Este programa busca medir la calidad de la enseñanza colocando en las paredes de los salones, en láminas didácticas y atractivas, los indicadores de lenguaje y matemática que deben ser alcanzados. Los docentes, alumnos y padres tienen acceso a esas carteleras y pueden contribuir a mejorar la educación.

Caracas. Gente Buena…Eso son un grupo de educadores del estado Miranda que desde hace 14 años le echan coco a cómo mejorar el currículo educativo. De la mano del profesor Ramón Francisco Reyes Echegaray, construyeron todo un ecosistema que les permite saber cuáles son las debilidades y fortalezas de sus alumnos.

Todo comenzó cuando el maestro Reyes, en 2009, preocupado por el modo de facilitar la instrucción de los chamos, introdujo el uso de las TIC (Tecnología de Información y Comunicación) en la escuela rural de Los Teques, La Galera.

Ese proyecto lo empezaron a aplicar con una computadora que les donó Intevep, el brazo tecnológico de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en atención a la gran cantidad de solicitudes realizadas por este plantel.

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“Procedimos luego a la conversión del salón, donde construimos un búnker —así lo llamamos— en concreto armado, para proteger nuestra primera computadora. Esto sumado a la donación de Bs. 5.000 que nos hizo la Fundación Eva Jerums Heufer mediante la gestión del sacerdote Armando Janssens, con la cual compramos un moderno video beam; apuntador láser; televisión, DVD y otras cosas para la escuela. Ahora nuestros niños realizan sus investigaciones usando esas herramientas y participan en juegos educativos de avanzada”, explicó el docente.

No pasó mucho tiempo cuando la iniciativa recibió más apoyo y la empresa filial completó la donación con otras 20 computadoras más.

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Los docentes ponen a la vista de todos los objetivos de clases.

Con estos cortos pasos, el programa tecnológico se hizo famoso y lo llevaron al Premio de Docentes Innovadores Latinoamericanos, que ese año se realizó en Argentina, Buenos Aires. Reyes obtuvo el primer premio en una justa donde participaron 110 maestros de 20 países.

Pero este profesor no se quedó sentado en los laureles. Quería más y en su afán de alcanzar la excelencia educativa, ideó el sistema Aulas Que Hablan.

“Pensaba en cómo seguir ayudando los niños. No podíamos hacer búnkers en todos lados y por eso creé una propuesta, entre cuyos objetivos está la democratización del currículo escolar, de manera que pudiera existir una fácil contraloría social en torno al cumplimiento del mismo. El objetivo es que los indicadores de enseñanza estén al alcance de todos. A eso es lo que llamamos currículo democratizado y transparente”, expresó.

Según expuso, con las “Aulas Que Hablan”, los niños saben qué se espera de ellos, los padres y las comunidades conocen los contenidos del año escolar y a la vez se facilita y se enfoca el trabajo docente.

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Cada competencia alcanzada se coloca en la cartelera.

En 2010 a este proyecto le otorgaron un segundo galardón luego de concursar en “200 ideas para Miranda”, lo que le valió un lugar entre las cinco mejores iniciativas. Recibieron formalmente la presea en noviembre de ese año.

Después de eso, obtuvieron el apoyo de la Gobernación de Miranda, Intevep y -con mucho ahínco- del Instituto de Investigaciones Científicas (Ivic), con lo cual el proyecto se replicó en 42 salones de 20 escuelas, para una población de 655 alumnos beneficiados.

¿Cómo lo hacen?

Reyes, quien este miércoles participó en el “V Congreso de Educación”, realizado en la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), destacó que en las paredes de los salones colocan láminas donde exponen los principales contenidos que los niños deben llegar a dominar en materia de matemática y lenguaje.

Entregan unos cuadernillos para cada estudiante, uno para el docente y otro para los padres, los cuales son unas copias de las láminas y en ellos se van registrando los avances individuales de cada alumno.

Esta técnica permite saber cuáles son las fortalezas y debilidades de los muchachos. Estas, a su vez, son reflejadas en un sitio web que se actualiza cada momento y en el que comparten los datos recolectados de las 20 escuelas.

“Eso nos permite saber en directo cómo van y cuánto han avanzado. Ahora quisiéramos que alguien nos ayude a darle sentido cualitativo a toda esta investigación para que sirva de herramienta a las autoridades que gerencian el tema educativo”, sostuvo el profesor en su ponencia.

Cuando Reyes se refiere a las capacidades de los pupilos, implica, por ejemplo, que los coordinadores del programa saben incluso cuántas palabras por minuto leen los estudiantes de tercer y sexto grado, el grupo piloto del programa hasta los momentos.

El maestro concluye que tanto él como el resto de los colaboradores esperan que este proyecto “se replique por todo el país, pues nuestros nuestros niños son lámparas de Aladino, solo basta que pongamos a su alrededor un ambiente afectivo, humano, cultural y educativamente enriquecedor para que se les salgan los genios. Y Aulas Que Hablan quiere contribuir a liberar esos genios estimulando a sus dueños, a las lámparas de Aladino que son los niños”.

Vea aquí el video de Aulas Que Hablan

https://www.youtube.com/channel/UC67nvwBNKoOYQbt2r44hkcA

Fotos cortesía: Programa Aulas Que Hablan


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