Cuentas en rojo y baja producción predomina en las empresas estatales

Las industrias del aluminio, las siderúrgicas y las cementeras llevan seis años con pérdidas, de acuerdo con los datos de las Memorias y Cuenta de los ministerios.

Mayela Armas/@mayearmas

Caracas. El Gobierno en su avance del modelo socialista expropió y creó empresas en las áreas de alimentos, agricultura, cemento, acero, vidrio, papel y telefonía, pero el resultado de ese control es negativo. Baja producción y cuentas en rojo es el saldo de las industrias estatales.

En enero de 2007 el ex presidente Hugo Chávez Frías dijo que “todo aquello que fue privatizado, nacionalícese. Recuperemos la propiedad social sobre los medios estratégicos de producción”. Hoy ese conglomerado está en crisis.

Falta de materiales y equipos, restricciones en las asignaciones de dólares, reducción de las inversiones, fallas eléctricas y de infraestructura y problemas laborales tienen a las empresas públicas operando a medias, revelan las Memorias y Cuenta de los Ministerios de Industrias, Agricultura y Alimentación.

Y esto explica la escasez de alimentos, envases, cemento, cabillas, tubos y hasta teléfonos.

El modelo hace aguas:

Alimentos

Un sector clave para el Gobierno es alimentos por lo cual tomó industrias en esa área, sin embargo, las plantas tienen un pobre desempeño. Los datos disponibles muestran que la producción va en picada.

Una de las primeras empresas asumida por el Estado fue Lácteos Los Andes, que produce leche, jugos y yogurt. Esta industria llegó a tener un pico de fabricación de 327.047 toneladas de productos en 2012, pero al cierre del 2015 generó 260.450 toneladas, 23% menos.

Industrias Diana, que procesa aceite y otros rubros, presenta una situación similar. En 2013 está empresa generó un máximo de 191.000 toneladas, mientras que en 2015 terminó elaborando 115.422 toneladas con lo cual hubo una reducción de 29%. El despacho de Alimentación solamente admite que las metas no se alcanzaron, sin dar detalles de las limitaciones.

No sólo falla la leche y el aceite, también hay problemas con el café.

La Empresa Nacional del Café, que agrupa a las torrefactoras tomadas en 2009: Fama de América, Café Madrid y El Peñón, tampoco cumple sus objetivos.

En 2014 enfrentó obstáculos por la falta de materia prima, los problemas eléctricos y los retrasos en la entrega de dólares y los subsidios. En 2015 esos escollos siguieron, y según la Memoria del Ministerio de Agricultura, la empresa procesó 11,8 millones de kilos de café tostado cuando la programado eran 33,6 millones de kilos (35% de la meta). De hecho, esa producción es 30% más baja que la del ejercicio anterior.

El Gobierno, bajo el amparo de la soberanía alimentaria, ocupó tierras y constituyó un tejido de empresas para producir arroz, pollo, leche, cerdo, carne, plátano y otros insumos agrícolas, pero estas industrias cumplieron con sus metas de producción entre 10 y 60%, de acuerdo con los informes del Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Alimentación del pasado año.

Los objetivos no se alcanzaron debido a que esas empresas reportaron: problemas con las maquinarias, dificultades con el transporte y la logística, lentitud en los desembolsos de los recursos por parte de los despachos e inseguridad en las zonas donde operan. Barreras que se arrastran de períodos pasados.

Esa merma en la oferta del Estado se refleja en la ausencia de leche, arroz, granos, café y aceite en los anaqueles de las redes gubernamentales. La información oficial muestra que la distribución de productos regulados en Abastos Bicentenario y Mercal disminuyó 7% y 37%, respectivamente.

Frente a una severa escasez, el aparato estatal en producción y distribución es limitado. Ya la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de 2015 reveló que el número de personas que acudieron a Mercal pasó de 2 millones a 6 millones, lo que evidencia que por la crisis más venezolanos buscaron alimentos subsidiados. A muchos el salario no les rinde porque la inflación, que el pasado año fue 180,9%, lo pulveriza.

Hay más. Los datos oficiales muestran que la producción agrícola va en picada y en 2015 cayó 5,8% por la menor disponibilidad de insumos, que en gran medida suministra el Estado a través de Agropatria, que es el principal distribuidor. Esta empresa enfrentó dificultades por la falta de planificación y dinero.

En 2015 colocó 16 millones de kilogramos en agroquímicos, el mismo monto que en 2014. La venta de fertilizantes descendió 96%, según las cifras oficiales. Solamente se ofrecieron a los agricultores 8.480 toneladas.

Desde 2010, año de la expropiación, los productores agrícolas sufren para conseguir agroquímicos, fertilizantes, semillas, equipos y financiamiento para la siembra de rubros esenciales.

Acero y aluminio

De las empresas nacionalizadas hace ocho años, Sidor es una de las que más problemas tiene. Las restricciones para adquirir materias primas, el desfase de los mantenimientos y la demora en la entrega de dólares fueron algunos obstáculos que le impidieron aumentar la producción el pasado año.

