Cuando se cumplen 112 años de coronación canónica de la Patrona de Oriente, llegó el momento en que las ayudantes de quien por 32 años vistió la venerada imagen, pasen la difícil prueba de sustituir a la camarera oficial.
Margarita. Este año se cumplen 112 años de la coronación canónica de la Virgen del Valle y por esa razón, la Diócesis de Margarita inició las actividades especiales sin la presencia de la camarera oficial Cecilita Mata Sánchez, fallecida el pasado 3 de julio a los 92 años de edad.
El sacerdote Emmanuel González, rector de la Basílica Menor, sabe que no será fácil obviar la ausencia de la fiel sierva de la Virgen Bonita.
“La señorita Cecilita no estaba sola, pues a ella la acompañaban dos personas más para hacer ese servicio. Lo hacían desde un tiempo más reciente, pues Cecilita tenía 32 años en las labores como camarera principal. Su mamá lo fue antes, por eso mucha gente está tan familiarizada y, año tras año, la referencia era ella”, expresó González.
Esas dos personas que fueron sus asistentes en este servicio serán las que este año se encarguen de escoger el vestido de la Virgen que, tradicionalmente es donado por fieles que desean pagarle un favor concedido.
Por ahora ellas prefieren quedar en el anonimato y a su debido tiempo, en esos días las conocerán. Es un servicio que no quedará vacante”, insistió el rector de la Basílica Menor.
Subrayó que sin duda, muchas personas echarán de menos a la camarera oficial, una persona buena que deja un vacío profundo, no solo por su trayectoria sino como mujer de fe.
Un legado de 32 años
Mata Sánchez vistió a la Patrona de Oriente y de los pescadores, desde antes del deceso de su madre, de quien heredó ese oficio cuando enfermó.
En 1991 monseñor César Ramón Ortega, para entonces obispo de la Diócesis de Margarita, la designó oficialmente camarera de Nuestra Señora del Valle.
Con su paciencia, humildad, dulzura, se encargó de realzar la belleza de la Virgen del Valle, año tras año para sus festividades.
Solo confeccioné el traje que lució la Virgen en la subida del centenario de la coronación canónica, un bello vestido bordado y pintado con el mapa de Venezuela como símbolo central”, contó después de las festividades de 2011, año del centenario.
Cuidaba cada detalle y más todavía cuando algún feligrés donaba un manto como muestra de agradecimiento.
Privilegio de pocos
La Diócesis de Margarita en su página web expresó con pesar la partida de quien consagró parte de su vida a cuidar a la Reina de los Pescadores. Allí recordaron lo que expresó Mata Sánchez en una de sus tantas entrevistas:
“Es un privilegio, tocar a la Madre, sentirla de cerca, vestir a la Virgen Marinera es algo muy grande”, señaló en esa oportunidad.
La camarera oficial iba más allá y también se encargaba de los patrones y las indicaciones precisas a todos los que acudían a El Valle para solicitar información para la confección de los trajes de la Virgen Marinera.
Informaba las telas permitidas, los bordados adecuados, pinturas y colores, además de los tipos de encaje, entre otros detalles que pueden llevar.
Su opinión era indispensable en la escogencia de las flores que cada año rodeaban el carruaje en el que se traslada la venerada imagen desde que es bajada de su camarín. Lo mismo ocurría para los actos centrales hasta que regresaba nuevamente a las alturas cada 8 de diciembre.
Quienes conocieron a Cecilita Mata Sánchez, la recordarán como una mujer jovial, de voz dulce y de frondosa cabellera plateada.