Habitantes de la parroquia Raúl Leoni tienen que sortear pozos de aguas residuales, basura por doquier y soportar olores nauseabundos para llegar al principal centro de expendio de alimentos de la zona. Son casi 200 comerciantes y expendedores que cancelan sus impuestos y ni siquiera cuentan con el servicio de agua potable.
Cumaná. En una osadía se ha convertido para quienes habitan o visitan la parroquia Raúl Leoni (Santa Fe), del estado Sucre, ir de compras al mercado municipal. Las condiciones de insalubridad en las que se encuentra el único centro de expendio de alimentos de la zona rayan en la catástrofe.
Residentes del poblado sucrense claman por la presencia del gobernador de la entidad, Edwin Rojas y del alcalde, Luis Sifontes, para que sean “testigos en carne propia”, de la situación del centro de alimentos.
Hay que ser atrevido para entrar al mercado en medio de tanta inmundicia, pero no tenemos opción”, dice una de las residentes de la calle principal de Santa Fe.
Los santafesinos, residentes de comunidades aledañas como Isla, Colorada, Santa Cruz, y habitantes de la zona alta agrícola tienen que sortear pozos de aguas residuales, basura por doquier y soportar olores nauseabundos para llegar al recinto.
José Daniel López, dirigente social de la zona, destaca que en esta parroquia se benefician de la actividad comercial del mercado municipal más de 20.000 habitantes.
López subrayó que a más de 480 días de la pandemia por la COVID-19, en la que el estado Sucre alcanza 5092 casos positivos, el lugar tampoco cuenta con suministro de agua potable.
Henry Buriel, residente de Santa Fe y vendedor del mercado, asegura que este establecimiento concentra aproximadamente a 200 expendedores o adjudicatarios de puestos comerciales.
Aquí todos cancelamos los impuestos municipales y el pago de este arancel no se invierte en el mantenimiento de las instalaciones y menos las adyacencias del mercado, exigimos una explicación sobre esto”, sostuvo.
Solo agua de mar
Tras las inundaciones registradas en septiembre de 2020 en la zona de Santa Fe, provocadas por la crecida del río El Limonal, el servicio de agua potable se vio afectado por la rotura del principal acueducto que abastecía a toda la parroquia.
Los habitantes de la zona cuentan que luego de las inundaciones, los trabajos de infraestructura y vialidad que adelantaba la Gobernación de Sucre quedaron inconclusos, porque la maquinaria pesada se dañó y apenas lograron la reconexión de la tubería principal del acueducto.
Señalan que la vía hacia la represa del Turimiquire, sistema que suministra agua potable al 90 % de la región oriental del país, está totalmente intransitable. Sostienen que desde que comenzó la temporada de lluvias, lo que reciben por tuberías es lodo en lugar de agua.
Con esa agua enlodada no se puede ni lavar, no es apta para el consumo. Cada vez que llueve Santa Fe se queda sin agua”, indicaron.
Y la situación amenaza con empeorar porque debido al mal estado de la vialidad, ni siquiera tienen disponible el agua potable por cisterna.