Unidad Educativa Camposolo. Fotografía: Elaine Echeverría.

Comunidad

Seis meses han estado sin clases en la escuela Campo Solo de San Diego a causa de unos árboles

By Armando Díaz @diazdeinfo

July 04, 2023

Solicitudes a la alcaldía y a Corpoelec, sumados a problemas políticos impidieron a alumnos y profesores entrar a la escuela del municipio San Diego, en Carabobo.

Valencia. Para cuando la jefa de la Zona Educativa Carabobo, Xiomara Luna hablaba del despliegue de las Bricomiles en Carabobo el pasado 26 de mayo, la Unidad Educativa Campo Solo en el municipio San Diego no había llegado aún a los seis meses de cierre con los que hoy ya cuenta.

La razón es que un grupo de árboles en la entrada del plantel crearon un riesgo para la comunidad educativa.

Se trata de cedros, samanes y otras especies protegidas que, al haber crecido demasiado y no contar con un plan de poda eficiente, terminaron enredados en el tendido eléctrico. Incluso, uno de estos árboles acabó abrazado a un transformador.

Merlin Noguera, profesora del plantel, detalló que para poder talarlos hay que solicitar un permiso al Ministerio de Ecosocialismo. Eso hicieron desde que ella llegó a la subdirección académica en 2021 hasta abril de 2023, cuando dejó el cargo.

Los informes

La respuesta la obtuvieron en febrero de este año. Entonces los bomberos acudieron al plantel e hicieron dos informes técnicos: el primero para certificar el riesgo inminente ante la presencia de una guaya eléctrica que estaba en áreas de la escuela. Esta, previamente, había dado una descarga eléctrica a una niña que no sufrió daños mayores. La segunda sobre el riesgo inminente de la estructura en cuanto paredes y suelos.

A raíz de eso se encendieron las alarmas y evacuaron a los alumnos en diciembre y a los docentes. en febrero, como resultado de los informes.

En esos seis meses Noguera buscó a técnicos de Corpoelec para que quitaran la guaya niveladora, pero aún quedaban problemas como la poda y tala de árboles.

Hubo una vez que casi le cae una enorme rama a los estudiantes, pudieron haber muerto”.

Con el informe en mano, Noguera acudió al Minec a solicitar la poda. El ministerio autorizó únicamente intervenir dos árboles. “Ahí empezó el calvario”, dice Noguera, quien luego acudió a la ZODI. Ahí le dijeron que una vez que lograran la tala, ellos envirarían a las Bricomiles para hacer las mejoras de infraestructura.

Fotografía: Elaine Echeverría.

El proceso se retardó porque la supervisora no quiso entregar los informes a Noguera, quien tuvo que ir a la opositora Alcaldía de San Diego a buscar ayuda. No obstante, cuando las organizaciones del chavismo se enteraron, impidieron la entrada de los funcionarios al plantel.

Alcaldía vs. chavismo

Como nueva estrategia, Noguera pidió ayuda al protector de San Diego y en una visita que el gobernador Lacava hizo a la escuela se lo dijo en persona:

En 2021 me prometió que haría algo  y, mira, estamos en 2023 y nada. Me quedé esperándolo”.

Hacer ese comentario frente a la cúpula del poder regional generó un revuelo que le hizo entender que no podía luchar contra toda una estructura política. Esa escalada de tensiones llevó a Noguera a renunciar a la subdirección, mas no a la docencia en aula.

Lo que ocurre es que la Unidad Educativa se encuentra controlada por las UBCh y el consejo comunal. “Esto ha deteriorado la educación y la ética profesoral, porque inocularon la política”. Luego vino la amenaza. “O te vas o te sacamos”.

Ahora, Merlin Noguera acude una vez al día durante los dos turnos, para cumplir así el requisito de ir dos veces.

Al final, el operativo de poda y tala se realizó a principios de junio, pero… “de mala gana”, como dice Noguera. Explica que había un árbol dentro de la escuela que no cortaron porque la maquinaria no les servía.

Además teníamos que pagar por una máquina especial para hacer la labor, porque tiene el piso partido y no deja que se hagan actos académicos ni clases de educación física”.

¡Mejor hazlo tú!

Los políticos chavistas le dijeron que ellos debían hacer autogestión y contratar los camiones que cobran $350 por día y tal labor se puede tomar hasta tres días.

Por si fuera poco el gobierno les ordenó a ellos que no usaran la madera cortada porque eso era material del Estado. “No quieren que lo usemos, pero sí que lo dejemos arrumados en un rincón. Lo que provoca es buscar un camión y tirárselos en la entrada del ministerio”.

Durante este tiempo los niños han tenido que ver clases en línea. Eileen Guillén es una madre afectada. En esos seis meses la representante denuncia que el nivel académico no ha sido el mismo.

No puedo comparar mi pedagogía con la de una profesional y no se desarrolla esa relación con compañeros”.

Eileen denuncia que lo que pasa en la U. E. Campo Solo no es única en el municipio, hay más. También le molesta que el gobierno pretenda que los padres suplan las necesidades de la escuela.

Así como la profesora, esta representante está consciente de la carga política en el plantel. “Yo no estoy de acuerdo, pero ahora Maduro dice que los colegios están a cargo de las comunas. Esperemos que en el nuevo año escolar empiece al 100 %”.