Padre del adolescente de 13 años que recibió dos tiros en la zona industrial de San Vicente, en Maracay, dijo que, como no tiene dinero para pagar un abogado, los funcionarios han abusado y ni siquiera los sospechosos han ido a declarar.

Caracas. “Mi hijo ya tiene un mes y siete días de haber sido asesinado y no hay nadie detenido. Si nosotros tuviéramos bastante real ya este caso se hubiese resuelto y los responsables estarían presos, pero como somos personas humildes, sin dinero, nadie nos ayuda”.

Darwin Segueri no tiene dinero para pagar un abogado que lo ayude a esclarecer el homicidio de su hijo, Yeferson Kleibel Segueri Chourio, de 13 años, ocurrido el pasado 6 de septiembre en la avenida Anthon Phillips de la zona industrial de San Vicente, en Maracay, estado Aragua.

Ha pasado un mes y una semana desde el día en que a su casa llegaron gritando unos niños que habían matado a Yeferson. Hasta el momento, los sospechosos —dos presuntos escoltas de una empresa—, no han ido a declarar porque supuestamente el jefe de ambos está de viaje y no pueden hacerlo hasta que arribe al país.

“Hace tiempo me dijeron que el jefe llegaba en 15 días, esperé, pasó el tiempo y seguimos iguales”, sostuvo Darwin.

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El día del crimen, el adolescente estaba en compañía de su hermano, de 16 años; su tío, de 18 y un vecino de 13; quienes contaron que dos hombres a bordo de una camioneta negra, cuatro puertas, pasaron al lado del grupo a toda velocidad y unos metros más adelante frenaron de manera abrupta. Entonces, uno de los sujetos se bajó y abrió fuego contra ellos.

Los jóvenes se dispersaron para esquivar las balas, pero Yeferson recibió un tiro en el brazo mientras intentaba alejarse del carro y cayó al suelo. Luego un hombre, vestido con camisa negra y chaleco antibalas, se acercó hasta él, lo tocó con el pie y le disparó en la cabeza.

“Lo de mi hijo se quedó así. No hay culpables, no hay detenidos, no hay nada. De las experticias que iban a hacer aún no hay respuestas, los escoltas no han ido a declarar, todo está parado. Me siento indefenso porque no tengo dinero para un abogado y es la palabra de ellos contra la mía”, soltó el padre de la víctima.

Días después del homicidio acudió —además de al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc)— a la Fiscalía y a la Defensoría del Pueblo, donde le asignaron a un defensor que lo ha estado asesorando.

“En la Defensoría me han ayudado, pero igual sigo sin avances porque me dicen que seguimos esperando por los estudios y nunca llega nada. Me dicen que se está investigando, que se están haciendo estudios pero más nada. Y en el Cicpc me tienen como una pelota de ping pong, todo porque no tengo dinero”, añadió.

Las cámaras de seguridad no fueron evaluadas, pues, de acuerdo con la información que recibió el padre del adolescente, en la empresa no cuentan con este sistema para la parte externa: “Dijeron que solo interesan los empleados y por eso tienen cámaras adentro y afuera no. Pero eso me parece imposible, siento que el caso de mi hijo está viciado porque esos hombres son muy poderosos, o tienen dinero”.

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Yeferson jugaba futbolito con un equipo de su barrio, perteneciente a la parroquia Andrés Eloy Blanco. Practicaba desde los nueve años en la cancha de su comunidad y participó en torneos en varios sectores de Maracay.

Le gustaba cazar iguanas, de hecho, solía hacerlo en esa zona pero en la calle paralela. “Si esos hombres pensaron que estaban robando o haciendo algo malo, lo ideal era que los pararan, los revisaran y siguieran su camino, pero dispararon sin mediar palabras”, agregó su papá.

El joven había pasado para tercer año de bachillerato, estudiaba en el liceo Luis Beltrán Pietro Figueroa, en el sector 23 de Enero. Sus padres solo quieren que se haga justicia y no pierden la esperanza de que eso suceda: “Mi hijo no era malo y como eso lo sabe Dios sé que él me va a ayudar para que se haga justicia y este crimen no quede impune”.

Según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), 90 % de los asesinos en Venezuela se encuentra en libertad y no tras las rejas. El director de esta ONG, roberto Briceño León, indicó que en el año 2015, por cada 100 homicidios hubo solo nueve detenciones, cuando en 1998, la misma cifra de asesinatos registraba 118 aprehensiones.

Foto: cortesía de los familiares


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