El sistema VeTicket, un plan de pago digital que quedó a media marcha

Plan piloto de cobro de pasaje en el 23 de Enero tampoco llegó a ser una realidad

Cobro de pasaje en el 23 de Enero. Plan piloto

En febrero de 2021 Mi Banco organizó una reunión con miembros de las líneas de transporte público del 23 de Enero en Caracas. La entidad bancaria fue proveedora de los puntos de venta donde los usuarios pagarían el pasaje a través de tarjetas. De este plan piloto ya no queda rastro y el pasaje se sigue cancelando en efectivo dentro de la parroquia

Ivanna Laura Ordoñez @ivannalauraor

 

 

En la parroquia 23 de Enero de Caracas, hace más de un año, los transportistas comenzaron a pegar en los vidrios de sus unidades una calcomanía alusiva a un nuevo plan de cobro y pago del pasaje a través de puntos de venta

A finales de febrero de 2021, una entidad bancaria poco conocida convocó a los representantes de las cinco líneas de transporte que prestan servicio en el 23 de Enero, y a líderes de los consejos comunales, a una serie de reuniones donde les propusieron implementar un sistema al que nombraron “Conéctate con tu efectivo digital”. El plan piloto comenzó en marzo. 

Cobro de pasaje en el 23 de Enero. Plan piloto

Comenzaron a comercializar los puntos de venta, que eran compactos y de color azul. “Costaban 158 dólares financiados. Pagando un dólar por día, que serían descontados de la cuenta bancaria”, explicó Carlos Marcano, conductor de la línea de transporte Los Rapiditos del 23.

Para que los usuarios compraran las tarjetas, habilitaron un tarantín instalado en la redoma de La Cañada, frente a la estación Agua Salud del Metro de Caracas. Cada tarjeta tenía un costo de un dólar (solo el plástico), y las personas debían recargarla a través de depósitos bancarios o transferencias bancarias. La compra de la tarjeta incluía la preapertura de una cuenta bancaria de Mi Banco.

Para realizar la transacción, los choferes no necesitaban ingresar el número de cédula del usuario ni introducir una clave. Solo había que deslizar la tarjeta del usuario por la ranura de punto de venta y presionar el botón con respecto al número de pasajes a cancelar. “Eso duraba como cinco segundos”, dijo Marcano sobre el procedimiento para cobrar. 

Por ejemplo, si un pasajero cancelaba tres pasajes, el conductor debía presionar el número tres. Para cancelar más de ocho pasajes, sí era necesaria la clave previamente establecida por el usuario.

El cierre del punto de venta era cada día a las 7:00 p. m. Después de esa hora los choferes podían seguir usando el punto, pero todo el dinero recaudado después del cierre quedaba para el corte del día siguiente. Una hora después del cierre los conductores podían disponer del dinero acumulado. Cada día el banco hacía un descuento de 3 % a las ganancias totales.

Un plan fallido 

Carlos Marcano, conductor de la línea Los Rapiditos del 23, recuerda que lo más que usó el punto de venta fueron ocho veces durante un día, es decir, solo ocho personas pagaron el pasaje con este método. 

Transcurrido un año de la propuesta, entre los conductores ya no hay rastro de los aparatos que intentaban “modernizar” el pago y cobro del pasaje. El lugar habilitado para la venta de las tarjetas también desapareció. 

La poca información, la falta de publicidad y el alto costo de las tarjetas son las causas que Marcano atribuye al escaso éxito de este plan entre los habitantes de la parroquia 23 de Enero. “No era una mala iniciativa, pero hubo muy pocas personas que pagaban con las tarjetas, no solo en la línea en la que trabajo”.

Eddy Ordóñez es habitante del 23 de Enero y una usuaria frecuente de las líneas de transporte que recorren la parroquia. Nunca adquirió la tarjeta de Mi Banco, nunca supo cómo funcionaban. Solo llegó a ver la publicidad pegada en las ventanas de las camionetas.

23 de enero

“La verdad nunca supe qué pasó con eso. Solo llegué a ver los puntos de venta dentro de las camionetas, pero igual seguían cobrando el pasaje en efectivo”, dijo en septiembre de 2022.

El punto de venta estaba programado solo para pasajes de transporte público. A los seis meses del plan, la mayoría de los conductores de la línea Los Rapiditos del 23 decidió devolver el aparato a Mi Banco.

Marcano no tiene conocimiento de si finalmente el banco hizo reembolso del dinero ni tampoco cuánto dinero acumuló durante los meses en que usó el punto de venta. Confesó que no ha tenido interés en revisar qué pasó con eso. “Sé que había más o menos algo”, expresó. 

Sin embargo, cuando el plan tenía tres meses de haber comenzado, aún Mi Banco no había empezado a descontar el dinero correspondiente al pago del aparato.

Marcano comentó que hubo entre tres y cuatro conductores de Los Rapiditos del 23 que decidieron quedarse con los puntos, pero no para cobrar los pasajes. El banco reprogramó los aparatos para poder ser usados como cualquier otro punto de venta en establecimientos comerciales. 

Mi Banco, la institución encargada de este proyecto, se identifica en su sitio web como una entidad enfocada en las “microfinanzas” y ser de capital privado. Uno de sus siete directores principales es Ricardo Montilla Osorio, que encabezó la compra del banco en 2015. Una nota de febrero de ese año, publicada en El Impulso, refiere que el empresario era presidente de la Asociación Nacional de Operadores de Valores, mientras que una reseña de El Estímulo, menciona que era dueño de la casa de bolsa Mercosur.