Desde varios ángulos de su carrera profesional, Sary Levy-Carciente ha puesto el bienestar y el desarrollo del país como eje de sus investigaciones, exigencias y propuestas. Para la experta, una mejora en las condiciones del país solo puede ocurrir con Estado de derecho y principios de libertad y democracia.

Caracas. Conocimiento, vocación y responsabilidad son palabras que, a grandes rasgos, pueden definir la trayectoria profesional de Sary Levy-Carciente. Su análisis y visión de la economía venezolana la han llevado a liderar y exponer un sinfín de ideas que vinculan institucionalidad, desarrollo y principios democráticos.

Como presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE) desde 2020, y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) de 2008 a 2011, Levy ha insistido en la necesidad de dar un giro al modelo vigente y revisar, desde la investigación, los fundamentos necesarios para promover el bienestar económico de la persona.

Levy-Carciente es economista, doctora en Estudios del Desarrollo, posee una maestría en Economía Internacional, ha participado en investigaciones en centros como la Universidad de Massachusetts y la Universidad de Boston y fue profesora titular de pregrado y posgrado en la UCV.

A continuación, parte de la entrevista que concedió a Crónica.Uno, editada para mayor comprensión y lectura.

¿Cómo ha sido el proceso entre llevar adelante su carrera profesional al mismo ritmo que su vida personal?

Creo que los valores y principios con los cuales te forman en casa tienen mucho que ver con la dinámica que llevas a posteriori. Le agradezco a Dios la insistencia de mis padres en que nos formáramos, que fuéramos responsables. Nos inculcaron los valores del mérito al trabajo, de ser honesto. A mí me ha correspondido un espacio laboral de imagen pública, con entrevistas cercanas en los medios de comunicación. Me ha tocado ir a la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), incluso en estos últimos 20 años, a reclamar o ir un ministerio y tener postura pública. 

No hay persona que no diga “quisiera estar más tiempo con mi hijo” o persona que en determinado momento se cuestione cómo podrá cumplir con su trabajo. Eso nos ocurre a todos y ese balance es una mezcla de responsabilidad y trabajo, nada más que eso, es responsabilidad frente al compromiso adquirido. Cuando me hablas de la universidad o de pensar en el país, es un compromiso supremo, es un compromiso hecho a conciencia.

Foto: Manuel Díaz

¿De qué forma, desde la Academia y otros campos como la investigación, ha aportado al desarrollo del conocimiento económico y al impulso de políticas públicas sostenibles?

Mi humilde rol ha sido poner un granito de arena dentro de las instituciones en las que me ha tocado participar, que me han pedido apoyo, porque uno cree en el concepto de la educación y se siente responsable de señalar ciertas cosas. 

Si uno sabe que una política va a generar daño al país, siente la obligación de decir que eso a la larga va a generar daño. Puede que, en el corto plazo, parezca muy rico que regalen plata, pero todo eso es insostenible y va a generar problemas.

Yo lo que quiero es que, lo que hagamos, sea pensando en las generaciones futuras. Cuando endeudamos un país, comemos los que estamos vivos hoy, pero le dejamos a nuestros hijos y nietos la deuda. La deuda que se adquirió en los años 80 la tenían que pagar los de los 2000; la deuda del 2000 la pagan los hijos de ahora. 

Yo escucho que mucha gente relaciona, continuamente, sostenibilidad con ambiente y no cabe duda de que hay que proteger el ambiente, pero ya va, ¿qué pasa con la sostenibilidad de las economías? Para lograr un desarrollo económico sostenible, se debe trabajar con altos niveles de creatividad e innovación y para eso debe existir la libertad de equivocarte, de expresarte. Libertad y responsabilidad son dos caras de la misma moneda. 

¿Qué puede decir sobre el panorama económico actual del país y cómo se relaciona con la libertad y los valores democráticos?

La situación venezolana está estabilizada en lo que he llamado un subóptimo muy bajo”. Tiene muchas posibilidades, pero lo que le impide salir es el modelo de control sociopolítico. Mientras ese cambio de modelo no se dé, esa transformación, esa liberalización y sus posibilidades, están muy mermadas.

