuerdo con la policía y los militares para que se les permita estar por lo menos en la plaza Las Mercedes, sin que los grupos de choque llamados “colectivos”, adeptos al gobierno de Maduro, los agredieran.

Sin embargo, en julio de 2020, tanto la GN como la PNB agredieron a un grupo de manifestantes del sector en esa misma zona. Allí también detuvieron a Juan Ovalles, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados del Metro de Caracas y al periodista Carlos Julio Rojas. Aproximadamente 10 horas después fueron liberados.


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