Mariela Nava

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Personajes de videojuegos saltan de las pantallas a la madera por el arte de Edwin Núñez

By Mariela @navamariela Nava

April 07, 2024

La crisis, las restricciones de la pandemia y las ganas de darle a sus hijos herramientas sanas de diversión, llevaron a este artesano zuliano a recrear en madera los personajes de un videojuego, un emprendimiento que hoy es su sustento y motor de vida.

Maracaibo. La preocupación de sacar a sus hijos de las pantallas, llevó a Edwin Núñez, un mecánico industrial de 51 años, a aprovechar los desechos que quedaban de sus trabajos de carpintería para hacer juguetes, como carritos.

“Me mortificaba que los muchachos no tuvieran imaginación”, cuenta.

Recuerda que todo comenzó una Navidad cuando sus hijos Edwin y Samuel le pidieron la madera sobrante de un trabajo y comenzaron a pintar los palitos para darle forma de hombrecitos.

“Me dieron la idea y se los pinté mejor, porque siempre me han gustado las artes plásticas, es una cuestión de familia”.

Edwin fabrica los juguetes en un pequeño espacio que antes funcionaba como lavadero de su casa/Mariela Nava

Pasado el tiempo y con la entrada de la crisis en Venezuela, Edwin tuvo que dejar la carpintería porque ya no le salía trabajo. Comenzó a laborar en el área de sistema de un hospital, pero con el poco tiempo libre que le quedaba hacía juguetes para sus hijos.

Un día mi cuñado, que trabajaba en una piñatería, me pidió que le hiciera unos mini superhéroes en colección para ofrecerlos como centros de torta, y así lo hice. Al tiempo me pidió hacerlos individuales porque los niños que llegaban a la tienda se los querían llevar para jugar en casa y los comencé a fabricar”, cuenta.

Todo se paralizó

Con la entrada de la pandemia cerraron los centros comerciales, así que las ventas se pararon.

Me fui a la calle, me paraba en el centro de la ciudad en medio de los pocos buhoneros que seguían trabajando en la pandemia y ahí vendía mis juguetes. Tenía que buscar el sustento para mi familia”, recuerda el padre de familia recostado en su taller.

Raquel Pulgar, su esposa, de 52 años, lo interrumpe conmovida. “Se me salían las lágrimas al ver cómo se iban con esa carretilla cargada, a pie, hasta el centro; pero valía la pena porque en la tarde traía el sustento. Con el tiempo los policías comenzaron a sacarlo de ahí porque no tenía un puesto fijo, así que se fue a pie para el parque Vereda del Lago”, comenta.

Durante toda la pandemia Edwin estuvo de buhonero. Una vez que se levantaron las restricciones por el COVID-19, decidieron pedir su respectivo permiso en la dirección del parque para vender formalmente sus creaciones.

La familia de artesanos zulianos fabrica hasta 100 piezas originales cada semana. Los venden en $2 en el parque Vereda del Lago/Mariela Nava

Un arte que inspira

“Mi inspiración y mi motor son mis hijos. El impulso me lo dieron ellos porque me insistieron mucho para que fabricara los personajes de Minecraft, el videojuego. Después de estudiarlos y adaptarlos, comenzamos a fabricar y la idea fue acertada porque hoy son los que más se venden. Esto es algo que no solo le gusta a los niños sino también a los adultos”, asegura Edwin.

La producción semanal es de 100 figuras, proceso en el que se ha integrado toda la familia y que Edwin alterna con su horario en el hospital. Aunque lamenta que los cortes de electricidad afecten su ritmo de trabajo, asegura que siempre cumple con su meta porque para él es una responsabilidad llevar cada fin de semana sus creaciones a la Vereda del Lago.

Mi meta es sacar a los niños de las pantallas, que exploten su creatividad con juegos sanos. Los niños me dicen en el parque que yo soy un genio porque ahora pueden tocar, jugar y explorar con sus personajes favoritos y eso me llena de orgullo y me inspira a seguir”.

La familia mueve

Ahora Edwin y Samuel son unos adolescentes que junto con su madre, hermana y cuñado ayudan a su papá a pulir, pintar y promocionar las figuras.

Además, los jovencitos son los responsables de mantener al tanto a su padre de las nuevas figuras del videojuego. “Ellos son la parte creativa del negocio”, dice el artesano.

Hace mas de 10 años que comenzó la travesía de la familia Núñez, hoy son referencia en juguetes artesanales en Maracaibo/Mariela Nava

Raquel insiste en que aunque al principio no apostaba por la idea, ahora ve un potencial enorme.

Incluso, entre risas comenta que gracias a esto ha mejorado su pulso al pintar con exactitud las figuras, se han unido más como familia y hasta se ha aprendido los nombres de todos los personajes de videojuegos. Para ella, más que un negocio, es una bendición de la que se siente orgullosa.

Antes de comenzar su jornada de fabricación, Edwin dijo que su sueño es dejar un legado a cada niño que pueda.

Quiero ser inspiración para otros, que crean en lo que saben hacer, que sepan que siempre hay una salida ante la crisis”.

Esta es la manera que la familia Núñez consiguió para ganarse la vida en medio de la crisis generalizada que vive Venezuela. Por ahora esperan seguir creciendo en su emprendimiento y llegar a más niños, jóvenes y adultos.

“Sueño que mi familia siga unida y dejar una buena semilla en mis hijos y en mi comunidad”, finalizó Núñez.

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