El período 2022-2023 resultó positivo para colegios privados y precario para los públicos, porque tanto estudiantes como docentes quieren abandonar las escuelas.
Barinas. Este año escolar estuvo marcado por las protestas sindicales en exigencia de salarios dignos. Muchos representantes decidieron retirar a sus hijos de las instituciones públicas, otros no tienen cómo enviar a sus hijos a las escuelas o cómo mantenerlos estudiando.
Los altos niveles de inflación y los bajos sueldos ponen a los maestros en el dilema entre continuar o abandonar las aulas de clases. Los salarios en el sector privado permiten llevar una calidad de vida un poco mejor, pero los maestros de las escuelas públicas reciben cantidades precarias.
Silvia Martínez, docente en la Escuela Básica Bolivariana Rosa Inés, afirma que el salario los desmotiva y esto influye en el rendimiento del docente en las aulas.
No se vive sólo de ética profesional o de amor al trabajo, se necesita un buen salario para trabajar”, sentencia.
Sin dinero y sin representantes
La diáspora también ha hecho mella, pues los niños quedan a cargo de algún familiar cuando sus padres se van a buscar trabajo al extranjero. Martínez explica que esa persona no siempre les va a brindar la misma orientación que sus padres, y los alumnos terminan por abandonar el sistema educativo.
La dirigente de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de Venezuela (Fenatev), Dayhana Moreno Gil, indica que hay jóvenes que “tienen que ponerse a trabajar dejando a un lado su proceso de estudio y formación”.
Los ingresos de los representantes son bajos, muchos de ellos son empleados en la administración pública y no pueden cubrir las necesidades primordiales como alimentación, traslado, etc., indica la docente.
Moreno Gil resaltó algunos problemas estructurales como la carencia del Programa de Alimentación Escolar (PAE), que hoy “es paupérrimo y no cubre las necesidades alimenticias de los chamos, no cuentan con una alimentación balanceada”.
Niños y jóvenes, en pleno desarrollo físico y psicológico, acuden a clases confiados en un plato de comida que no cubre lo esencial.
Todos estos aspectos inducen a los estudiantes a desertar de sus estudios.
Colegios privados se mantuvieron
Johan Vásquez, docente del Instituto Bachiller Elías Cordero, indica que en este colegio se cumplieron los 200 días de clases previstos por el Ministerio de Educación. Incluso se notó un incremento de la matrícula con alumnos provenientes de instituciones públicas, luego del inicio de las protestas sindicales.
“Nosotros no tuvimos inconveniente”, asegura Vásquez. En el instituto se ha mantenido la planta profesoral a lo largo de los años, con sueldos promedio entre 80 y 150 dólares. Para el período 2023-2024 se estima incrementar el costo de la mensualidad en el colegio de 35 a 45 dólares.
La calidad se ha mantenido y se cumple con todas las actividades para lograr una formación integral. A pesar de que no cuentan con laboratorio de informática, tienen un portal web donde los alumnos pueden cargar sus asignaciones.
En el Colegio San Juan Eudes, ubicado en Alto Barinas Norte, no perdieron clases, ni presentaron dificultades o deserción escolar, refiere María José Rivero, directiva de la institución.
“La calidad de mi colegio es alta, con promedios altos en las notas de los niños, a quienes se les exige disciplina y cumplimiento con todas las actividades. Reciben orientación y nivelación cuando bajan las notas para que en la próxima evaluación logren mantenerse en el nivel junto al resto de sus compañeros”, explica Rivero.
Los alumnos cuentan con maestros especialistas desde kínder hasta el 4° año, además de su maestra de aula. Reciben clases de inglés, lecto-escritura, música, deporte y religión. A partir del 5° grado se incorpora un especialista en matemática.
La visión oficial
“A pesar de los percances sufridos en este 2022-2023, gracias a los esfuerzos del magisterio estatal, se dio cumplimiento con el año escolar, hemos cumplido con los padres y representantes”, dice el director de la Secretaría Ejecutiva de Educación de la Gobernación de Barinas, William Rodríguez.
Indica que se incorporaron docentes en las 667 unidades educativas estatales para dar cumplimiento al año escolar y la promoción de los alumnos al año siguiente.
Los equipos de educación han visitado más de 500 instituciones educativas a fin de evaluar su funcionamiento. Se alcanzó la rehabilitación de 66 escuelas de las 155 que están pendientes por dotación, informa el directivo.
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