¿Por qué las expectativas no mejoran? Las expectativas no mejoran porque Venezuela requiere, desde el punto de vista económico, una revisión profunda de la estructura del Estado, necesita una optimización, un Estado eficiente que atienda a los ciudadanos.

Tenemos una cantidad de empresas que fueron estatizadas, que no producen ni generan ganancias, pero tienen que pagar la nómina. Tenemos una industria petrolera que, por malas políticas, ha quedado en el piso, hay que meterle plata. Tenemos que abrirnos a las inversiones, pero nadie va a traer un centavo si no hay Estado de derecho y si alguien lo hace es porque, o va a ganar muchísimo muy rápido, con poco beneficio para la sociedad, o está totalmente protegido por clientelismos.

Foto: Manuel Díaz

¿Desde sus áreas de estudio se hace lo suficiente para enfrentar los retos económicos y sociales actuales y otros transversales? Como la pobreza, la inequidad de género, la crisis ambiental, sanitaria y educativa…

Estamos en un momento de conflicto social en el cual hay un conjunto de propuestas, que reclama una oposición democrática y la sociedad civil, que no es escuchada por quienes están asidos al poder. Uno reclama que no se están haciendo las cosas y hacemos propuestas, el problema es que solo se puede cambiar desde los gobernantes.

El punto es que los gobernantes no escuchan al mandante final que es el ciudadano. El gobernante es un servidor público, es el administrador temporal del erario público, no el dueño, por decisión de la voluntad popular.

¿Y sobre las condiciones de vida de la mujer venezolana?

La mejora de las condiciones de vida de la mujer está muy de la mano, también, de las mejoras en las condiciones de vida del país. Cuando se masificó la educación, las mujeres se educaron; cuando mejoraron las condiciones de formación y educación cívica y ciudadana, aumentó la edad de los embarazos en adolescentes.

Eso, lamentablemente, ha retrocedido y vemos niñas o jóvenes cuidando niños, y eso cuando sabe o puede hacerlo. Creo que no podemos ver las condiciones heridas de la mujer separadas de su entorno. Se pueden hacer programas específicos, atados a la participación de las niñas en el colegio o de la participación de la mamá en el cuidado de su embarazo. Relaciones donde se combinen lo educativo, la ayuda económica y temas de salud.

Debemos pensar en procesos que fomenten la calidad de la educación. Dar una educación pobre a una persona de bajos recursos es estancarla en la pobreza, entonces la calidad de la educación es indispensable. 

Sary Levy
Foto: Manuel Díaz

¿Hay diferencias, en cuanto al papel de la mujer, en el campo laboral y el estudio de la economía?

Tuve la fortuna de nacer en un período donde la democracia incorporó a las mujeres. Muchas lucharon, siempre, por los derechos de la mujer y fueron también luchadoras democráticas. Eso no significa que no haya sido necesaria esa lucha por mejoras en el posicionamiento de las mujeres.

Ahora el detalle está, más bien, en el empoderamiento individual, es decir, ya no es tanto sobre que te van a excluir, sino que, como ciudadana mujer, te sientas y te hagas responsable de ese derecho y de esa posición a la que quieres llegar.

Efectivamente, ha habido periodos de lucha por remuneraciones iguales, perspectivas iguales, pero hoy en día se impone más la calidad profesional y yo creo que eso es muy importante.

En la Academia hemos tenido tres mujeres presidentas, y el respeto es a lo profesional. La doctora Ruth de Krivoy, expresidenta del BCV, o la doctora Haydeé Castillo y la doctora Lourdes Urdaneta, ambas individuos de número de la ANCE, son personas de trayectoria profesional e impecable y es eso lo que las lleva a esos lugares. 

Sary Levy es economista, egresada de la UCV, doctora en Estudios del Desarrollo, máster en Economía Internacional y especialista en Ciencias Administrativas. Es profesora titular de FACES-UCV y, entre sus temas de investigación, se encuentran: política monetaria, independencia del Banco Central, crisis financieras y bancarias, institucionalidad económica, derechos de propiedad, innovaciones para agilizar la dinámica pública, burocracia y productividad, entre otros. Actualmente, preside la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE).

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