Esta semana la alternativa democrática y la administración de Nicolás Maduro vuelven a sentarse llamados por Noruega a buscar una solución a la crisis. Un cuarto actor debuta tras bastidores: los empresarios maduristas sancionados. Pero no todos en el PSUV ni en Miraflores parecen querer resolver la crisis.

Debate Democrático

Negociaciones de Noruega a Barbados ¿qué actores están detrás?

By Maru Morales P. @morapin

July 08, 2019

Esta semana la alternativa democrática y la administración de Nicolás Maduro vuelven a sentarse llamados por Noruega a buscar una solución a la crisis. Un cuarto actor debuta tras bastidores: los empresarios maduristas sancionados. Pero no todos en el PSUV ni en Miraflores parecen querer resolver la crisis.

Caracas. Representantes de la administración de Nicolás Maduro y de la alternativa democrática representada por Juan Guaidó, cambiaron las bajas temperaturas de Noruega por el clima cálido y más familiar de la vecina Barbados.

A partir de hoy la fase exploratoria de la mediación política propiciada por el Reino de Noruega desde mayo pasado se transforma, de manera oficial, en un nuevo intento (el tercero desde 2016) de encontrar una salida negociada a la crisis venezolana.

En los diálogos de Caracas en octubre de 2016 y la mesa de negociaciones de República Dominicana activa entre octubre de 2017 y febrero de 2018, solo hubo tres actores: el PSUV, la alternativa democrática y la comunidad internacional.

Pero tras los bastidores de Noruega-Barbados hay un nuevo actor con mucho peso y muy determinado a recuperar lo antes posible todo lo que ha perdido en los últimos años: los testaferros del madurismo. Se trata de un pool de empresarios sancionados por presuntamente servir a altos funcionarios como mampara de redes de corrupción y blanqueo de capitales.

“Los testaferros están presionando por una solución. Porque se les libere la plata que junto a los funcionarios de Maduro, se robaron. Esa es una presión muy fuerte para el régimen. Claro que ellos no están sentados en la mesa directamente, pero presionan. Sé que los voceros del gobierno no los nombran en las conversaciones, pero su presión es palpable”, dijo una fuente relacionada a la negociación Noruega-Barbados.

Lista de sanciones 

Entre todos suman miles de millones de dólares bloqueados no solo por la confiscación de las empresas, sino además por el bloqueo de las cuentas bancarias, el bloqueo de apartamentos, casas, vehículos y otras propiedades, y sobre todo, la imposibilidad que ahora tienen para hacer nuevos negocios en Estados Unidos y Panamá.

Los dilemas del PSUV

Por otro lado, el PSUV se sienta en Noruega-Barbados con sus propias contradicciones y pujas internas: el partido de Maduro envía a las negociaciones a dos figuras contradictorias para que le represente.

Jorge Rodríguez, hombre completamente desagradable para la dirigencia de oposición luego de todo lo que hizo y dijo en República Dominicana, incluyendo las amenazas a la familia de Julio Borges, según denunció el propio Borges.

Y Héctor Rodríguez, en la actualidad su figura más fresca, potable y presidenciable. Compañero de universidad del jefe de la delegación de la oposición, Stalin González.

“El PSUV tiene una confrontación interna fuerte que no estamos viendo en su justa dimensión. ¿Por qué mandan a Héctor Rodríguez si saben que todo el que participe en este proceso va a terminar quemado políticamente, y en su caso, pues puede quemar sus posibilidades de ser el presidenciable del PSUV? ¿Quiere el PSUV quemar a su única o a su mejor ficha? ¿Por qué?”, se preguntó un analista cercano a los grupos negociadores.

¿Quién sabotea las opciones?

Luego del último cara a cara entre los representantes de un sector del chavismo y un sector de la oposición en Oslo –a finales de mayo–se convino afinar métodos y agendas para formalizar el mecanismo ante la opinión pública, a finales de junio.

El anuncio del pretendido allanamiento a la inmunidad de los diputados Rafael Guzmán (29 de mayo), José Guerra y Tomás Guanipa (12 de junio) causó ruido en Oslo. Entonces, el equipo de Guaidó puso como condición para continuar con el proceso que se paralizaran esos juicios sumarios. El madurismo cumplió, al punto de que la sesión de la constituyente ilegítima –así calificada por la Unión Europea– convocada para dar el zarpazo a la inmunidad de estos tres parlamentarios de PJ, el 18 de junio, fue cancelada sin dar explicaciones ni siquiera a los constituyentes que ya estaban en el Palacio a las 2:00 p.m. ese día.

El 19 de junio, llegó al país la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. El 21 de junio, día de su partida y casi en sus narices, la Dgcim detuvo al capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo y a otros seis uniformados más.

El 29 de junio en la madrugada, fecha en que Guaidó debía anunciar la formalización de las conversaciones en Barbados, Acosta Arévalo falleció en el hospitalito de Fuerte Tiuna como consecuencia, dijeron sus abogados, de las torturas a las que fue sometido tras su captura.

Guaidó condenó los hechos y más que cancelar una reunión que aún no había anunciado, simplemente instruyó en privado a la delegación opositora no acudir a la cita.

Ayer, el presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado de la República, Juan Guaidó, confirmó la mudanza de las conversaciones de Noruega a Barbados, pero siempre con el auspicio del Reino de Noruega y ratificó que la agenda de sus emisarios es lograr el cese de la usurpación, que facilite la instalación de un gobierno de transición que pueda llamar a elecciones libres con observación internacional.

Pero el asesinato del capitán de corbeta tras la visita de Bachelet y en medio del inicio de la mesa en Barbados parece mostrar un patrón de sabotaje a las posibilidades de una solución negociada desde lo interno del propio gobierno. Estas acciones contrarias a la búsqueda de soluciones revelan parte de esas contradicciones y pugnas internas que no solo permean al PSUV sino a toda la administración Maduro. Veamos algunos ejemplos:

¿Quién practica las detenciones políticas?

Como se aprecia, el Sebin y la Dgcim son los cuerpos de seguridad responsables de todas las detenciones políticas antes enumeradas, entonces la pregunta es quién controla estos organismos.

Antes de la muerte de Albán, el Sebin estaba en manos de Gustavo González López, identificado con el grupo de influencia de Diosdado Cabello. En octubre de 2018, González López fue sustituido por Manuel Cristopher Figuera, más leal a Maduro y a los cubanos. Tras la Conspiración del 30 de abril y el rol protagónico de Cristopher Figuera, Maduro volvió a poner el Sebin en manos González López, es decir, de Cabello quien ya tenía incidencia sobre Casa Militar y la Dgcim a través del jefe de ambas unidades, Iván Hernández Dala, supuestamente leal a su grupo.

Esta semana, con la designación de Alexis Rodríguez Cabello, primo de Diosdado Cabello, como comandante general del Ejército, en sustitución de Jesús Suárez Chourio, el primer vicepresidente del PSUV cerró su círculo virtuoso de poder militar y de inteligencia al controlar el Sebin, Casa Militar, la Dgcim y el Ejército a través de generales identificados con su grupo de influencia.

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