Los planteles educativos no recibieron adecuaciones. Pese a las protestas, no se logró un aumento de sueldo para los docentes. El magisterio tachirense advirtió que el 18 de septiembre retomarán las movilizaciones en la región.
San Cristóbal. En el estado Táchira se dio por terminado el año escolar 2022-2023. Con ello se desvaneció la esperanza de recuperación de aquellos planteles que se encuentran en ruinas, a los cuales acuden niños y jóvenes a recibir clases.
Y es que para Ildemaro Useche, miembro de la directiva de la Federación Venezolana de Maestros, este fue el peor período escolar, debido a la precariedad que existe en las infraestructuras de la región. Esto se nota especialmente en los municipios foráneos, donde la falta de espacios adecuados impide que la comunidad estudiantil pueda prepararse académicamente de forma apropiada.
Si bien fue establecido un horario “mosaico”, en que los alumnos asistían dos o tres veces por semana, el gobierno nacional lo descartó para el siguiente ciclo que comienza en septiembre próximo.
Useche considera que se debe poner la carga horaria como antes; sin embargo, hasta tanto el Estado no tome en serio las peticiones del magisterio e invierta en los liceos y escuelas, la educación seguirá en caída libre.
“La infraestructura escolar no recibió las adecuaciones necesarias, los sueldos siguen igual de bajos, no hubo dotación de material didáctico para las aulas, y los programas de alimentación escolar son inexistentes, de los cuales se suplían tantos niños al no haber comida en sus casas, producto de la crisis económica que atraviesa Venezuela”, aseveró el vocero sindical.
Ni sueldo ni HCM
Desde el 9 de enero de este año 2023, los docentes en Táchira iniciaron una serie de protestas para exigir mejoras salariales. Los bajos sueldos provocaron que decenas de maestros abandonaran las aulas para dedicarse a otras actividades.
Aún así no tuvieron respuesta, pues a la fecha no se logró la firma de la tercera convención colectiva, y el cierre del año escolar quedó como “accidentado”. Los profesores siguen sin contar con un salario que les permita comprar la canasta alimentaria, ni mucho menos cubrir un seguro médico.
Para Evencio Zenón, miembro de la coalición sindical del magisterio tachirense, la actitud de la ministra de Educación, Yelitze Santaella, fue indolente y soberbia, al no presentar una contraoferta que beneficiara al gremio educativo, quien implora una respuesta.
Esta acción patronal de no escuchar al maestro nos obliga a mantener una lucha con mayor compromiso en la calle”, aseveró.
Si bien comienza un receso educativo de 45 días, alertó que para el 18 de septiembre, cuando se dé inicio al llamado de clases, el mismo estará condicionado hasta tanto no sean restituidas las primas que aún están “secuestradas”.
Fraude
El presidente de la Federación Nacional de Colegios y Sindicatos de Trabajadores Profesionales de la Educación de Venezuela, Gerardo Ramírez, calificó como un fraude este año escolar.
A su juicio no hubo mejoras en el sistema educativo. El resultado es que los jóvenes se gradúan mal preparados, una situación que se agudizó en el país con la llegada de la pandemia del COVID-19.
Para Ramírez la educación online que se impuso por el confinamiento no dejó buenos resultados, debido a los pésimos servicios públicos de energía eléctrica y el internet.
El año escolar fue el peor desastre en la historia, pues hoy los maestros tienen dos o tres trabajos, y peor aún, se dedican a trabajos para los cuales no se formaron”, expresó.
No quieren estudiar Educación
El vicerrector de la Universidad de Los Andes, Núcleo Táchira, Omar Pérez Díaz, manifestó que actualmente esta casa de estudios carece de estudiantes de Educación. La comunidad universitaria no ve viable dedicarse a esta profesión por los bajos sueldos que perciben los docentes.
Señaló que en la carrera de Física y Matemáticas, este año no se matriculó ninguna persona, Geografía solo cuentan con ocho estudiantes, y Castellano y Literatura la misma cifra.
Destacó que la más solicitada es Idiomas Modernos, ya que los jóvenes la toman como “trampolín”, para dominar el inglés.
Cuando ya manejan esta lengua extranjera tienden a abandonar los estudios a partir del quinto o sexto semestre, para irse del país”, apuntó Pérez Díaz.
Consideró muy lamentable lo que ocurre con las carreras de Educación, cuya situación se repite en la Universidad Católica del Táchira, donde es baja la matrícula de estudiantes de las citadas carreras.
“Los bajos sueldos que reciben los docentes han hecho que los bachilleres se desmotiven por estas profesiones, lo que genera una alerta, pues no se está formando una generación de relevo”, acotó.
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