La fabricación de acero, que en 2008 llegó a 4,4 millones de toneladas, el pasado año fue de 1,06 millones de toneladas. Y ese nivel indica la empresa apenas utilizó 21% de su capacidad instalada, que es 4,5 millones de toneladas.  Por esa realidad, hay ausencia de cabillas, lo cual impacta en las obras de construcción, y de hojalata, lo que afecta la fabricación de envases para el sector alimentos.

La menor actividad incidió en las finanzas y la siderúrgica estatal tuvo pérdidas por 13 millardos de bolívares en 2015 y así acumula cinco años con las cuentas rojas rojitas, según las cifras oficiales.

En las empresas del sector aluminio la radiografía es parecida. La Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias del año pasado revela que la producción de Alcasa, Venalum y Bauxilum siguió palo abajo.

Déficit financiero, atraso en la firma de los contratos de financiamiento, bajos niveles de inventarios, limitaciones en el servicio de transporte fluvial e interrupciones del servicio eléctrico afectaron el desempeño de estas industrias.

La producción de Alcasa, que hace siete años alcanzó las 169.000 toneladas, en 2015 fue de 28.536 toneladas y usó apenas 17% de su capacidad. Tras esa situación, terminó con una pérdida 4,6 millardos de bolívares y ya lleva seis años sin ver luz.

Venalum, que procesaba más de 400.000 toneladas en 2008, sólo generó 96.194 toneladas en 2015, con lo que cual operó a 19% de su capacidad y cerró con un saldo negativo de 2,2 millardos de bolívares por lo cual acumula cinco años sin ganancias. Bauxilum, que hace ochos años llegó a elaborar 1,5 millones de toneladas,  produjo en el ejercicio pasado 911.936 toneladas, perdió 2,1 millardos de bolívares y también tiene cinco años con resultados rojos.

En Ferrominera del Orinoco el panorama no fue diferente. La ausencia de insumos, las fallas con el suministro de energía eléctrica y las limitaciones financieras hicieron que la empresa trabajara a 52% de su capacidad.

A mediados del 2015 el Presidente Nicolás Maduro exigió a las directivas de las empresas básicas la entrega de dividendos al Gobierno, tal como hacen la banca pública y Cantv, no obstante, el pobre desempeño de esas industrias impide el traspaso de beneficios.

Cemento y vidrio

El control estatal en las cementeras tampoco genera buenos resultados. En estas industrias la producción continuó en descenso.

La Memoria y Cuenta del Ministerio de Industria detalla que la Fábrica Nacional de Cemento, que antes de la expropiación generaba 1,5 millones de toneladas, acumula severas dificultades. Su producción (257.270 toneladas) cayó 40% en 2015 por la obsolescencia de los equipos y las fallas en la procura de bienes y en los inventarios. Esta cementera registra seis años seguidos con pérdidas.

En Venezolana de Cementos la actividad retrocedió 7% por las dificultades con la adquisición de equipos y repuestos, la baja disponibilidad de materia prima y la caducidad de la maquinaria. Por esa situación, la empresa lleva cinco años con déficit.

La Industria Venezolana de Cementos es de las empresas nacionalizadas que menos dolores de cabeza ha generado, sin embargo, la meta de fabricación se incumplió por las paradas de horno, los problemas en el sistema de trituración y la menor cantidad de materia prima.

En la producción de vidrio el resultado no es alentador. El Ministerio de Industria detalla poco la gestión de Venvidrio, pero sí indica que la producción fue de 324.734 toneladas, 7% menos de lo que generó en 2013.

Esa menor disponibilidad de cemento y de productos de acero limita el cumplimiento de las metas de construcción de viviendas. Aunque el Gobierno se jactó en señalar que se produjeron 1 millón de casas entre 2011 y 2015, el pasado año se fabricaron 325.000 unidades, 80% del objetivo.

Las fallas con los suministros de materiales también inciden en las grandes obras infraestructura como las líneas de metro, el sistema ferroviario, la vialidad y los proyectos de Pdvsa. Los datos del Banco Central de Venezuela que están disponibles hasta el tercer trimestre de 2015 evidenciaron que el sector construcción, uno de los que genera más puestos de trabajo, lleva dos años y medio de caída.

Autos

En el marco del convenio con Irán se creó la planta de producción de carros, Venirauto y desde su conformación ha tenido como meta generar 10.000  vehículos al año, no obstante, ese número cuesta alcanzarlo.

En 2015 la empresa ensambló 1.947 autos de los 6.700 programados y esa baja producción fue por las demoras en los despachos de materia prima, los atrasos en las asignaciones de divisas y los tropiezos para reponer las autopartes. Parte de las piezas entregadas por los proveedores estaban con defectos.

Tecnología

En el discurso oficial se destaca el avance en telefonía, pero las empresas del Estado en esa área también tienen barreras. Por medio del convenio con China se conformaron dos fábricas, Orinoquia y Vtelca, que arrancaron con una baja producción de equipos y que en 2011 y 2012 se incrementó, pero luego comenzaron a tener dificultades.

Entre 2013 y 2015 esas dos plantas tuvieron limitaciones con el acceso a los dólares, retrasos en la recepción de las piezas y problemas con la plataforma tecnológica.

La Memoria del Ministerio de Industria detalla que la producción de Orinoquia descendió 15% y la de Vtelca 8%. Todavía no tienen cifras rojas, pero el suministro de equipos en las tiendas estatales es reducido.


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