Antes del reporte hecho por el gobierno de Nicolás Maduro, ya podía verse en las calles a gente usando mascarillas y evitando contacto directo con otras personas; otros, sin embargo, desconocían las formas de prevenir el contagio. En Chacao las colas que se empezaron a formar en algunos establecimientos hacían recordar el período de escasez que hubo hasta hace un año.

Caracas. El anuncio de Delcy Rodríguez confirmando los dos casos positivos por COVID-19 corrió de boca en boca entre los caraqueños tan solo minutos después de haberlo hecho. Conforme transcurrió la tarde, las largas colas en farmacias y supermercados de la ciudad se hicieron más visibles, con ciudadanos que, en algunos casos, no sabían qué hacer más allá de “usar mascarillas”.

La llegada del coronavirus COVID-19 a Venezuela sorprendió a muy pocos. Si antes del anuncio hecho el jueves por Nicolás Maduro había personas que idicaban que la pandemia ya estaba en el país, después de ello las señales de alarma no hicieron sino aumentar con el transcurso del día.

En Farmatodo del centro comercial Metrocenter, cinco minutos después de haberse confirmado los dos casos, muchos ciudadanos entraron directamente a los pasillos de productos sanitarios y medicamentos, pese a que de estos últimos no existe, todavía, alguno que pueda combatir la enfermedad.

Foto: Luis Morillo

“Confirmaron el coronavirus”, exclamaba una joven al ver la noticia en su teléfono, mientras su compañera terminaba de pagar en la caja. El cajero afirmó que en el transcurso de la mañana se agotaron todos los antibacteriales en esa sucursal.

Antes del reporte hecho por el gobierno de Nicolás Maduro, ya podía verse en las calles a gente usando mascarillas y evitando contacto directo con otras personas. Cristina Vaz, transeúnte que pasaba por la plaza Brión de Chacaíto, señaló que iría caminando desde ahí hasta Plaza Venezuela para así evitar usar el Metro por temor a contagiarse.

Foto: Luis Morillo

Otros, sin embargo, desconocían las formas de prevenir el contagio. Al comienzo del bulevar de Sabana Grande, algunos miraban con suspicacia a las pocas personas que usaban mascarillas.

Yo trabajo todo el día en la calle y uno no tiene forma de lavarse las manos todo el tiempo. Además, cómo se hace si en los barrios a veces ni siquiera llega agua, cuestionó Miguel, vendedor de chucherías que acababa de llegar a su puesto de todos los días y que, por lo general, pasa más de 15 horas fuera de casa.

También había quienes, incluso, desconocían cómo se contagia el COVID-19. Yo lo que trato es de no acercarme mucho a las demás personas y menos si tosen o estornudan, señaló Alexandra Pinto, quien no sabía que se puede transmitir el virus tocándose la cara si hubo contacto previo con superficies contaminadas.

Foto: Luis Morillo
Algunos supermercados estaban al tope

Como era de esperarse, y dada la reacción vista en otros países, quienes pudieron fueron a los supermercados a abastecerse de productos de primera necesidad, especialmente en los locales del este de Caracas.

En Chacao, las colas que se empezaron a formar en algunos establecimientos hacían recordar el período de escasez que hubo hasta hace un año. En el supermercado Luz, uno de los trabajadores controlaba la entrada y salida de clientes y, ante el abordaje del equipo de Crónica.Uno, algunos se distanciaban y señalaban que las compras las harían “por si acaso”.

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Foto: Gleybert Asencio

Yo vivo cerca y pensaba venir mañana (sábado) porque hoy es quincena, pero por lo del coronavirus preferí pasar ahorita antes de que empiece a escasear otra vez la comida, indicó Sandra Tavares.

Momentos después, una señora recriminó la actitud de las personas y señaló que “lo primordial es resguardarse y mantener la higiene” para no contraer el virus.

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Foto: Alberto Torres

Otros supermercados, como el Excelsior Gama de Santa Eduvigis y el Central Madeirense de Chacaíto, diferían entre sí. Mientras en el primero se veían largas colas para pagar en más de seis cajas, en el segundo había muy pocas personas comprando, y con menos productos.

El uso de las mascarillas también fue común en el Gama, tanto por clientes como por trabajadores, y artículos como el papel higiénico, los jabones antibacteriales y el agua potable ya estaban escasos o con poco inventario en los anaqueles.

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Foto: Alberto Torres

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