La venta alcanza entre 5.000 y 6.000 bolívares en los juegos Caracas-La Guaira y puede llegar a 10 mil en los duelos entre los Eternos Rivales.
Cristóbal Naranjo/@cristobnaranjo
Caracas. Los duelos entre los eternos rivales suelen modificar las rutinas de todos los actores que hacen vida en el estadio Universitario de Caracas y sus alrededores. Cuando el calendario marca la fecha de un choque entre Navegantes y Leones, los jugadores de ambas novenas se uniforman más temprano, los periodistas apuran las teclas para salir de las redacciones con antelación y hasta los vendedores adelantan su llegada a Los Chaguaramos, esperanzados en aprovechar la que siempre pinta como una jornada más productiva.
Celeste Miele encaja en el grupo de comerciantes. Debido al embarazo de la dueña del puesto de chucherías, que se encuentra enfrente de la Casa del Profesor Universitario de la UCV, tuvo que encargarse del negocio que en esta temporada cumple siete campañas operando junto a los demás tarantines. En el primer Caracas-Magallanes de este año, Celeste salió de su casa en el barrio Santa Sofía de Baruta mucho más temprano; a las 8:00 am su mercancía estaba a la venta.
“Por lo general llego cerca de la 1:00 pm al estadio”, contó Miele, quien aspiraba tener una doble celebración en el clásico del pasado 27 de octubre. En lo deportivo esperaba una cómoda victoria de sus amados Leones del Caracas ante su archirrival y en lo económico estaba convencida de contabilizar abundantes ganancias cuando cayera el out 27.
Ventas flojas
La fe que ponía la joven vendedora en hacer unos buenos reales, en el gran enfrentamiento de la pelota criolla, no estaba sustentada en un numeroso flujo de clientela en lo que va de temporada. Según Celeste, las ventas han estado flojas, no obstante, al menos entre octubre y enero sus ingresos diarios superan a los de muchos asalariados en el sector formal de la economía.
“En un juego normal vendo aproximadamente 2.000 bolívares diarios. Cuando hay un partido entre Caracas y La Guaira hago entre 5.000 y 6.000 bolívares”.
Como contraposición del más esperado de los partidos de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), la comerciante no duda en colocar los encuentros en los que Bravos de Margarita visitan la capital como los menos propicios para llevar dinero a casa. “A esos juegos no vienen ni los peloteros”, señaló entre risas mientras ordena las golosinas.
En la mesa cobijada bajo un toldo se ven varios productos, los más solicitados son los Pepitos, Doritos y los chiclets de distintos sabores. El primero vale 60, el segundo 90 y los terceros 35 bolívares. El Cheese Tris está a 90 y el chocolate a 100 bolívares, aunque no siempre es fácil conseguirlo.
“A veces tengo que comprar mercancía con sobre precio. El chocolate hay que buscarlo y si me lo venden muy caro no vale la pena porque tendría que ponerlo a un precio elevado y así la gente no lo compra”, explicó Celeste, quien afortunadamente no ha sido víctima de la inseguridad en las cercanías del parque de pelota.
Sin embargo, por si las moscas, día a día emprende el regreso como muy tarde a las 10:00 pm, aunque el choque inicial entre los eternos rivales ameritara horas extras para cumplir la meta de vender 10 palos. Al menos si no lo logró, el Caracas ganó por paliza.
Foto: Karla Calderón
Participa en la conversación