El empresario y piloto zuliano Augusto Pradelli ha explotado su ingenio al crear, diseñar y ensamblar carros eléctricos, híbridos y con paneles solares a partir de material de desecho en Maracaibo. Sueña con una ensambladora venezolana que genere fuentes de trabajo en el país.
Maracaibo. En el Zulia se cumple bien el dicho “de las crisis salen las mejores ideas”. En medio de la pandemia, que arreció el despacho de gasolina y la movilidad, Augusto Pradelli, un piloto y visionario zuliano, creó los primeros carros eléctricos para salvar sus negocios, a partir de carros de golf que fue modificando con material de desecho.
Con una experiencia de más de 40 años en el mundo de las carreras Drag, donde ya fabricaba sus propios autos, Pradelli se atrevió, junto con su equipo, a darle forma a su ingenio.
“Dije: ‘Bueno, en las pistas hay carritos de golf que son eléctricos, voy a buscar un carro de esos y lo adapto a mis necesidades y conveniencia’”.
Lo primero fue pensar en la seguridad, el rendimiento y la velocidad, un prototipo que fuera capaz de cumplir con las necesidades básicas como ir de compras, llevar a los niños al colegio, hacer transporte, entre otras actividades urbanas y así fue. Hoy, cuatro años después, tiene cinco autos que trabajan las 24 horas del día.
“Empezamos de manera muy básica, rodando entre 18 a 20 kilómetros al día y hoy podemos decir que tenemos un desarrollo más avanzado, con recursos nuestros. Trabajamos con chatarra y reciclaje, hemos aprendido a hacer cosas muy ingeniosas”, dijo el empresario.
Aunque originalmente los carros estaban pensados como híbridos con electricidad y motores de combustión, las fallas eléctricas en la región llevaron al equipo de trabajo a pensar en otra opción y agregaron paneles solares.
Tenemos un carro que vende helados, crepes y waffles en los centros comerciales y la vereda del lago, ese es más largo porque era necesario hacerlo así para adaptarle el panel solar. Funciona perfectamente, es increíble porque no necesita electricidad, es una gran solución”, dijo.
Ingenio zuliano
Las pruebas que hacen Augusto y su equipo son diarias, porque la idea es seguir mejorando cada uno de los prototipos.
Dice que a pesar de sus ocupaciones como empresario no despega la cabeza del proyecto y asegura que su fuente de inspiración es la economía, pero él ve cosas donde otros no.
“He comenzado a pensar en líneas rectas porque hacer dobleces para guardafangos y vidrios es más costoso y es lo que aplicamos en el último modelo, el Quantico, con baterías de litio que permite hasta 10.000 recargas, son más livianas y de material reciclado. Mientras estoy despierto, estoy pensando en qué puedo mejorar”, explicó.
Hasta ahora, Pradelli ha fabricado seis carros y un vagón para hacer recorridos turísticos por el casco central de Maracaibo.
Sus últimos dos modelos –Quántico e Infinitamente Marcos, en honor a uno de sus trabajadores que murió durante la pandemia– son totalmente eléctricos, incluso sigue trabajando en uno de ellos para lograr que se cargue por magnetismo.
Lo que veo en la basura es valioso, un cajón de aire acondicionado es perfecto para las parrillas delanteras, el caparazón de una nevera son los laterales, el piso y guardafangos internos, si veo un televisor botado, es el tablero. Veo un mundo tan grande en la basura y a partir de ahí diseño”, aseguró.
Un equipo de genios
En los últimos cuatro años Pradelli y su equipo han trabajado sin descanso para lograr un carro perfecto. “Todos los días probamos cosas, evolucionamos con un detalle. Hay una motivación tan grande en el grupo que todos se han vuelto genios. Yo estoy muy orgulloso de ellos”.
Explicó que uno de sus carros es híbrido. Puede llegar a recorrer hasta 100 kilómetros por hora. “Lo que hicimos fue poner el motor eléctrico hasta 30 kph y cuando quiero superar, enciendo el de moto mientras se cargan las baterías del eléctrico con el mismo sistema. No es infinito, pero es más duradero”.
Dijo que son carros seguros y frescos, lo que se hace necesario en una ciudad tan calurosa como Maracaibo. “Están armados en PVC, con una buena altura y una entrada de aire frontal. Estos carros son suaves, silenciosos y prácticos”.
En el caso del Catatumbo, puede llevar hasta cuatro personas y una carga de 100 kilos. Funciona para ir al trabajo, como negocio de comida rodante, entre otros. Pero adelantó que ya piensan en crear una camioneta familiar para cinco personas con mayor comodidad y aire acondicionado.
Hemos estado detrás de los motores regenerativos, es decir que mientras ruedan se van cargando las baterías, no es muy eficiente porque se pierde potencia y velocidad, pero es una vía que poco a poco hay que ir mejorando. De momento seguimos con los paneles solares y con la electricidad 110”, adelantó.
Hecho en Venezuela
Pradelli explicó que estos carros tienen un costo de 3000 a 4000 dólares; sin embargo, su objetivo, por ahora, no es venderlos porque se necesita una ley de tránsito especial para carros eléctricos, financiamiento por parte del Estado y la banca para que sea más asequible para los clientes. Además, considera que aún siguen a prueba.
“Nuestro sueño es conseguir aliados empresarios para crear una ensambladora de autos. Traeremos las partes de China, pero lo que es el chasis y la carrocería lo fabricaremos en Venezuela. Esa es la meta que tenemos propuesta para este fin de año y el año que viene: comenzar a ensamblar carros en Venezuela, hacer un prototipo venezolano aplicando todo lo que hemos descubierto y aprendido, además, generaría empleo en el país”, dijo.
Los avances se ven reflejados en la movilidad. El piloto explicó que los primeros carros apenas rodaban entre 40 y 60 kilómetros y ahora, con los últimos modelos, han llegado a 150 kilómetros de recorrido a 65 kph de velocidad.
“Ya casi es un carro perfecto, aunque siempre hay que entender que son carros artesanales, hechos a mano, que tienen fallas; pero lo importante es la experiencia de lo que ya estamos consiguiendo, ya sabemos lo que funciona y lo que sirve”.
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